La alcaldía
de Medellín recibió en 2018 el encargo por parte del Departamento Nacional de
Planeación para la actualización de los datos del Sisben. El trabajo tardó
cerca de dos años y terminó el 21 de diciembre del año pasado. La alcaldía
recibió un poco menos de ochocientos millones de pesos por el trabajo que era a
la vez un insumo clave para sus propios programas sociales. La encuesta logró
reunir información del 75% de los hogares de estratos 1 y 2, y algunos más del
estrato 3. Se podría decir que la administración actual recibió la mejor
información del territorio y las familias más vulnerables que se haya tenido en
la última década. Además, el 23 de marzo la Presidencia entregó a todos los
municipios la ubicación e identificación de los beneficiarios de programas como
Familias en Acción, Colombia mayor, Jóvenes en Acción, e igualmente información
relacionada con la afiliación a salud.
Sin
embargo, la alcaldía de Daniel Quintero consideró que esa información no era
relevante o suficiente y decidió crear una plataforma propia para la entrega de
ayudas en medio de la crisis por el Covid-19. El 5 de abril se lanzó la
plataforma Medellín Me Cuida para la inscripción voluntaria de familias con
necesidad de ayudas. Si crear el Sisben IV tardó dos años en el terreno y no se
logró el 100% de la información, no es difícil imaginarse los logros de
Medellín Me Cuida en familias sin conectividad alguna y con urgencias más acá
de la big data. Pero veinte días después la plataforma se convirtió en una
estrategia “para ganar esta batalla contra el Coronavirus”. De modo que el 24
de abril la inscripción pasó a ser obligatoria. Los trabajadores tienen que
inscribirse para poder salir y tener, por ejemplo, habilitación de su tarjeta
del Metro. La plataforma solicita información sensible sobre salud y pide
registro de todas las personas que viven con quien se registra. Una de las
exigencias legales en temas de habeas data es el consentimiento informado de
quien entrega los datos, requisito borrado cuando negarse significa perder en
trabajo. Sin contar que una persona puede entregar datos de todos sus
familiares sin autorización expresa. Es imposible que el exviceministro de las
TIC no conozca las exigencias de la ley estatutaria de habeas data de 2012.
El
alcalde ha dicho que esa tecnología ha sido una herramienta eficiente en la
contención de los contagios en la ciudad. Pero de ningún modo es clara esa
eficiencia. Por ejemplo, se dijo que fue clave en el manejo del brote en la
Plaza Minorista. Pero el primer caso en la plaza se diagnosticó el 10 de abril,
cuando la plataforma aún era un juguete algo hueco. La verdadera tecnología se
hizo con la búsqueda activa basada en entrevistas a quienes resultaron
positivos. Me imagino que no esperaron el registro de los coteros para luego
verificar con quién viven. Las cifras de la plataforma tampoco son claras, el
alcalde dijo el 27 de abril que había 2.2 millones de inscritos y el 30 de
abril El Colombiano dice, citando fuentes oficiales, que son apenas 700.000.
Medellín
Me Cuida no cumple los mínimos requisitos de transparencia en la inscripción, restricción
de uso de los datos y temporalidad que señala la ley. Tanto que la alcaldía ha
ido tapando huecos a partir de denuncias de organizaciones que vigilan la
protección de datos y el derecho a la intimidad. El alcalde sabe para qué
sirven los datos, ya en el 2014 tuvo una pelea en el Partido Liberal por una
pequeña rapiña con los contactos telefónico de líderes del partido.
Pero
hay un último dato relevante. Juan Camilo Oliveros, el subdirector de
información y evaluación estratégica, fue el representante legal de Gauss de
Colombia, una empresa de Asesoría e Investigación Estadística que acompañó a
Quintero en la campaña. Sabe muy bien que esos datos valen plata en forma. Hoy
es hombre clave en Medellín Me Cuida y el representante legal de Gauss de
Colombia pasó a ser su padre. Nunca se habló de conflicto de intereses. La
línea entre el uso y el abuso de la tecnología es muy delgada.
Big Brother te está mirando...
ResponderEliminarXOXO
Ummmm,y aún así hay muchos que todavía no podemos laborar,
ResponderEliminarDos detalles importantes, la seguridad se ha venido implementando sobre la marcha y dudo mucho que soporte un análisis de vulnerabilidades más detallado, ya que inicialmente se publicó sin tener siquiera un certificado digital que cifre la información que va del navegador a los servidores, por otro lado en el mercado negro de la Darknet un registro clínico tiene el costo más elevado (149 dólares según estudio del Instituto Ponemon), y no está muy clarito en manos de quien queda la información que le depositamos al alcalde
ResponderEliminarInteresante articulo de Paul Preciado en el Diario El Pais de Espana
ResponderEliminarAprendiendo del virus
Si Michel Foucault hubiera sobrevivido al azote del sida y hubiera resistido hasta la invención de la triterapia tendría hoy 93 años: ¿habría aceptado de buen grado haberse encerrado en su piso de la rue Vaugirard? El primer filósofo de la historia en morir de las complicaciones generadas por el virus de inmunodeficiencia adquirida nos ha legado algunas de las nociones más eficaces para pensar la gestión política de la epidemia que, en medio del pánico y la desinformación, se vuelven tan útiles como una buena mascarilla cognitiva.