sábado, 21 de agosto de 2010
Galán muere
El pasado 18 de agosto se cumplieron 21 años del asesinato de Luis Carlos Galán. Según parece la cifra no resulta muy atractiva: la fecha pasó desapercibida, casi silenciosa. El ruido de muchos medios estaba concentrado en las versiones llorosas de la hermana de Pablo Escobar. Alcancé a oír la indignación de un locutor de madrugada por la persecución y los abusos del Estado con la familia de El Patrón. El tiempo siempre trae su carga de humor negro.
Resulta llamativo que hace 4 días, cuando se cumplieron 11 años del asesinato de Jaime Garzón, las reseñas en los medios fueron amplias y como siempre tuvimos a Cínico Caspa y a Heriberto de la Calle. Será simplemente que Galán tiene 10 años más de tierra encima, o será que la sátira es siempre más pegajosa que los discursos. La risa y el olvido podría ser el título de la obra.
Los hijos de Galán terminaron conmemorando la muerte de su padre con una misa en El Espinal Tolima. Los oferentes del homenaje fueron Rosmery Martínez y Emilio Martínez Rosales, dos políticos escondidos bajo el directorio de Cambio Radical en el Tolima Grande. Me enteré de la importante noticia en la página oficial de Radio Súper Ibagué. El gobierno Santos, que demostró ser adicto al protocolo y los saludos reverendicimos, debió encargar por lo menos un pequeño comunicado para recordar tiempos peores y políticos mejores. Pero estaba ocupado soperiando el avión estrellado en San Andrés. Cada día trae su afán.
Pues así también pasó, como a los dos años de ocurrido el asesinato de Garzón. La condolencia era generalizada "porque el humor y la crítica" habían perdido a uno de sus hijos pródigos. Así fueron pasando los años, como hasta hoy, y como a Galán, de quien parece que todo el mundo se olvidó, también se olvidaron de Jesús Antonio Bejarano, (y siendo igual de grandilocuente que los apologistas de Garzón, Chucho Bejarano era "uno de los más grandes e inteligentes economistas de todos los tiempos en Colombia"), asesinado pocos días después que a Garzón, y olvidado, como Galán. Y no casualmente, también muy recordado en Ibagué y el resto del Tolima.
ResponderEliminarmmmm con mi vestido rojo, a mí la no-reacción de Santos también me tocó... o más bien su prioridad de reacción o ¿demagogia del momento será?... en fin... él que tanto ha debido estudiar y conocer su familia y pasado (es necesario apoyarse en el pasado para prometer un buen futuro), por respeto creo yo, por remembranza, debió por lo menos decir una que otra palabra en honor a aquel hombre reconocido por su tío abuelo y expresidente Eduardo Santos; o demostrar alguna gratitud histórica por Galán como reportero de una de las empresas y emblema de la familia Santos, El Tiempo... o por simple ética política (si acaso existe hoy)... o por simple y llana admiración (si acaso en su ego existe, también)...
ResponderEliminarSe OLVIDA a Galán, su discurso y su muerte, se olvida la participación de Santofimio en este país de leyes y absoluciones absurdas, y está esa señora cómplice haciéndonos RECORDAR a su hermano como ser "humano", salvador, y héroe de los pobres... Narcopaís de mierda.
Está muy bueno el final de la columna de Daniel Samper Pizano. Tanto las citas como las conclusiones:
ResponderEliminar"Pasarán a la historia nacional del sonrojo algunas páginas con las que lloraron la terminación del anterior gobierno cercanos adoradores suyos. Transcribo pocos fragmentos, pues la obra completa provoca náuseas:
Armando Benedetti: "Puede decirse sin exageraciones que Álvaro Uribe Vélez es un fenómeno universal de opinión pública literalmente irrepetible".
Ernesto Yahmure: "Culmina el mejor período presidencial de la historia de Colombia... La democracia ha dicho que era necesario un relevo en el poder. Aceptamos el veredicto y con el corazón compungido le decimos que lo vamos a extrañar. Difícilmente alguien podrá ser más querido y respetado por su pueblo".
José Obdulio Gaviria: "Finaliza la Presidencia más larga, enjundiosa, brillante y fructífera de nuestra historia. La Providencia nos regaló una inteligencia superior; un guía providencial para dirigir a su pueblo en la travesía del desierto... ¡Qué orgullo haber acompañado al presidente Uribe en su gestión; qué honor participar en la formulación de las bases históricas e ideológicas del cuerpo de doctrina que guio la esplendorosa transformación vivida por Colombia!".
Fernando Londoño Hoyos: "Como hombre de guerra ha sido inmaculado y como hombre de gobierno no tiene tacha... Su inteligencia es a veces ofuscante, desmedida, sin concesiones ni parcelas... Su memoria es desconcertante... Su fama crecerá 'como la sombra cuando el sol declina'... Parece nacido de la raza de los titanes. Es humanamente inexplicable. Otro como él no volverá".
Leyendo estos textos se convence uno de que el mayor mérito de Uribe fue haber gobernado en medio de tanta lambonería. Lo que no advirtieron los corifeos es que de titán a Titanic solo hay dos letras, y por eso se les hundieron tantos proyectos. Espero que sea cierto aquello de que el susodicho es "irrepetible" y que "otro como él no volverá".
Señores gobernantes: desconfíen de los aduladores. Estimulen la franqueza. Busquen contradictores. Agradezcan más las jodas que las odas.
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