Es lógico que las lecciones que intenta la publicidad institucional tengan siempre un aire patético. En últimas esa es su naturaleza, buscan componer una alegoría moral con aires conmovedores, un pequeño drama con una conclusión edificante. Lo malo es que el diálogo de suspiros coronado con un mandamiento termine siendo ridículo, o ingenuo hasta rallar con la tontería. Cosa que no parece muy difícil porque la publicidad envilece todos sermones, les entrega el tono dudoso que acompaña a los apocalípticos de megáfono.
Desde hace unos meses las emisoras repiten con firmeza unas advertencias moralizantes compuestas por mandato del Ministerio del Interior. En ellas se exhorta a las mujeres a alejarse de los falsos tesoros que ofrecen los narcotraficantes, a desconfiar de sus gracias que terminan en “sangre, desolación y muerte”, según dice la voz tétrica del locutor. Cuando los niños esperan regalos del papá que está viajando se intuye la muerte o la cárcel en la voz dolorida de la madre que intenta una explicación. No se meta con un mafioso, es la máxima escueta detrás de los comerciales dirigidos a las mujeres. La licitación del Ministerio habla de cuñas para “prevenir la proliferación de los narcotraficantes de mediana escala en el país”.
Sólo un profesor de internado podría tener una vista tan corta y unas intenciones tan largas. Nadie en Colombia necesita de treinta segundos en la radio para entender que los mafiosos juegan a una suculenta ruleta entre rojos y negros. Vamos a cumplir tres décadas de vivir y sufrir historias relacionadas con la mafia. Los novelistas las han contado a su manera, los sociólogos han descrito los códigos y las manías de sus círculos y hasta las telenovelas -desde La mala hierba hasta Sin tetas no hay paraíso- se han encargado de las apoteosis y las tragedias de los “traquetos”, según la atrevida jerga del Ministerio. A un ministro con ínfulas de pastor es al único que se le ocurre que una propaganda diciendo que los mafiosos tienen la muerte a las espaldas es un consejo oportuno. Alguien debería leerle al Ministro las crónicas en las que se cuenta como las mujeres en algunos barrios se cruzan de brazos y de piernas para exigir que sus hombres guarden los fierros. Tal vez serviría para que sus políticas no se parezcan tanto a los arrebatos de un párroco mediocre y despistado.
Las cuñas suponen que las relaciones entre hombres y mujeres comparten la lógica de la entrevista personal y la hoja de vida propia de las bolsas de empleo. Pero si en ese campo no sirve la advertencia materna ni el ultimátum paterno, qué podrá decirse del mensaje del Ministerio del Interior y Justicia. El gobierno debería saber que los narcos suelen ser unos seductores muy poderosos. Algunos de sus funcionarios y congresistas cercanos podrían contar sus dolorosas experiencias.
Cuando la publicidad estatal dice no fume, no maneje borracho o no tire basura a la calle es posible entender su lógica. Se cuestiona un comportamiento puntual para que en el segundo exacto en que se toma una decisión al respecto se recuerde el reproche ingenioso, y tal vez se deseche la intención dañina social o individualmente. Pero cuando se intenta dar una pauta de comportamiento con respecto a las decisiones más complejas, al rumbo que toma la vida, muchas veces sin preguntar mayor cosa, no sólo se está cayendo en el moralismo barato sino en la inutilidad y la tontería. Y si el coro se repite todo el día y a toda hora en el radio, no queda más que recurrir a la risa y acompañar a los mafiosos que muestran sus colmillos cariados recubiertos en oro.
Aunque no he oido los comerciales, segun lo que decis la campaña es ridicula y corta de miras y muy charra.
ResponderEliminarPero no estoy de acuerdo con vos en que es necedad que el estado trate de influir en las decisiones mas complejas de la vida privada.
Porque por ejemplo las campañas para prevenir el embarazo adolescente caen en esa categoria, y efectivamente me parece que son muy importantes.
Pero hablando de embarazo adolescente los hijueputas insisten en que la estrategia es decirle a las niñas que se abstengan de tener relaciones sexuales. Lo cual en mi opinion es la ignorancia al extremo.
Vos hay veces decis que somos un pais al que le falta seriedad (y quien podra poner esto en duda), y has puesto como ejemplo otros paises. Yo te pregunto: En los paises mas "desarrollados", el estado emprende este tipo de campañas ?
Por ejemplo en Noruega, el embarazo adolescente tambien sera un problema de salud publica ?, y si no es un problema de salud publica cual es la razon para ello. Desde mi alma de moralista catolico espero que la solucion noruega no haya sido el aborto.
Hey, vos sabes que putas es lo que estan proponiendo los candidatos a la alcaldia y a la gobernacion?. Esos manes deberian ganarse el premio nobel al discurso sin importancia: Menos desconectados, servicios publicos mas baratos, segundo piso, continuar con la labor de esta administracion que ha sido un ejemplo para Colombia y el mundo !!!. Pobres candidatos no saben hablar. Claro que a la final se me cerro la entendedera pero no les entiendo ni mierda.
Voy a pillar las entrevistas con German Castro para ver si les logra sacar alguna cosita.
Muy charro Medellin como pareciera orbitar alrededor de Empresas Publicas.
Suerte y gracias.
Juan David
ResponderEliminarCreo que el ejemplo que ponés del embarazo adolescente cae dentro de las decisiones puntuales, las decisiones de un momento en las que las advertencias del Estado, más la educación que el reproche con tono de cantaleta, pueden tener algún grado de influencia sobre los comportamientos de los ciudadanos. Aunque tener un hijo tiene que ver con las decisiones más complejas de cualquier hombre o mujer, las campañas del embarazo adolescente no intentan una reflexión de fondo sobre el tema, no buscan subrayar las consecuencias morales ni las trabas en el desarrollo y la educación de las madres prematuras ni poner en evidencia la cadena de pobreza que muchas veces implica el embarazo en falda de colegio. Lo que buscan las campañas es el simple pragmatismo: “Use los métodos de protección para evitar enfermedades y embarazos no deseados”. El Estado en este caso no juega al pastor sino al visitador médico, al promotor de salud pública. Otra cosa muy distinta es cuando el presidente sale a decir que es mejor que los adolescentes aplacen ese gustico. Ahí estamos de nuevo en el sermón de las propagandas sobre los narcos que patrocina el Ministerio del Interior. El tono paternal que asiste a muchos de los discursos de este gobierno.
Juan David:
ResponderEliminarSegun logro entender de Pascual, es mas facil decirle a una pelaita paridora de esas que por favor use Condon a decirle no se enamore de x o y traqueto.
Uno muy facil puede prevenir un embarazo sin la necesidad de abstenerse del "gustico", pero con un preservativo no se previene un enamoramiento.
Hey, verdad lo que decis acerca de las campañas: la politica se convirtio en la ridiculizacion de las ofertas que prometen comprar el voto al mejor precio. parecen un centro comercial ofreciendo banda ancha gratis y computadores "para los pobres" al que entre y bote por lupe. Perdon, creo que perdi el hilo de la analogia.
El fin. Debe replantearse el proposito de la politica, las campañas y su fin.
Suerte.