viernes, 20 de febrero de 2009
Jueces y espiritistas
Kaing Gueve Eav, también conocido como el profesor Duch, huyó con su mujer y sus dos hijos de la prisión de Toul Sleng en la capital de Camboya, luego de tres años de arduo trabajo. Era el encargado de vigilar los interrogatorios, dictar las normativas para víctimas y verdugos, archivar la información. Sufría las fatigas y el tedio de un archivero corriente: “Todos los días tenía que leer y controlar las confesiones. Realizaba esta lectura desde las siete de la mañana hasta medianoche. Y todos los días, hacia las tres de la tarde, me llamaba el profesor Son Sen, ministro de Defensa, y me preguntaba cómo iba el trabajo.”.
El trabajo de Duch iba bien. Bajo su disciplina de profesor de matemáticas, instalado en los salones de un colegio convertido en prisión, murieron más de 15.000 camboyanos. Antes de la muerte debían declarar su traición al régimen paranoico que dirigió Pol Pot entre 1975 y 1979. “En ocasiones los relatos de los presos daban seguridad, no había riesgo. Pero veíamos enemigos y más enemigos por todas partes. Pol Pot, el hermano número 1, el jefe de todo, no estaba satisfecho con esa afirmación; era demasiado normal, había que sospechar siempre, temer algo, y llegaba la petición: ‘Interrogadlo otra vez, interrogadlo mejor’”.
Era cuestión de apretar un poco las tuercas. Se seguía la misma lógica del Gulag organizado por Stalin. Las torturas no eran para obligar a revelar un hecho sino para conseguir un personaje que protagonizara una ficción. “Ninguna respuesta servía para evitar la muerte”, ha dicho Duch. “La muerte soluciona todos los problemas. No hay hombre, no hay problema”, había dicho Stalin.
Al momento de huir, acosado por las tropas vietnamitas que derrocaron a los Jemeres Rojos, Duch tomó una de las rutas del hormiguero de refugiados que recorría el país. Caminó contra la corriente mayoritaria que regresaba desde granjas agrícolas a las ciudades desocupadas y desapareció durante veinte años. Se confundió con las víctimas, fue capaz de convertir el remordimiento en dolor. Escondió sus enormes dientes de piedra, se bautizó con el nombre de Hang Pin y se dedicó al comercio en una aldea campesina. Un vendedor de baratijas. Más tarde volvió a sus días de maestro ejemplar en una escuela de campo: “Parecía diferente de los otros profesores. Ellos enseñaban del libro, pero él no. Lo sabía todo de memoria. La mayoría de los estudiantes querían estudiar con él. Si alguien no entendía, él le explicaba hasta que entendiera.” Luego se convirtió al cristianismo de la mano de los misioneros gringos quienes de verdad son omnipresentes.
Ahora Duch ha vuelto a los interrogatorios. Es uno de los acusados frente a una corte internacional que lo juzga por crímenes contra la humanidad. Viendo su figura endeble y oyendo sus confesiones y sus súplicas de perdón es imposible no preguntarse si es el mismo hombre. Las víctimas oyen sus respuestas en el tribunal y no pueden encontrar al sanguinario de Toul Sleng. Parece que el tiempo ha hecho imposible la justicia. O al menos la venganza: “Miro a Duch y parece un hombre viejo y muy gentil. Era muy diferente hace treinta años, era un hombre muy cruel”. Duch es un converso envejecido y triste y el infierno de Toul Sleng es un museo macabro para turistas franceses. Los jueces se encargan de juzgar viejas pesadillas, de invocar los restos del viejo demonio que todavía quedan en el pellejo de Duch.
Hay una familiaridad entre esta columna dedicada a Duch y una de hace unos meses llamada Carnicero Cósmico y dedicada a Karadzic. Sin embargo creo que los dos personajes son distintos. Duch no construyó una fachada para tapar su pasado o sus dientes, volvió a ser el mismo maestro de escuela, dejó los salones de tortura de Toul Sleng y volvió a sus clases de matemáticas y física.
ResponderEliminarLa captura de Duch luego de veinte años de sus estragos en el campo de exterminio también tiene una singularidad. Duch casi se entregó. En 1999 oyó decir a Pol Pot, que vivía como prisionero de la exigua guerrilla Jemer que quedaba en una provincia de Camboya, que el campo del que tanto se hablaba nunca existió. La negación de sus pesadillas lo llevó a dar una entrevista a un periodista inglés de modo que su captura fue cuestión de días. Sin juicio, sin proceso duró diez años en la cárcel. Apenas hace una semana vive su rol de interrogado.
Su frase más famosa la dijo hace unos años al ser llevado, con su consentimiento, a visitar sus antiguos dominios: " pido perdón, sé que no pueden perdonarme, pero les pido dejarme la esperanza de que pueden". Me parece que de todos los genocidas transformados es el de la máscara más sencilla y la más grande transformación. Como si luego de unos años hubiera salido del embrujo de los jemeres rojos que en su tiempo sedujo también a un buen grupo de estudiantes y académicos franceses.
Hay una entrevista muy interesante con el personaje. Va un adelanto y el enlace
ResponderEliminar"En la época de la guerrilla yo tenía 25 años, Camboya estaba corrompida, el comunismo estaba lleno de promesas y yo creía en ellas. Sin embargo, ese proyecto fracasó. Entré en contacto con los cristianos en la ciudad de Battambang, con la Golden West Christian Church, con el pastor Christopher La Pelle."
Estoy detrás de un librito que cuenta que parece un buen retrato del Duch profesor de torturas. Se llama El Portal y su primera edición es del 2000. Fue escrito por el etnólogo Francois Bizot quién en 1975 estuvo tres meses bajo el interrogatorio de Duch. Todavía no existía el campo de Phnom Phen. Duch era un guerrillero y ya manejaba su complejo de chozas para examinar la lealtad de propios y extraños. Capturo a Bizot y lo interrogó todos los días hasta que sin saberse por qué le abrió la jaula. Muy pocos salían vivos de sus encierros. Se habla de no más de 7 u 8 personas que pueden contar sus encuentros con Duch como jefe de prisión. La mitad del libro son los interrogatorios conversaciones entre Bizot y Duch y el resto el papel de Bizot como enlace entre los Jemeres rojos y la embajada francesa, jugando un papel parecido al del hombre Hotel Ruanda.
ResponderEliminarAquí va el prologo de John Le Carré y una pruebita del texto.
Lo último para no cansar más con el tema. La sorpresa de una página de un Colombiano con una mirada sobre Camboya. Está buena y tiene el día a día sobre el juicio. El hombre se llama Albeiro Rodas.
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ResponderEliminarMuy impresionante el blog de Albeiro Rodas.
ResponderEliminarLes cuento que la pruebita incluye la visita al chonto (¿asi es como le dicen, cierto?).
Excelente la columna.
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ResponderEliminarAcusado con el temple de criminal digno, pues a contrario de muchos pidió perdón. Otra voz para otros infames como Milosevic, Fujimori, entre otros, quienes incluso se han victimizado frente a un tribunal. Llegará el momento en que la CPI venga por estas latitudes y juzgue a tanto abusivo, tanto de izquierda como de derecha, que por aquí pulula.
ResponderEliminarQue interesante punto de vista para los neurologos radicales, que no han podido encontrar el gen asesino; que podria estar en Camboya o en otro pais que empiece por C como Colombia. Porque si los padres de Sangrenegra eran buenos, porque el chico de 16 años se volvio un criminal tan temido, que amaba a algunos amigos por alla por El Cairo, Valle?
ResponderEliminarPero como estos juicios solo han ocurrido desde el siglo XX, nunca antes, en milenios, se ha juzgado a asesinos tan vario pinta como reyes, validos y militares, sin contar con lo que hacian cientos de papas y cardenales, Alejandro VI, entre otros; osea que el asunto es cosa nueva en la materia, y el criminal camboyano, cuyo nombre no quiero escribir, puede salir libre, porque no sabia lo que hacia, porque a lo mejor queria darle el descanso eterno a tanta gente que sufre por las veleidades de la politica.
Las matanzas que han ocurrido en Colombia en los ultimos 20 años, confunden al mas esceptico cientifico, porque la maldad del hombre, segun Sartre, la mas perversa y feloz la bestia humana.
Y a proposito, gracias a Pascual por haber asistido al Show de Marilyn en el Guanabano el ultimo sabado. Vi como le entregaba las flores al poeta, despues de su estreno del primer show of off off Broadway. Gajaka quedo muy complacido con el publico asistente. Y promete otras presentaciones en diferentes bares de la ciudad del UNIVERSO CENTRO.
Que mortandad; la imagen de los millones de peces muertos en la bahia mas sucia del continente americano, Santa Marta, es la cara de la moneda nuestra, pues no hay para donde mirar y salvarse de las tragedias que la civilizacion por culpa de las religiones, y el makartismo estan acometiendo con pulpitasos y torturas, cada vez mas , cada vez mas.
ResponderEliminarLa pregunta de los 64 millones: ¿Porque nos abandono Juka, para no volver? Porque yo lo hice y volvi por cierta solidaridad conmigo, pero aqui no veo la solidaridad para con juka, por ejemplo de Chinaski y Pascual Gaviria.
Pacual ... ud realmente cree que alguien pueda cambiar tan profundamente?
ResponderEliminarEJECUTIVO IMPRIME DOBLE
ResponderEliminarMedellín, 18 de febrero de 2009
Luego de que su secretaria tuvo que ausentarse para asistir a una cita médica, el empresario Tomás Hoyos imprimió por partida doble un extenso documento del que sólo necesitaban una copia. “Soy muy malo para los computadores, creo que le di dos veces la orden de imprimir”, dijo apenado el señor Hoyos a un reportero de A-pín. La secretaria, Blanca Zuleta, lamentó el hecho y explicó que ese trabajo le corresponde a ella: “La única que le conoce las mañas a la impresora soy yo, lo que pasa es que el doctor es muy ansioso, yo hubiera podido imprimir después”. El empresario se mostró indiferente con lo sucedido y se encerró en su oficina mientras Blanca adecuaba un espacio para hojas de reciclaje. El documento, de 85 páginas y con algunos gráficos a color, será presentado la próxima semana.
Noticia como ésta y más en:
http://agenciapinocho.blogspot.com
MICROFICCIÓN PERIODÍSTICA !!
Ahí disculpás "Barbas" la cuñita.
La historia de los lejanos setentas enlaza la América Latina con Francia cuando la crítica a la represión comunista exigia estar dispuesto a protestar contra todas las maldades, o no hablar de ninguna. De ellas la principal era el capitalismo occidental representado en los EE.UU. Por eso, “El tiers-mondisme que prevalecería en muchos círculos intelectuales franceses durante los años sesenta simplemente transfirió las actitudes acríticas de los intelectuales izquierdistas hacia el modelo soviético a los países tercermundistas“. Este análisis está disponible en http://www.elboomeran.com/upload/ficheros/elementos_home_derecha/voluntaddeignorar.pdf
ResponderEliminarHilario creo que tenés razón. Es hora de preguntar por nuestro lanzador estelar. Dónde está Juka. Ni cuando elogiamos al Medallo aparece. Un S.O.S por Juka y que regrese, que Fidel no ha muerto.
ResponderEliminarMER creo que Duch era otro luego de 20 años de vida intentando alejarse de las tenazas de su oficio. Para mí el hombre era presa del embrujo comunista de ese régimen enloquecido. Él mismo lo dijo años después: "Los jemeres rojos no éramos salvajes, nuestros líderes habían estudiado en la Sorbona. Yo creía en una sociedad mejor". Creo que es cierto, era un hombre con una lógica muy primitiva, un representante perfecto de la banalidad del mal de la que hablaba Hanna Arendt. Como dije en la columna me parece que era una especie distinta entre los verdugos escondidos. Tenía la máscara más sencilla, maestro como en sus viejos tiempos, y la transformación más real. Pero en todo caso el mismo pellejo debe pagar, así el torturador haya muerto en buena parte.
Rule todo bien por la cuñita. Se recibe de todo, servicios sociales, cuñas, recetas...
Caborca lo de la izquierda francesa de la época es bien triste. Como dije antes los jemeres rojos fueron educados y alentados desde la academia francesa.
Lo último una cuñita propia. El domingo comenzará el Rockandgol en Medellín. Seré el comentarista imparcial entre un hincha rojo y uno verde. Medellín-Santa Fe nuestro primer juego. 1080 AM, 88.9 FM. Dios nos proteja.
Me recuerda a la cineasta Riefensthal (Creo que así se escribe)cuando la echaron al agua en Nuremberg por haberle conseguido mucho populismo al Reich. Eso de Olimpiada y El triunfo de la Voluntad. Vaya cosa, la desdichada luego afirmaba que el encanto del Nacional Socialismo le pareció tan deslumbrante que lleve pa´los dulces. Al final, absolución total, "sólo era partidaria más no activista" firmaron sus jueces...
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