jueves, 29 de noviembre de 2007

Londres: Inventario de llamas y brumas







Los romanos fueron los primeros en imponer a Londres el deber de un telón para los dramas de misterio. Dijeron que esa orilla del Támesis tenía aires espectrales, hilachas blancas, pequeñas barcas de niebla. Más tarde la ciudad se encargó de ensuciar el fondo de su escena convirtiendo su cielo en una estopa de trabajo. El carbón de las calefacciones hizo que Isabel I se quejara del gusto de hollín entre sus dientes tiznados. Las primeras chimeneas industriales le entregaron la capa negra a detectives y destripadores por igual. El fondo de una botella manchada era un antifaz común para los londinenses. Los transeúntes caían al Támesis por falta de visibilidad, el Agente secreto de Conrad hablaba de un “velo de niebla insoportablemente húmeda” y Wilde miraba hacia un “mar marcado con unas bandas grises”.
La apoteosis de los incendios recurrentes servía para matar el tedio de las brumas cotidianas y agregar algo de lumbre a los faroles de gas. En 1666 un panadero de nombre Thomas Farynor olvidó las masas en su horno y provocó el más grade incendio de la historia de Londres. El alcalde, frío y sereno hasta la estupidez, dijo que las chispas no eran gran cosa y que se podrían apagar con la buena meada de una dama. No hubo quien y el Londres al interior de las murallas romanas ardió durante 3 días. El incendio comenzó en Pudding Lane -calle del bizcocho- y fue controlado en Pie Corner -esquina del pastel- por lo que la estatua dorada de un muchacho con carnes de más conmemora las llamas con sabrosa mea culpa: “En memoria del incendio de Londres, ocasionado por el pecado de la glotonería”.
En 1834 una hornilla recalentada hizo arder en una misma pira a la Cámara de los Comunes y la de los Lores. Todo Londres contempló la escena con la excitación propia de los pirómanos, atendiendo el consejo de Gastón Bachelard: “Hallándose en proximidad del fuego, es menester sentarse; es preciso descansar sin dormir, es necesario aceptar, objetivamente, el ensueño específico.” El más ilustre de los curiosos era el pintor William Turner. Se dice que sacó su libreta y tomó algunos apuntes en carboncillo que desarrolló más tarde en dos cuadros sobre el tema: atardeceres artificiales con un Támesis ardiendo.
Las brumas de Londres han pasado a ser una especie de nostalgia, un recuerdo de las novelas leídas hace un tiempo, un vaho que extrañan los turistas amigos del cine de terror. Pero el fuego tiene su memoria y los incendios nuevos se encargan de reconstruir algunas escenas con fumarolas altas. Parece que cada dos años Londres necesitara de un bracero como ofrenda a sus humos idos.
Hace dos años el espectáculo fue en el depósito petrolero de Buncefield. El humo negro llegó hasta las costas francesas, un oscuro continente flotando desde su pequeño ojo de tanques en las afueras de Londres. Durante tres días la capital inglesa fue señalada con un hilo grueso que soltaba hebras en dirección a Europa. Desde los bombardeos de hace algo más de 60 años la ciudad no lucía tanto desde lo alto.
El más reciente incensario se apagó hace apenas unos días. “Se advierte una densa nube de humo negro sobre el este de Londres”, dijeron los cables de noticias. Un testigo algo menos brillante que Turner describió el panorama: “Había muchas llamas y humo llenando el cielo”. El incendio afectó terrenos que serán habilitados para escenarios deportivos de los juegos de 2012: premoniciones de llamas olímpicas. Las ciudades, como cualquiera que haya vivido más de 70 años, tienen derecho a ciertas manías nostálgicas, a pequeños homenajes que el escándalo de las sirenas nunca podrá entender.

2 comentarios:

  1. Flemática flama
    (Coda)

    London's burning! London's burning!

    All across the town, all across the night
    Everybody's driving with full headlights
    Black or white turn it on, face the new religion
    Everybody's sitting 'round watching television!

    London's burning with boredom now
    London's burning dial 99999

    I'm up and down the Westway, in an' out the lights
    What a great traffic system - it's so bright
    I can't think of a better way to spend the night
    Then speeding around underneath the yellow lights

    London's burning with boredom now
    London's burning dial 99999

    Now I'm in the subway and I'm looking for the flat
    This one leads to this block, this one leads to that
    The wind howls through the empty blocks looking for a home
    I run through the empty stone because I'm all alone

    London's burning with boredom now...
    London's burning dial 99999

    the Clash

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  2. Je je, iba a poner el coro de esta canción que trascribió ahí el señor potato. Matamos un angelito.
    me gustan mucho estos artículos.

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