martes, 23 de agosto de 2011

Maestro de ceremonias





Las dificultades al comprar un tapete para la Casa de Nariño le demostraron al presidente Juan Manuel Santos que el Estado es una mula resabiada y altanera: se mueve a su ritmo y en la dirección menos pensada, entre más le zumbe la fusta más se planta y se burla con corcoveos de las buenas intenciones de su montador. Para señalar el problema Santos prefirió una figura menos montañera -por obvias razones- y dijo que lo tenía preocupado el “Estado paquidérmico”. Parece que luego de resolver ese pequeño inconveniente de decoración, el presidente escogió su rumbo: el ornamento, la pompa, el aliño como una de las pocas posibilidades de gobierno. La consigna parece clara: si es imposible mover al Estado, se hace necesario ponerlo a posar.
Santos ha demostrado ser un especialista en las declaraciones de principios, la corrección política y el viejo truco de llevarle la corriente a eso que llaman la opinión publicada. Del gobierno anterior se decía que marcaba la agenda de los medios, de este se puede decir que se mueve -es decir se pronuncia- según el rumbo que marquen las agujas de los periódicos, las emisoras y los noticieros. Mockus utilizó tristemente los estribillos para su campaña; Santos los utiliza para su gobierno.
Vale la pena mirar unos cuantos botones bien lustrados en la chaqueta impecable del maestro de ceremonias. Hace 11 meses se entregaron en Urabá 34 títulos de propiedad como un acto simbólico que anunciaba la gran estrategia de reparación a las víctimas y restitución a los despojados. El pasado lunes El Colombiano publicó una noticia según la cual el Incoder está intentando revocar las adjudicaciones que marcaron el primer hito de aplausos del gobierno. Los beneficiados eran invasores que lograron engañar a las instituciones encargadas de aplicar la ley de víctimas. Un campanazo de alerta para antes de comenzar.
La diplomacia ha sido otro de los grandes lances del gobierno. Solo encuentra enemigos en los antichavistas enfermizos. Pero hasta ahora solo se ha pasado de los gritos a los gestos de amistad fingida. Solo hemos ganado en silencio. Las exportaciones a Venezuela disminuyeron en el primer semestre del año y el Comandante de las Fuerzas Militares admitió que las posiciones de la guerrilla en Venezuela se mantienen. En el tema del medio amiente Santos entregó un nombre vendedor para lo que sería un renovado ministerio. En el último año, tal vez como nunca antes, el país ha asistido a grandes polémicas ambientales gracias a la llegada de las grandes empresas mineras. Pero ni el ministerio ni la señora a su cargo lograron aparecer. Hace unos días un foro en Boyacá sobre un polémico proyecto de Ecopetrol en Sutamarchán, tuvo como único ausente a un representante del gobierno. Parece que la señora Bessudo sigue trabajando en fundaciones bajo el mar.
En el tema de la salud, luego de un año de estudios, escándalos y vueltas en el sistema de fichos en los hospitales, el gobierno salió con un acto solemne para repetir los principios de la Constitución: “la salud no es un negocio sino un derecho, habrá cubrimiento universal”. Lo más triste es que los médicos se tragaron el placebo. Y los pueblos del Atlántico siguen inundados a pesar de que Jorge Londoño ha girado la plata a municipios y departamentos. Algo va de Colombia a Bancolombia.
Pero en algo ha sido eficaz y expedita la administración Santos, sin rodeos ni grandes palabras logró la salida del Bolillo Gómez de la selección Colombia. Ojalá no nombre un alto consejero para la clasificación a Brasil 2014.









6 comentarios:

  1. Excelente. El señor Santos está más preocupado por figurar en las camaras y soltar alguna frase "simpática" que por gobernar. Cosa opuesta a lo que era Uribe. Con Santos nos muestran cortinas de humo. Con Uribe veíamos RESULTADOS.

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  2. Claro, con Álvaro eran resultados "positivos". Pero esa no es la polémica. Yo he notado cambios significativos respecto al hecho de comenzar, así sea por espectáculo, a destapar las ollas podridas que el anterior gobierno se encargó de mantener bien escondidas.

    Por lo menos ese show sí me lo estoy creyendo.

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  3. Claro porque cuando el espectáculo que se ofrece está en contra de sus enemigos políticos entonces es creíble para usted. Muy honesto de su parte.

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  4. MonoPuyana: Todos los gobiernos maquillan resultados e inflan ejecutorias y proyectos. Uribe también lo hizo: se me ocurren dos casos típicos, Plan 2500 y todo el ruido grandilocuente alrededor del SENA.
    Pero Santos es el campeón de la retórica de las grandes ejecutorias y la quietud.

    Nerön, en los escándalos de corrupción que ha presentado el gobierno también ha funcionado la carreta y la exageración. En el asunto de la DIAN se habló de billones de pesos y hace poco dijeron que el asunto no pasó de 700 mil millones. Lo dijo el mismo gobierno. Según ex ministros de hacienda ese hueco de exportaciones falsas ha existido siempre y el gobierno solo publicita los esfuerzos -en algunos casos inútiles- que se han hecho desde siempre para tapar esa tronera mientras la abren por otro lado.

    Con respecto a la denuncia del reciente despojo en Urabá, hay al menos algo gracioso. El gobierno dice haber descubierto el robo de 141 mil hectáreas y al mismo tiempo se pifia en la primera entrega de tierras que hizo hace un año en esa misma región.

    Denuncias enlodan entrega de tierras

    Anónimo 20:12
    No tengo enemigos políticos, nunca he estado en la política, ni en campaña alguna ni en un cargo público. Además parece que entendió la columna. Para mí, el espectáculo que ofrece Santos solo está en contra de su credibilidad.

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  5. Pascual es muy claro que mi comentario iba dirigido a Nerón Navarrete.

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  6. Enemigos políticos no tengo porque no tengo amigos políticos. es regla básica. Mejor es afirmar que todo aquel que se convierte en ladrón público o privado es enemigo del pueblo, incluso con cualquiera de las dos etiquetas.

    Es decir, la gente que chuza, se roba la salud, se roba las calles, mete mano en los impuestos o incluso, se atribuye esfuerzos para originar cortinas de humo, no deben ser llamados ni conservadores, ni liberales ni uribistas u opositores. Son lo que son.

    Durante el gobierno de Uribe hablaban de lucha contra todas estas manifestaciones de mafia y corrupción, pero ahora la realidad es que Santos (con mucho oportunismo) se gana las de showman. Pero no me diga, señor anónimo, que la guerra contra la corrupción, en este mandato, por lo menos aparenta ser más frentera y genera más opinión pública.

    Pascual, que no eran tantos millones, pero funciona el alboroto inicial. Estamos hablando de la DIAN, y posiblemente eso incida en que ya no nos comamos tan fácil el discurso del progreso gracias a los impuestos (arma de doble filo, pienso yo), pero con los ladrones es preciso a veces, en un frágil estado de derecho como el nuestro, usar esa artimaña.

    Las cifras son las que abruman, las que mueven. Donde todos tuviéramos mínima conciencia del presupuesto que se pierde por tanta alimaña, sería distinto. Vea a la mano, la inauguración del mundial. Si no hay escándalo eso se queda así, y no le reducen el pago al contratista. Pero cuando se oyó el runrún de cuánta plata había invertida, lleve.

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