martes, 21 de octubre de 2008
Selección natural
Es difícil seguir el rastro de los depredadores en las ciudades. Las suelas gastadas, el mismo caminar insípido de las víctimas, la misma fatiga. No hay señales particulares ni gestos amenazantes. La caza responde a la inocente promesa que ofrece la trampa en el camino. Ese objeto misterioso. La uniformidad de los despojos tampoco ayuda, huesos e hilachas que se repiten en un descampado.
Pero el ojo de los cazadores es siempre cuidadoso. Detrás de sus pasos al restaurante corriente y sus caminadas alrededor del hotel deslucido hay siempre un seguimiento. Un sigilo que se oculta tras la sencilla ociosidad. Saben muy bien que sus víctimas han comenzado a cortar los hilos que los ataban al mundo doméstico, han iniciado excursiones peligrosas fuera de la orbita de sus dolientes: los niños que se aventuran con la caja de chicles, los jóvenes que han viajado lejos tras de algún resplandor, los solitarios que sólo pueden elegir el riesgo, los indefensos que no logran recordar el número de su cédula.
El “reclutamiento” de los jóvenes en Soacha, el eje cafetero y algunos municipios en la costa norte, su transporte en busca de un combate fingido en algún pueblo lejano y sus tumbas como enigmas, sencillas, con apenas dos letras y una fecha incierta, demuestran las habilidades de los cazadores para encontrar las presas más vulnerables. Luego de la muerte aparecen algunas fotos repartidas en los muros de la ciudad: un interrogante desesperado que leen los curiosos en el paradero. La más silenciosa de las alarmas. En muchos casos no queda más que la resignación y la incertidumbre que dejan los ahogados. Sólo un año después de los primeros “enganches” la colección de víctimas comenzó a mostrar sus rasgos comunes: una especie numerosa e invisible de jornaleros y rebuscadores, una legión de camineros por obligación a los que es imposible seguir hasta sus tumbas. Ni siquiera alcanza para el pasaje de Soacha hasta Ocaña: “Yo quiero irme de aquí, pero no he podido. Es que mi hijo era el que me ayudaba y ahora tengo que buscar plata para vivir y hacer vueltas. Hasta una amiga y la esposa de mi hijo salieron a pedir plata en la calle para traer el cuerpo de mi hijo de por allá”, las palabras de una de las madres de Soacha sirven para todas.
La estrategia de estos cazadores no difiere mucho del método que usó Luis Alfredo Garavito durante sus correrías de sádico taciturno por Colombia. Caminando plazas de mercado, canchas de barrios periféricos, semáforos concurridos. Luego de 176 víctimas y unas gafas torcidas y unos zapatos viejos al lado del cuerpo de un niño se logró seguir el ovillo de sus rutas. Sus víctimas, más jóvenes, también bordeaban límites peligrosos: soñaban con ir a la playa en un camión, habían cambiado a su madre por el jefe en el puesto de mercado, querían comprar unos pedazos de carne para su perro. Iban y venían entre el mundo de protección y tedio de la familia y el azar prometedor de las calles.
Mirando las esquinas es difícil imaginar esas temibles celadas que esconden las ciudades. La marca de los verdugos no se advierte en las calles, está reservadas para los cuentos y las fábulas. Es más fácil identificar las víctimas. El comienzo de un poema de Víctor Gaviria nos entrega una pista ineludible: “Para los hijos de los pobres siempre hay la esperanza de perderse en el laberinto de las calles y nunca aparecer”.
Algunos ingenuos piensan que es "falta de pela", pero no, ya Juka nos demostro que las pelas infantiles no garantizan una adulto sensato.
ResponderEliminarjajajaaja, finisimo!!
ResponderEliminarJDV, toda regla tiene su excepciopn, a mi por ejemplo el juete si me aconducto!!!
ResponderEliminarOiste hace rato no me leia el articulo completo, y este me parecio terrorifico, recree los niños en contra de esas fieras.
Definitivamente a esos aberrados hay que caparlos en plaza publica y darle la muerte de los 4 golpes!!!
Ojala los pelados aprewndieran a ver cuales son los posibles depreadaores y les puedan dar su "puntada" antes de que los aberrados los encimen.
Qué buen post, imposible no ver a Garavito acechando en las esquinas, en las cafeterías. Ve, Pascual, y a propósito de cazadores, este domingo en Especiales Pirry vamos con el larga duración de los paras. Por el lado A los verdugos; por el B las víctimas. Y claro, mucho N.N nos dejó H.H. Pero no me atreví a gastarle la broma.
ResponderEliminarSaludos,
Asomados a ese pais casi invisible, para el que no tienen sentido alguno nociones simples como derechos, democracia, ser humano o dignidad, no nos quedan sino expresiones de profunda derrota, de náusea, de inane furia. Como haber asistido muchos siglos despues al empalamiento sistemático, al exterminio. Como asistir, ya se dijo, al fin de la idea de hombre.
ResponderEliminarJuka, ¿pillaste la entrevista de Salazar en el colombiano?.
ResponderEliminarNo hay que olvidar que el problema de Salazar son los reinsertados y sus patrones, no es cualquier maricada, no hay que olvidar que a Luis Perez todo le quedo grande: call center, computadores, etc.
Pero no mentiras, Lupe tiene sus meritos, vea el techo de la macarena, una obra monumental.
No hay que ser un visionario para saber que cualquier politico por muy independiente que sea, necesita escoltas y gente armada que lo custodie para todas partes.
ResponderEliminarEse es el caso del alcalde Salazar. Quien se apunta señores!!!! Y se apunto de lo peorcito.
Bueno va la ultima, Obama, en negro con buen perfil fisico, le saco diez puntos a su contrincante por acudir muy fervoroso al lecho de su abuela aquien tanto ama, por encima de cualquier discurso o cosa.
Pienso que si hay terremoto se cae la Macarena con ese techo tan caro y pesado.
ResponderEliminarlo de salazar definitvamente me convencio, el hombre muy valiente, y un termometro que mide que tan bien lo esta haciendo fue las dclaraciones de la Hiena santos, con eso es suficiente para mi que Salazar tiene moral para gobernar.
ResponderEliminarMe gustó este comengtario de un lector en El Especatador:
ResponderEliminar"Recuerda uno el comentario de una señora en una comisaría de Pereira, recogido por el periodista que escribió el libro sobre Garavito: mire, periodista: le aseguro que si hubieran sido niños ricos, no alcanza a matar cinco".
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar7.763 desapariciones fueron reportadas en los dos últimos años
ResponderEliminarRevista Cambio.
PD: Que bueno que pascual toco el tema de clases, un tema del que me ha criticado a morir y ahora el mismo se encarga de hacer la diferencia de clases, pero en buena hora,
Chinasky; la columna me gusto mucho, eso seguro la escribio despues de haberse tirado del 6to piso y con el totazo recupero la cordura.
ResponderEliminarSera que salio del parque pal PC??
ResponderEliminarAqui una columna de un recalcitrante cubano, pero vale la pena porque tiene que ver mucho con nuestro mesias.
ResponderEliminarRealmente se me hace difícil votar por un candidato cuyo rostro comienza a aparecer en todas partes: camisetas, botones, corbatas, relojes, sombrillas… A esto se añaden las variantes en que ese rostro aparece en las camisetas: rodeado de un aura caliginosa, efectos de sombra y luz, mirada que se pierde a lo lejos como si divisara el futuro…Tampoco me resultan confiables esas personas que ostentan su opción política de modo tan vehemente, al mejor estilo de los propagadores de evangelios. Nunca había visto tanta cantidad de adoradores y súbditos, sedientos de redención, rendidos al entusiasmo, agitadores de pendones… Estoy hablando del candidato demócrata, por supuesto.
Lo mismo me pasaría con el otro, si percibiera el mismo tipo de carnaval político en su orilla. Es cierto que la gobernadora de Alaska provoca cierta efusión en algunos de sus partidarios, pero se quedan cortos.
Mi candidato era Giuliani. Lo que más me seducía del ex alcalde era su capacidad para despertar el odio más profundo de jacobinos y ñángaras.
A la hora de elegir, ha de votarse por un Presidente, sea quien sea, demócrata o republicano.
Nunca por un Mesías.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarComparto las apreciaciones del cubano que cita Juka, desconfío de los candidatos que llegan hasta las promesas del sermón, hasta las benditas utopías. Pero en ocasiones el candidato no puede desperdiciar su ventaja retórica, su mirada perdida en la esperanza; más cuando acaban de pasar ocho años de desengaño absoluto, de sequía en resultados prácticos y en el discurso de ilusiones que de algún modo implica la política. Lo grave no es que se venda como un mesias, lo grave es el que una vez electo se lo crea. Esperemos que Obama sepa hacer esa pequeña distinción.
ResponderEliminarComo siempre los cubanos son los mas controvertidos entre los latinos y los cuabnos americanos. No todos son gusanos y si lo son son inteligentes, y saben de politica, bien sea por esquizofrenia o por vivir en un paraiso asaltado. Ni ñangaras que esperan ayuda, mientras la rumba no para.
ResponderEliminarA los cuabno americanos que no son latinoamericanos les gusta Giuliani el italiano por godo, visigodo y todo lo que huela a pornografia. Pobrecitos los cuanos americanos que no tienen patria, y serian el plato fuerte para ser shopenharianos.
Odian a Obama por negro, y porque lo ven castrista.
Cubanos americanos, ya que no se consideran latinoamericanos, para nada. Talvez los cubanos de la isla sean latinoamericanos,pero seduce mas el cubanoamericano que vive en Miami como genios comemierdas.
ResponderEliminar