martes, 14 de diciembre de 2010
Lecciones de Villatina
El 27 de septiembre de 1987, en la tarde de un domingo soleado en Medellín, una ladera del Cerro Pan de Azúcar rodó sobre cien casas en el barrio Villatina y dejó más de 500 muertos y 2400 damnificados. El barrio nunca había sido señalado como zona de riesgo aunque sus habitantes sabían de la existencia de pequeños deslizamientos y grietas cerca del sector donde se desprendieron los 30.000 metros cúbicos de tierra. Según los registros de Empresas Públicas hasta el 2007 ese septiembre había sido el octavo mes más lluvioso en Medellín desde 1908. Era un día de fútbol y desde la tribuna occidental se podía ver el rasgón de tierra roja que apareció en la montaña. Una medida de catástrofes urbanas creada por la Universidad de Lovaina considera a Villatina como uno de los 10 desastres más grandes ocurridos en ciudades.
Villatina albergaba milicias del M-19 y tenía altos índices de violencia. Muchos sobrevivientes siguen sosteniendo que la causa del deslizamiento fue la explosión de una caleta de los guerrilleros. Para ellos la violencia se superpone a las causas naturales. La montaña comenzó a poblarse en los 40 con las migraciones campesinas que fueron "invitadas" a vivir bajo ese pico que muchos consideraban un volcán. Problemas de violencia y disturbios acompañaron los días siguientes a la tragedia. Y claro, la respectiva avalancha emocional de solidaridad. La lectura de un estudio realizado por tres profesores de la Universidad Nacional al cumplirse 20 años de la mortandad, puede servir para identificar errores para lo que viene en La Gabriela y evaluar si luego de 23 años nuestras instituciones han avanzado en algo.
El concepto de zona de riesgo apenas se había inaugurado hacía dos años con un decreto municipal. Las filtraciones de una acequia ordenada por Corvide, entidad pública encargada de desarrollo social, se señalan como determinantes en lo ocurrido en Villatina. El Estado no solo no logró prevenir sino que puso su gotica para el desastre. Entidades oficiales y privadas se encargaron de la reubicación. La memoria de los habitantes habla, con algún sesgo contra lo que huella a políticos, de mayor satisfacción por quienes fueron atendidos por ONGs. Los campamentos provisionales estuvieron un año en pie y las soluciones de vivienda más lentas llegaron después de cuatro años. Eran las correspondientes a las soluciones ofrecidas por el sector público. Como en todas nuestras filas, así haya que acreditar lágrimas y muertos, hubo colados.
Pero no todo fue en vano. Según Jorge Orlando Melo, quien trabajó en los noventa en la Consejería Presidencial para Medellín, la ciudad logró aprender lecciones luego del cimbronazo de Villatina. Entre 1993 y 1999 se desarrolló un plan de mejoramiento de viviendas subnormales que puede explicar cómo ha sorteado con relativo éxito el invierno bíblico. Un análisis detallado de algunas zonas de riesgo permitió estabilizar sectores mediante reforestación, canalizaciones, taludes y muros de contención. De esta forma el municipio pudo llegar con recursos de mejoramiento de vivienda a zonas que antes estaban vedadas para la ayuda oficial. La normalización de los barrios ha continuado en los últimos años con las inversiones en espacio público y vías, al igual que con el programa Viviendas con corazón que tomó las enseñanzas de la década anterior.
Pero las laderas necesitan el ojo permanente, ese trabajo de vigilancia que no se nota, que no es de mostrar. Hoy en día viven en el camposanto de Villatina, declarado zona de riesgo no recuperable, más de 2000 personas. La mitad no sabe que debajo de sus casas están los fundadores del barrio.
"La mitad no sabe que debajo de sus casas están los fundadores del barrio". Hacía rato no sentía tanto escalofrío con una frase.
ResponderEliminarBueno, y ya que me puse a opinar, no dejemos suelto el dato de que aquel 27 de septiembre de 1987 fue día futbolero (como lo fue el día de La Gabriela). Si no estoy mal, se jugó un soso clásico, con redondo marcador de 0-0.
ResponderEliminarTenía 7 años yo cuando lo del cerro Pan de Azucar, me acuerdo que hasta pesadillas me dieron con tanta cosa en la tv.
ResponderEliminarLa verdad descorazonador que ese tipo de cosas sigan repitiéndose, al menos esperemos que en Villatina ya hayan hecho algo para reducir los riesgos.
Les dejo el enlace de este artículo, donde el ministro de educación de Brasil responde sobre internacionalizar la selva amazónica. Muy buena reflexión.
ResponderEliminarhttp://maccondo.com/2010/11/29/declaraciones-de-chico-buarque-ministro-de-educacion-de-brasil/#more-786
Los damnificados de Villatina fueron reubicados en La Toscana, cerca de la feria de ganado, el Enciso, en San Blas en Manrique, en Belén Los Alpes y en San Antonio de Prado. Luego de 23 años son pocos los que todavía viven donde fueron reubicados.
ResponderEliminarLa tragedia fue el puntillazo al M-19 en Medellín. Palabra que sí.
Medellín ha sufrido otras tragedias tesas por deslizamientos. La de Media Luna en Santa Elena en 1954 que fue célebre por la muerte de la mamá de Ramón Hoyos. Murieron 74 personas. Gabriel García Márquez vino a cubrir la catástrofe como reportero de 27 años enviado por El Espectador. Así lo recuerda en Vivir para contarla: ""Se sabía que el 12 de julio en la mañana había habido un derrumbe de tierras en La Media Luna, un lugar abrupto al norte de Medellín, pero el escándalo de la prensa, el desorden de las autoridades y el pánico de los damnificados habían causado unos embrollos administrativos y humanitarios que no dejaban ver la realidad". El Colombiano entrevistó al joven reportero costeño que había descrestado por dos cuentos publicados en magacines. Parece que les pareció muy grosero ese corroncho porque nunca publicaron la entrevista.
La tragedia de Santo Domingo Savio fue en septiembre de 1974. ¿Las razones? Aquí están según una vecina del lugar: "la noche anterior en ese lao
unos muchachos con unas muchachas se pusieron a
bailar en pelota y a hacer groserías, todos borrachos.
No dejaron dormir a naides y al domingo cuando
apagaron la música y se acostaron, el morro se les
vino encima"
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
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ResponderEliminarHola Pascual, bienvenido a La Luciérnaga. Estamos seguros que usted será un digno integrante de ese espectacular equipo que ha conformado el Dr. Peláez. Solo me basta desearle muchos éxitos.
ResponderEliminarwww.elciudadanoenlared.com
El Ciudadano.
hola soy yuly agudelo soy una de las tantas victimas de la tragedia tenia 4 anos de edad cuando ocurrio, nosotros perdimos a mi abueloo y otros parientes y quedamos solo con lo que teniamos puesto, el dolor aun esta en nuestra memoria y una herida grandisima dentro de nuestros corazones y la tragedia del barrio la gabriela que por cosas de la vida ahora son nuestros vecinos en bello nos ha causado a todos nosotros mucho dolor por que revive en nosotros los que 23 anos atras vivimos en carne propia y saber que mi abuelo nunca lo pudimos encontrar y muchas personas mas aun permanecen alli y que siempre ese lugar fue un campo santo donde reposa su cuerpo y el todos los que nunca encontraron y q ahora esta habitado por otras personas..
ResponderEliminarhola soy yuly agudelo soy una de las tantas victimas de la tragedia tenia 4 anos de edad cuando ocurrio, nosotros perdimos a mi abueloo y otros parientes y quedamos solo con lo que teniamos puesto, el dolor aun esta en nuestra memoria y una herida grandisima dentro de nuestros corazones y la tragedia del barrio la gabriela que por cosas de la vida ahora son nuestros vecinos en bello nos ha causado a todos nosotros mucho dolor por que revive en nosotros los que 23 anos atras vivimos en carne propia y saber que mi abuelo nunca lo pudimos encontrar y muchas personas mas aun permanecen alli y que siempre ese lugar fue un campo santo donde reposa su cuerpo y el todos los que nunca encontraron y q ahora esta habitado por otras personas..
ResponderEliminarHola: Vivo en el municipio de Bello y espero que por lo menos el dinero del proceso de reubicación no se pierda, como ha sucedido en varias ocasiones, además cabe recordar que dicho deslizamiento fue causado en “parte” por el lavadero de carros que se encuentra al lado de la autopista, lo cual implica alguna responsabilidad para la administración del municipio, pues es sabido que los habitantes del sector habían comunicado a dicho ente sobre el peligro y nunca se realizo acción alguna para constatar la situación y quizá revocar el permiso.
ResponderEliminarPronto te enviare una fotografía de un coliseo cuya construcción concluyo la última semana de diciembre y cuya particularidad es que cubrió totalmente la iglesia del Carmen en Bello, pues yo aun que no soy creyente considero que dichas obras deben ser preservadas, gracias
ResponderEliminarEs desgarrador saber que este tipo de cosas pasan y que el riesgo de que sigan pasando es evidente y muy alto. También es desgarrador la impotencia que produce para muchas familias vivir en una zozobra que parece inevitable... miles de sueños enterrados, miles vidas sin luz debajo de la tierra... La naturaleza no es caprichosa,cumple ciclos y arroja resultados. Frente a la naturaleza hay poco que hacer, solamente respetarla; frente a la situación de riesgo desbordante es difícil hacerlo todo, pero puede hacerse. ¿En Dónde está el Estado?...
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