miércoles, 27 de julio de 2011
Infiernos idílicos
Leyendo el perfil de Anders Breivik que intentan los periódicos, viendo las imágenes de su granja en un alto sobre el río Glomma, con un bosque de abedules a la espalda y tres graneros pintados de rojo para lograr un contraste perfecto con el paisaje, lo primero que se me ocurre es volver a los libros de Knut Hamsun -Premio Nobel noruego- en busca de esos personajes ensoñados y solitarios, envueltos en una maraña de ideas pequeñas y torpes en las mañanas y convencidos de cambiar el mundo en las tardes con un tratado filosófico escrito a lápiz.
Los personajes de Hamsun -un afinador de pianos, un escritor hambriento que intenta empeñar los botones de su chaleco- tienen una característica que parece una simple perogrullada, que podría estar en las coplas más repetidas de las canciones más anodinas: “…la fuente de nuestras alegrías y nuestras tristezas está en lo más profundo de cada ser”. Lo extraño de esos personajes apacibles es que llevan esa frase de cajón hasta unos límites enfermizos: solo se puede saber de ellos al oír sus monólogos, llevan siempre una pequeña sorpresa que se despierta sin previo aviso.
Breivik era la imagen de un joven perfecto. Una granja dedicada a la agricultura ecológica, una amabilidad sin tacha incluso con los meseros musulmanes del restaurante Milano que visitaba en Rena, el pequeño pueblo donde estaban sus graneros rojos y blancos, una figura ideal para el álbum del típico joven noruego. Sus inclinaciones de solitario lo emparentan con los personajes de Hamsun que vivieron en el mismo campo hace algo más de un siglo. Las escenas de la novela Pan podrían servir como retrato del asesino que acaba de despertar al país nórdico de un largo encanto lejos del mundanal ruido de Europa. Un joven cazador de algo más de 30 años piensa en su cabaña acariciando su perro y el fuego de la chimenea: “A menudo, por la noche, de regreso de caza, la tibia quietud de mi casita me envolvía, produciéndome un éxtasis o agitando todo mi ser con vibraciones dulces…Algunos insectos penetran por la ventana, atraídos por la luz y el aroma del asado. Son menudos ágiles y bulliciosos; parecen alados pensamientos escapados de la cabeza de un loco.”
En la novela Hambre el personaje también es inofensivo pero exhibe mayores muestras de perturbación. Vive en la ciudad y piensa escribir un artículo “sobre los crímenes del futuro o el libre albedrío o cualquier cosa”. Se declara víctima de invisibles influencias y el simple roce con un transeúnte lo puede empujar a persecuciones implacables por las calles de la ciudad. Siente que Dios ha metido su dedo en la pequeña red de sus nervios y ha producido un pequeño desorden.
Parece exagerado acercar a los personajes bucólicos y entrañables de las novelas de Hamsun con el asesino en la isla de Utoya. Tal vez lo único que tengan en común es las lecturas obligadas de Breivik durante el bachillerato. En las señales dejadas en Internet ha preferido hablar de Kafka y Huxley. Pero Hamsun también esconde algo que sus personajes no dejan advertir: un gusto por la superioridad racial que lo llevó a apoyar sin remordimientos al Nazismo. Incluso a regalarle su medalla del Nobel a Goebbels con esta nota: “No conozco a nadie que de forma tan incansable, año tras año, haya escrito y hablado de forma tan idealista sobre Europa y la humanidad como lo ha hecho usted, señor ministro del Reich”. A sus 29 años Hamsun también despreciaba a los pacifistas y tenía una certeza: “creo en el que nace señor, el déspota natural, el líder, el que no se elige pero se erige a sí mismo en caudillo sobre las hordas de la tierra. Creo y confío en una cosa, el regreso del gran terrorista, en el César”.
Un comentarista internacional sobre los atentados en Noruega.
ResponderEliminar"P. ¿Algo ha fallado en Noruega para que suceda algo así?
R. La policía secreta. Está ciega de su ojo derecho, no era capaz de imaginar este tipo de amenaza."
Fotos sobre la guerra contra las FARC en Foreing Policy
ResponderEliminarBreivik tenía su granja cerca de una base militar y mientras buscaba perfeccionar su bomba, escribía algunos chistes sobre la paradoja de tener a los soldados tan cerca:
ResponderEliminar"Miércoles, 11 de mayo - Día 10. En el camino a la granja, Breivik Behring ve veinte militares "armados hasta los dientes". Una base militar está en realidad al lado, y puede ver las maniobras en curso. "Es irónico vivir al lado de la base militar más grande en el país", el joven se divierte, antes de bromear: "Si yo pudiera pedirle una taza de azúcar y 3 kg de C4 (a explosivos militares) a mis queridos vecinos, me ahorraría un montón de complicaciones ".
Pascual, ¿de dónde sacaste las palabras de Hamsun qeu citás al final? Me encantó esa frase.
ResponderEliminarOtra muestra paranoica chino Pascual, 28 de julio de 2011, creo ya sabes dónde
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=vY_-PE3l-1c&feature=related
Nacho aquí está el artículo que salvó la causa a las 11 A.M. La mirada sobre Hambre y Pan todavía no daba muchas luces. Mirá otra de sus frases de joven:
ResponderEliminar"¡Menuda existencia la mía! Y la educación que he tenido… nunca me han ayudado a poner orden en este caos mental. Uno comete locuras, actos no premeditados que lamenta con toda su alma después, pero ya es tarde. He tenido que educarme a mí mismo paso a paso durante toda mi existencia. Yo he trepado por la vida, no he caminado. Así que en semejantes circunstancias uno tiene mucho que lamentar, pero aquí voy con la cabeza llena de ideas, intentando ver dónde debo corregir mis errores, aspirando a cumplir con mis compromisos”.
Ayudantes del verdugo, Knut Hamsun y el nazismo
Entrevista con la jefa del servicio de inteligencia noruego. La maría del Pilar nórdica
ResponderEliminarBuena coincidencia entre Breivik y Hamsun. Cuando el Nobel noruego, casi a sus 90 años, fue acusado por su colaboración con Hitler durante la II guerra sus abogados y amigos dijeron que estaba loco, reblandecido diríamos ahora, el hombre reaccinó indignado diciendo que era nacional socialista en sus cabales. Esto dice la señora del servicio secreto noruego sobre Breivik:
ResponderEliminar"P. Usted afirmó que no cree que esté loco.
R. No creo que esté enfermo. Pero lo tiene que determinar un psiquiatra. No ha hablado con ninguno aun. Tampoco creo que él quiera que su abogado alegue enajenación mental. Si lo declaran loco se hunde su proyecto propagandístico."
Saludos Pascual
ResponderEliminarHace rato no participo en tu blog pero siempre te leo, por aquí o en El Espectador. Te escribo para preguntarte por ese chascarrillo que se formó en torno a la caricatura de El Mundo sobre uribe y uribito. ¿Si es cierto que El Mundo publicó unas disculpas? Gracias de antemano por tu respuesta.
Por cierto, qué opinás de este lamento de el colombiano:
ResponderEliminar"Lo que faltaba es que un caricaturista opine en las páginas editoriales de un diario con argumentos que no comparten las directivas de dicho diario."
Y de esta afirmación:
"Las caricaturas en las páginas editoriales de los periódicos son una especie de editorial muy corto y muy leído. Por eso quienes dibujan y escriben para esas páginas editoriales de una publicación deben tener en cuenta la línea del medio para no ir en contravía de él."
Nunca he estado en ninguna facultad de periodismo o de comunicación social de ninguna universidad. Pero con lo poco que he leído en diarios, considero que se podrían controvertir ese lamento y esa afirmación. ¿No creés? Gracias por tu respuesta.
Lo único malo de la cultura mafiosa es que, como es superficial por antonomasia, en ella terminan instalándose a manera de sus hermenéutas, exhorcistas y diagnosticadores principales y eminentes, tipos tan tontos y apocados intelectualmente como pascual y alejandro gavilla.
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