Daniel
Quintero pretende cubrir la soberbia de valentía, busca disfrazar el atropello
de amparo a los bienes públicos. Desconocer a las juntas directivas y a los
profesionales de EPM y Ruta N ha sido hasta ahora su más importante decisión de
gobierno. No cree en talanqueras institucionales ni en filtros corporativos ni
en formalismos reglamentarios. Ha dicho que no se necesita permiso para hacer
lo correcto. De modo que estamos sometidos a su criterio, la ciudad toda
depende de su buen juicio y su olfato. Por eso le pidió al Concejo, donde
tienen amplios repartos y mayorías, facultades extraordinarias en tres
ocasiones en apenas siete meses de gobierno.
Pero
su osadía no tienen que ver con una nueva era, Quintero es más un transformista
que un transformador del poder y sus viejas formas. Su único mundo ha sido
siempre el de los corrillos políticos, ahí ha medrado con sus oficios electorales,
casi siempre fracasados, y con sus arrumacos burocráticos. Ha sido godo joven,
liberal prometedor, iconoclasta con tomates, prometido de la U, funcionario de
Santos, altivo activista de Gustavo Petro y aliado del Centro Democrático. Hay
que reconocerle que tiene mente abierta para jugar en el mundo de los partidos
y las repartidas
En el
gobierno también ha resultado ser una figura escurridiza, especialista en
esconderse detrás de sus declaraciones y camuflarse entre algunos mitos de la
opinión. Por ejemplo. Siendo alcalde electo dijo que la gerencia de EPM debería
trascender a la alcaldía para reforzar la estabilidad del gerente y la junta
directiva: “Si es necesario estaría dispuesto a renunciar a la elección del
gerente”. Luego eligió como gerente a uno de sus mentores y sacó a la junta en
pleno, incluidos los tres miembros que había llevado hacía unos meses.
Cuando
Luis Pérez fue alcalde de Medellín dijo que él sería el gerente de la empresa.
Lo dijo de frente ante la extrañeza del recién nombrado y recién revocado.
Quintero se parece a Luis Pérez en sus amistades políticas, su populismo
grandilocuente y algunos intereses de negocios más allá de lo público. Pero
juega escondido detrás de su empaque juvenil y tecnológico. En la alcaldía de
Luis Pérez hubo tres gerentes en EPM, se creó una veeduría ciudadana para mirar
las decisiones que mostraban deterioro institucional, y el Sindicato de
Profesionales pasó a ejercer las labores de control que el Concejo parecía
incapaz de cumplir. Estamos ante un momento muy parecido.
Quintero
ha insinuado que la Junta no respondía a los intereses de EPM sino de empresas
privadas. Pero su gerente dijo que estaban muy cómodos con la Junta y que los
miembros cumplían sus labores con compromiso. El discurso que soba al interior
y golpea hacia afuera. EPM siempre ha tenido socios privados para construir la
infraestructura que la convirtió en la tercera empresa del país y la caja
fuerte que le deja al municipio un 20% de sus ingresos anuales. Son muy
generosos los privados que toman las decisiones en EPM, ojalá todos los
caballos de Troya fueran tan mansos. La animadversión contra los privados no es
una obligación ni constituye una virtud de quienes dirigen las empresas
públicas. En el caso de HidroItuango las empresas encargadas del diseño,
construcción e interventoría son subcontratistas de EPM. La reclamación legal a
los privados luego de los hechos de abril de 2018 era una vía posible, una
decisión que la Junta tendría que considerar con seriedad y mirando más allá de
los mitos y los estribillos de campaña.
Las
preguntas eran varias: ¿Qué pasará con HidroItuango en diciembre? Se vence el
contrato con el consorcio constructor y tal vez los demandados se despidan y
digan: nos dejamos de ver en la obra y nos vemos en los tribunales. ¿Dejarán de
pagar las aseguradoras (ya pagaron 150 millones de dólares) cuando vean que la
propia empresa niega con su demanda la teoría según la cual los problemas en la
central fueron fortuitos, no atribuibles a diseñadores, constructores o
interventores? Tal vez Mapfre se cruce de brazos y diga que esperará el fin del
pleito. Muchos creen que demandar es ganar, pero los famosos 9.9 billones están
lejos y son muy inciertos. Tal vez falte una década para que esto termine. Quintero
ya estará lejos, seguramente patinando un ministerio en Bogotá.
Pascual, esto es paradójico:
ResponderEliminarLa decisión de la junta iba a ser la misma que el alcalde quería y sin embargo, éste se la saltó;
bajo nuestro modelo de gobierno corporativo, el gerente tiene que renunciar y no lo hace, sólo reza y reza para que lo dejen,
y ahora, la junta tiene personajes interesantes pero tiene uno una fuerte sensación de que no van a ser capaces de pensar en bien de la comunidad, sólo en favor del alcalde, a tal punto que uno piensa en que se están reencauchando más que aportando
Al fin que?, palo porque bogas y palo porque no bogas. Hubo unas explicaciones de motivos para la decisión apresurada de impetrar la demanda, de lo contrario se hubiera perdido la oportunidad y hubiera caducado la acción. Hubo mucho tiempo para haber planteado la posibilidad de la demanda, que a mi modo de ver, no es elegible por un burgomaestre en este país plagado de "leguleyos", de escoger si lo hace o no, porque hay ciertas afectaciones económicas que es mejor sean dirimidas por la justicia. Así que, es mejor analizar administrativamente las decisiones del alcalde y no aplicarle tintes políticos basados en estudios psicológicos, para determinar si efectivamente el objetivo forma parte de un criterio subjetivo.
ResponderEliminar"Para hacer lo correcto no se pide permiso" es un estribillo que en nada se parece a tener argumentos serios para tomar decisiones, solo se ve una persona engreída y soberbia. Pienso que debería pensar mas en la comunidad y en la ciudad. Apenas esta aprendiendo Alcalde y no se puede equivocar con la joya de la Corona.
ResponderEliminarColumnaza
ResponderEliminarPreocupante la toma de decisiones trascendentales por tan estupendo "camaleón"político.
ResponderEliminarExcelente columna. Y preocupación con este alcalde que mientras más aclara, más oscurece. Sólo hay incertidumbre.
ResponderEliminarAdministrar un ente con capital privado, público o mixto se requiere únicamente criterios administrativos que apunten al logro de los objetivos planteados ajustados a los estatutos. Criticar “Periodísticamente” a el alcalde Quintero Sin el mínimo rigor técnico administrativo y sólo buscando alimentar egos es irresponsable, al menos que tengas Pascual interés particular en los cambios que se realicen en EPM. Zapatero a tus chanclas.
ResponderEliminarhgomezb,
ResponderEliminarNo es cierto que se perdía la posibilidad de la demanda por el vencimiento de la posibilidad del llamado a la conciliación. Le recomiendo este concepto sobre el tema.
http://contratacionestatal.blogspot.com/2020/08/ni-la-ley-ni-la-jurisprudencia-vigente.html
¡Sin verdad no hay Respeto!
ResponderEliminarSon demasiadas las inhábiles que tienen los nuevos integrantes de la Junta de EEPPM.
Quintero perdió lo más importante: la confianza.
ResponderEliminarLa crisis de EPM comenzó con tu papá, Fajardo y las puertas giratorias con el Grupo Empresarial Antioquioqueño.
ResponderEliminarSólo estás para criticar a Daniel Quintero porque necesitas defender el legado de tu padre y de Compromiso.
En tu frase final te adhieres a la teoría de que el alcalde tiene "aspiraciones políticas más altas":"Tal vez falte una década para que esto termine. Quintero ya estará lejos, seguramente patinando un ministerio en Bogotá". Debes recordar que tener pretensiones de esa clase no es algo nuevo, ni en Medellín ni en el país. Ejemplos: Fajardo, Anibal Gaviria, Alfredo Ramos, Luis Perez, y ahora Fico de precampaña. Y ni que decir de otros alcaldes y gobernadores del país. Así que en este punto no encuentro que tu argumento sea convincente y fuerte para evaluar la conducta del alcalde actual.
ResponderEliminarJuan mi crítica no es a las futuras aspiraciones de Quintero. Es legítimo, incluso inevitable y para nada reprochable, que los políticos tengan esas pretensiones. El final más que una crítica a esa aspiración es una crítica al tamaño del lío que se viene y que irá mucho más allá de la administración Quintero. Un pleito muy incierto y largo que puede traer mucho más problemas que soluciones. Esa es la matriz de riesgo que la junta pedía analizar, al menos analizar, creo que si se hubiera dado la discusión de manera seria y argumentada la Junta habría acompañado al alcalde en la demanda. Quintero se dio un tiro en el pie, luego de todo esto tendrá menos poder sobre EPM del que tenía con esa junta que ahora dice no es confiable.
ResponderEliminarSobre el anónimo, no veo por qué no puede identificarse para discutir, pero le digo una cosa. Mi papá no lideró empresas ni Juntas del GEA. Es más, no fue visto con muy buenos ojos por lo que en su época se llamaba el Sindicato. Fue gerente financiero de Conconcreto por allá en el lejano 1981, y gerente de EPm casí 25 años después, gran conflicto de intereses.
ResponderEliminarLa pregunta es porque Mapfre decidió pagar el seguro, es de suponer que para hacerlo consultó ampliamente a expertos mundiales en el tema, sobre si fue o no un caso fortuito, no todos los días se pagan dos mil millones de dólares.
ResponderEliminarGracias Pascual por tu oportuna respuesta. Esta misma respuesta me genero otras múltiples inquietudes, pero el blog no me permitió más de 4096 caracteres. Y lo lamento, porque creo que pueden ser valiosos y significativos para promover una discusión,abierta, clara y racional
ResponderEliminarGracias de nuevo