Alguien quiere burlarse
de nuestras muertes repetidas.
Con crueldad,
tiñendo la mugre del río con una tinta roja,
con evidencia torpe.
Y se habla de plagas y los asesinos se bendicen.
Pero es sólo el trabajo de un hombre inocente,
de un curtidor de cueros.
Me quitaste la palabra de la boca. Ya te iba a pedir, intrigante cachetón, que le jalaras a tu poesía en este espacio.
ResponderEliminar¡Eso es!
Del cielo cayó una rosa...
Tuya, como muchas.
FyM.