Néstor Humberto
Martínez estuvo menos de un año en el súper ministerio que se creó para sus
gustos y habilidades en el segundo gobierno de Santos. Fue tiempo suficiente
para hacer dos tareas claves, casar una pelea adecuada, mostrarse generoso
desde un cargo de poder, ayudar a cuatro amigos y dejar el escenario listo para
los aplausos. El actual fiscal es sin duda un experto en la difícil tarea de trabajar
al mismo tiempo para la empresa del jefe y para su propio chiringuito. Cuando
dejó la silla palaciega tenía el carné de dos partidos (Cambio Radical y La U),
la gracia de las Cortes por una pequeña traición a sus compañeros de gabinete y
el favor del Congreso que se inclinaba casi unánime ante su olfato político, su
oído delicado con los manzanillos, su labia aguzada ante los leguleyos, su tacto
con la oposición y su ojo burocrático para encontrar uno que otro puesto. Esas habilidades
le merecieron la Orden de la Gran Cruz del Congreso a mediados del 2015. Los senadores
levantaban la mano ansiosos de entregar su reconocimiento al “súper amigo”, al “hombre
hecho para grandes cosas”, al “servidor necesario en la arena política”. Fueron
casi dos horas de cepillo. Merecido para quien un año antes se había partido
trabajado en la estrategia y financiación de la campaña de Santos.
Martínez se fue “abrumado,
pleno de alegría y conmovido con tanta generosidad”, y dijo que el retiro del
cargo era para atender un compromiso comercial adquirido y trabajar por su “realización
profesional”. No estaba mintiendo, un mes después ya asesoraba al Concesionario
Ruta del Sol para un contrato de estabilidad jurídica. Conocía bastante bien el
negocio. Según Luis Fernando Andrade, exdirector de la ANI hoy detenido por
orden la Fiscalía, Martínez dio concepto jurídico en 2012, como empleado de
AVAL, para que se aceptara el otrosí de la vía Ocaña-Gamarra. Es decir, hizo
sus esfuerzos válidos como empleado para que el concesionario Ruta del Sol II obtuviera
un nuevo tramo sin necesidad de pasar por una licitación. Más tarde, ya como funcionario
de la presidencia, aprobó la adición en el Conpes que permitió las “añadiduras”
al contrato original. Vale la pena un pequeño otrosí, Martínez Neira fue
llamado como testigo de la fiscalía en el proceso contra Andrade.
Martínez tiene
el extraño don de la ubicuidad. Puede ser fiscal y parte, abogado de intereses privados
y defensor de recursos públicos, testigo y acusador, ideólogo y alfil de
campaña. De nuevo como empleado del grupo AVAL, y ya conociendo las coimas
cantadas por Jorge Enrique Pizano, fue quién elaboró el contrato de transacción
entre los socios de la Ruta del Sol II para convertir en un arreglo privado lo
que sabía era un desfalco público en el que concurrían varios delitos. Pero no
todo pueden ser páginas de contratos y mugre de expedientes. Hace un año el
diario El Tiempo, propiedad de sus antiguos patrones, lo eligió como el personaje
de 2017. En medio del panegírico sueltan una perla para elogiar su
independencia, su capacidad de omitir lealtades para cumplir con sus deberes.
Mencionan al expresidente de Corficolombiana, socia minoritaria en el Concesionario
Ruta del Sol II y propiedad del mismo dueño del periódico, quien seguro fue su
compañero al redactar el famoso contrato de transacción con Odebrecht: “Pero
fueron sus fiscales los que pidieron y lograron la captura de José Elías Melo,
expresidente de esa firma, bajo cargos de que conoció y avaló el pago de los
sobornos.” Conocimiento y aval que al parecer Martínez también tenía.
El fiscal es sin
duda un hombre cocido en todas las aguas, un excelente delegado, un envidiable
apoderado, un gran administrador. Tanto que merece un apodo de sus múltiples
patrones: Gestor Humberto Martínez.
Excelente
ResponderEliminarBuena pascual...!!
ResponderEliminarExacto.Es el maromero eterno, complice y confidente de todos los torcidos de los últimos 5 gobiermos por lo menos.Preso debiera estar.
ResponderEliminarExacto.Es el maromero eterno, complice y confidente de todos los torcidos de los últimos 5 gobiermos por lo menos.Preso debiera estar.
ResponderEliminarLe falto el Logo de Caracol Radio, es entendible que no se patea la lonchera.
ResponderEliminarMás torcido? Imposible. Si este hombre conociera el valor de la dignidad en un ser humano, ya habria renunciado. Pero es claro que no sabe que es dignidad. ¡¡¡Qué horror!!!
ResponderEliminarBuenismo
ResponderEliminarBuena Pascual, personaje siniestro el Gestor Martínez, ojalá por una vez en la historia de este platanal se haga justicia.
ResponderEliminarS
ResponderEliminaru padre, ese viejo sabio que se reía con sarcasmo de la realidad colombiana, hoy se debe retorcer donde esté.
S
ResponderEliminaru padre, ese viejo sabio que se reía con sarcasmo de la realidad colombiana, hoy se debe retorcer donde esté.
S
ResponderEliminaru padre, ese viejo sabio que se reía con sarcasmo de la realidad colombiana, hoy se debe retorcer donde esté.