La policía debe ser siempre una opción para el peor de los casos. Los
cañones de algunos viejos imperios tenían una sabia inscripción: “El último
argumento de los Reyes”. En las democracias que se pretenden tales los policías
deberían tener una leyenda parecida en sus cascos y chalecos: “El último
argumento del Estado”. Pero cada vez gana fuerza una idea según la cual los
policías deben ser una especie de cuerpo para el adiestramiento social y la
tutoría forzada sobre el conjunto de los ciudadanos. La idea no es solo
peligrosa sino estúpida. La intención del Estado de ponerse por encima de los padres
y los individuos frente a comportamientos que se deben decidir en la
convivencia diaria y en los “manuales” que se dictan en la familia y los
colegios, constituye siempre un riesgo. Y de otro lado, cuando todavía no se
pueden controlar los peores comportamientos sociales -el asesinato, los
secuestros, la intimidación permanente-, es solo una broma tortuosa pretender
regular el respeto a la vida privada en los hogares, la buena educación en los
buses y el juego limpio de los amos de las mascotas. Desde hace 25 años hemos
capacitado a nuestros policías para pelear contra carteles sanguinarios, no es
hora de convertirlos en prefectos de disciplina con libreta, lápiz rojo y chaleco
antibalas.
El proyecto de Código de Policía que presentó hace unos días el gobierno
está plagado de esas intensiones escolares. El consejero para la seguridad,
Francisco Lloreda, dijo que trabajaron durante 18 meses en su redacción. Se
confirma la regla según la cual, cuando un funcionario no tiene trabajo decide inventarse
una ley inútil. No me quiero imaginar la suerte de ese catálogo en manos de la imaginación
del Congreso. Pero dejemos que el Código
en ciernes y sus 280 artículos se presenten por cuenta propia. El proyecto
pretende ser liberal y garantista en sus enunciados, pero terminará siendo un
repertorio de comodines para que los agentes apliquen sus criterios y aplaquen
sus apetitos. Un primer ejemplo: uno de sus capítulos entrega un amplio sermón
sobre los derechos de las putas y la necesidad de reconocerlas y salvarlas de
la discriminación. A renglón seguido se dice que no se puede ejercer la
prostitución cerca de colegios, hospitales, iglesias, zonas de recreación,
cárceles, unidades militares o centros históricos. Las putas deberán trabajar
entonces en los potreros. Y Medellín estará en problemas, sus zonas rojas más
reconocidas están al píe de sus iglesias más clásicas: en la culata de La
Catedral y en el atrio de la Veracruz.
Cuando habla de menores y adolescentes el código muestra su peor cara.
Pretende decir a qué edad se puede entrar a una sala de juegos de video, prohíbe
a los menores participar en manifestaciones públicas, una manera de supeditar
el ejercicio de la ciudadanía a la mayoría de edad, prohíbe su entrada a
cualquier sitio donde se vendan bebidas embriagantes ¿Restaurantes incluidos? Además de su colección de tonterías y su
redundancia con leyes serias en aspectos serios, lo más grave del código es el
desconocimiento sobre cómo funciona nuestra sociedad. La pretensión de hacernos
limpios, respetuosos, solidarios y amables con la amenaza de una multa. Habrá
cobros para quienes no recojan los paquetes de los ancianos, para los
indigentes que duerman de cara al cielo en las aceras, para quienes nieguen
información sobre métodos anticonceptivos a los homosexuales. Parece decir, con
el tono solemne de las enumeraciones legales, dadme un bolillo y moveré el
mundo.
Dos horas me demoré leyendo el proyecto de código. Nunca creí que lo que prometía ser solo tedio resultara en siendo una noche para la risa.
ResponderEliminarAquí lo pueden bajar.
Proyecto código de policía
Ya había leído sobre el tema, es un muy buen análisis, ese código es la cosa mas absurda.
ResponderEliminarNo solo es estúpido, también es anacrónico. Un colega historiador me dice que es demasiado similar a los códigos de Policía de los años 1914, 1925 y 1927...
ResponderEliminarY qué decir de la multa por "deambular bajo grave alteración del estado de conciencia por efectos del consumo de sustancias psicoactivas y ofrecer resistencia al traslado por protección." La cultura Metro en las calles, nos tendrán que invitar a fiestas a condición de no dejarnos ir a casa hasta pasar guayabo...
ResponderEliminarIncreíble lo que comenta Juan Camilo Aristizábal... a mí me suena mucho a la narración que hacía Mónica Palacios de las normas estrictas de Ginebra: ¡todo da multa, todo! Decía que no era que fueran muy cívicos, solidarios o prudentes los suizos, si no que salía MUY CARO no ir por el carril.
ResponderEliminarDicen que el código fue redactado en conjunto con los ministerios de educación, justicia, medio ambiente y otros. Uno los imagina en una mesa a todos frunciendo el ceño y diciendo: "no, yo odio que las personas no sean solidarias" "Sí, yo detesto esos ñeros agresivos en la calle" "Y digame los borrachos tambaleándose por todo lado" "Otra cosa que está muy peligrosa son las casas de video juego, es que eso es casi un vicio para los niños". Y así lo fueron llenando.
ResponderEliminarVa el cpítulo de los "habitantes de calle que es antología".
Habitantes de calle
Articulo 73.Comportamientos prohibidos a los habitantes de la calle. Los siguientes comportamientos afectan la convivencia y por lo tanto no deben ser realizados por los habitantes de la calle. Su realización dará lugar a medidas correctivas:
1. Consumir sustancias prohibidas, psicoactivas o embriagantes en el espacio público o en lugares abiertos al público.
2. Realizar las necesidades fisiológicas en el espacio público.
3. Realizar actividades de separación de residuos o reciclaje en zonas u horarios no permitidos, o arrojar basuras, residuos sólidos o desechos en lugares prohibidos.
4. Ocupar indebidamente el espacio público, las áreas públicas o abiertas al público. Primerizo
5. Agredir, aproximarse de manera hostil, amenazar, insultar o molestar, a las demás personas, en el espacio público o privado, afectando su tranquilidad.
Parágrafo. Quien incurra en uno o más de los comportamientos antes señalados será objeto de la aplicación de las siguientes medidas correctivas:
Comportamientos Medidas correctivas
Numerales 1, 2, 3, 4 y 5Amonestación y participación en programa o actividad pedagógica de convivencia "
Los habitantes de calle deben dedicarse a la contemplación, ojalá recie´n bañados y sin perro, y en la noche buscar techo. ¡Sucios!