Una escena
electoral inauguró el guion de Daniel Quintero acerca de las reclamaciones luego
de la contingencia de abril de 2018 en el proyecto Hidroituango. En medio de
una sesión del Concejo de Medellín sobre el estado de EPM Quintero llevó un trozo
de queso a manera de simbolismo para dar a entender que los ratones se estaban
comiendo la empresa. El resumen de su discurso fue que EPM favorecía a sus
contratistas y la empresa estaba subordinada a los intereses privados. En los
cuatro años anteriores a la bufonada del entonces candidato el patrimonio de
EPM había crecido el 28.5%, las transferencias al municipio de Medellín habían sobrepasado
los 5 billones de pesos y los ingresos de la empresa habían subido un 38%. La
propaganda de Quintero se alejaba de la realidad de los números.
Ya en
la alcaldía Quintero montó la pantalla y comenzó a proyectar su película. Lo
primero fue anunciar una demanda contra los contratistas de la obra para cobrar
9.9 billones de pesos. Según sus cuentas eso valía la culpa del consorcio CCC
que EPM había contratado para construir el proyecto. La junta directiva en
pleno (tres miembros nombrados por el alcalde) renunció al no ser consultada
sobre semejante decisión. En la carta de renuncia se lee: “…no conocemos que se
haya estructurado la matriz de riesgo para estas decisiones y sus
correspondientes planes de mitigación”. Esos riesgos estuvieron a punto de
consumarse con la parálisis del proyecto el 1 de enero de 2022. Hoy en día la
famosa demanda no existe. En marzo de este año fue inadmitida por el Tribunal
Administrativo de Antioquia y se quedó en suspenso porque el demandante decidió
no subsanar los errores de forma.
Pero
esa demanda fallida sí trajo efectos reales: Primero, la baja de la
calificación de EPM por parte de Fitch de la nota de BBB a BBB- y el
consiguiente aumento de intereses que según el actual gerente haría crecer en
2.1 billones lo que falta por ejecutarse en Hidroituango. Segundo, el cañazo de
Quintero con la demanda sacó de la gerencia a Álvaro Guillermo Rendón, el
primer gerente que el alcalde llevó a EPM. Rendón renovó el contrato del
consorcio CCC y según su jefe eso podría incidir en las posibilidades de éxito
de la demanda presentada por EPM. “Necesito un gerente que me copie más”, dijo
el alcalde. Tercero, las aseguradoras que habían comenzado a pagar
retrocedieron un poco al advertir que la demanda no descartaba la culpa grave
de los contratistas. Se arriesgaba la plata en aras de sostener la caña. También
el BID sacó la mano y cobró por adelantado 450 millones de dólares. Quintero,
mintiendo, dijo que había sido un acuerdo y que plata había de sobra.
El
Contralor Felipe Córdoba llegó a reforzar la película de Daniel Quintero y se convirtió
en protagonista. Su fallo le daba sustento al guion del alcalde aunque por
ningún lado hablara de corrupción sino de una serie de decisiones técnicas y administrativas
desafortunadas. El fallo inhabilitaba al consorcio y ponía en riesgo la
continuidad del proyecto. Quintero habló de nueva licitación y de un plan B
para que EPM siguiera con las obras. Celebró el fallo y señaló a los
contratistas. Antes había dicho que no era un tema de seguros sino de dignidad
y que constructores y diseñadores tenían que pagar.
Llegó
el pago de los seguros y la película de Quintero se vino al suelo. El juego
político se cayó por completo y volvió la sana lógica que se planteó desde el
día uno luego de la contingencia: cobrar los seguros y recuperar la plata sin
demandas, vía el cumplimiento de un contrato con Mapfre. El consorcio CCC
seguirá con la obra y no se presentaron los nuevos pliegos, ni el plan B ni la
demanda. La ficción cedió a la realidad pero el payaso salió a celebrar y a
anunciar nuevas acciones jurídicas. La obra seguirá el 1 de enero a pesar de que
Quintero buscara imponer el desastre.
No cuenta Pascual que su propio padre sale implicado como contratista de este desastre de hidroituango, será objetivo su a análisis ?
ResponderEliminarComo agente de seguros que soy, un seguro seda la reclamación siempre y cuando cumpla los requisitos y no encuentre sólo, osea causado por el responsable directo. Y así se demuestra, así que en si el Alcalde a mentido y la propia contraloría imputó a 26 personas y empresas, al pagar Mapfre ese fallo queda en el suelo y lo debe quitar el contralor, que pena esto por Dios
ResponderEliminaranálisis serio y triste radiografia de los q está pasando por nuestra querida medellin en un tema de semejante magnitud. Necesitamos unas EPM eficientes (y lo son) y con estabilidad juridica y financiera. EPM no es mía por mas paisa que soy. Me presta un buen servicio (costoso para mi gusto) y y como usuario pago por ello
ResponderEliminar¿Contratista de qué? No diga mentiras. Eso es absolutamente falso. Está bien que no comparte mi visión sobre el tema pero no tiene que meter ese cuento para enlodar y descalificar. Mejor un argumento, ¿no cree?
ResponderEliminarPascual, cuando pueda nos detalla esa frase del alcalde de "plata hay de sobra" para hacer el pago adelantado, eso seguro afecta el flujo de caja de EPM y los planes de inversión que tengan.
ResponderEliminarPara nadie es un secreto que las Aseguradoras no pagan sin que se les solicite el pago, el problema que había no era si iban a pagar, cuanto y como, el problema era, aparte del monto, cuando se iba a hacer efectivo el mismo. Porque ésto sí podría haber paralizado las obras. Lo preocupante de tus opiniones es que son muy sesgadas y no entiendo a quien apuntas defender Pascual, porque, evidentemente a EPM no es. Te comparto esta pequeña investigación de Maria Alejandra Medina: https://www.elespectador.com/economia/con-demanda-buscaran-recuperar-5-billones-que-faltan-para-hidroituango/
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