sábado, 7 de marzo de 2009

Noticia del centro




Lo primero será enmendar las pilatunas de los diablillos de la imprenta en mi columna de la semana pasada. Lo que debió llamarse Fumando espero terminó con mi nombre y apellido como encabezamiento, un título extraño y redundante que le dio aires de autobiografía a lo que era una sencilla defensa de la libertad individual enfrentada a la más dramática de las herramientas del estado: el derecho penal y las cárceles.
El hecho de que me situara en el grupo de los posibles procesados por el porte o consumo de una dosis mínima de marihuana en caso de que la penalización vuelva a ser una realidad, que no jugara solo en el bando de los teóricos que defienden la sentencia de la Corte sino también en el de los prácticos que la defendemos con algún interés disipado, hizo que llegaran hasta mi correo y hasta mis oídos una colección de reproches que iban desde el consejo prudente hasta la condena definitiva. Unos y otros los recibo con respeto, algunos motivaron una sonrisa indiferente y otros la repetición de viejos argumentos. Que mi conducta o mis columnas generen repudio no es solo normal sino necesario. También detesto algunas opiniones y algunos comportamientos y estoy dispuesto a contradecirlos sin acudir a la policía para lograr el triunfo de mis razones. Escribo sobre mis comportamientos no porque los considere intachables o de una insolencia apasionante, sino porque los creo insignificantes para merecer la cárcel. Pero hablaré de un caso concreto que puede servir para continuar la discusión.
En el tema de las drogas los prejuicios hacen las veces de argumentos obligados. Así que tal vez una historia reciente en el centro de Medellín pueda servir para aclarar ilusiones y pesadillas. El Parque del Periodista, en la encrucijada de Girardot y Maracaibo, es desde hace años uno de esos puntos de tolerancia al consumo que las ciudades abren como pequeñas válvulas a una realidad inocultable. Hace unos meses, un grupo de visitantes y cantineros de vieja copa, decidieron publicar un periódico que hablara de las movidas del centro y otros universos cercanos. La iniciativa buscaba que desde el parque se destilaran tintas interesantes además de humos delatores. Buscaba un poco de atención de las autoridades, un poco de compasión de los enemigos, un poco de reflexión de los asiduos. Mostrar que el parque no era una ágora para la venta de droga sino una plaza desde donde se podían generar risas inofensivas y debates útiles. También se intentaba salvar a una palma insignia del exceso de nitrógeno en forma de urea que le regalan sus visitantes.
Pero resulta que según el juicio crítico de los jíbaros, con tiempo de sobra para leer Universo Centro, la publicación les está dificultando el comercio. Atrae miradas inesperadas sobre sus dominios, busca un protagonismo con herramientas que ellos no dominan, demuestra que el espacio en las ciudades se puede ganar por la vía del ingenio. Tenemos, entonces, el caso de una iniciativa cívica, de personas que en su mayoría están de acuerdo con la despenalización del consumo, y al mismo tiempo buscan que su lugar de trabajo y de goce no tenga ni el estigma ni el ambiente de una plazoleta escabrosa. Ciudadanos recuperando un espacio que ni los gritos moralistas ni los llamados a la severidad han logrado proteger, todo sin necesidad de llamar a la restricción de la autonomía individual. Parece increíble, pero en casos puntuales los consumidores pueden estar en un bando y las autoridades, los ciudadanos indignados y los jíbaros hacer una trinca involuntaria en la orilla opuesta. Así es la vida, sobre todo de noche.

21 comentarios:

  1. Una historia boba: Yo vivia en el centro e iba a cine por alla, como buen visajoso yo iba a cine al teatro libia. Para irme para la casa tenia que atravesar el parque de bolivar desde el teatro hacia villanueva. Una vez a las 10:00pm iba yo asustado como siempre por ahi, cuando se me acerca un man y yo pensando en la atracada, pero nada, el man era un nocturno solidario, lo que me dijo fue: "llave, pilas, muevase que mas abajo estan haciendo batida". Ese dia el camino para la casa fue tranquilo.

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  3. Oi Pascual, acordandome del centro, creo que es claro que muchas de sus carreras y sus calles desde san juan hacia villanueva son para las banderas y los desesperados, para los viciosos en problemas. Pero no estoy hablando del parque del periodista, ese lugar me parece absolutamente inofensivo.

    ¿que deberian hacer ahi?, ¿dejar esos espacios para esas personas?, ¿que deberian hacer?

    Mi opinion: No hacer mas que lo que hacen, una patrulla de vez en cuando y cierto "dejar hacer", no se, yo pienso que siempre habra personas embaladas que les gusta vivir en sitios asi. Pero, ¿que deberian hacer?

    Entre otras cosas esas calles le sirven a nuestra fuerza policial para cuadrarse el sueldo, esta claro que la policia usa las ollas con ese fin. Un vicioso conocido me cuenta que un dia la policia se tomo al mismo tiempo todas las "ventas" del centro, el me dice que ese dia que embalada se metio para comprar su vicio, que donde iba estaba la policia, el me dice que los vendedores se ponen ciertamente indignados "no dejan trabajar".

    ResponderEliminar
  4. Pascual estuvo una vez ahi en esa manga al frente de la alpujarra, lamento no haberme visto el programa, era de incultura.

    Esa manga me producia una curiosidad ni la del hijueputa, eso era el infierno, pero yo tal vez equivocadamente pienso que esos infiernos son necesarios para algunas personas, ¿que deben hacer?

    Esa biblioteca que pusieron ahi y que a Pascual le choca, es una reputeria. Una vez fui a esa biblioteca y una vendedora de minutos que estaba revisando su email me explico como era el procedimiento para conseguir un computador.

    ResponderEliminar
  5. Un correo con rangos de edades interesantes que llegó a mi buzón.

    "Hola Pascual, la semana pasada me encantó tu artículo y me gustó mucho que se llamara como vos. Mi hijo de trece años está en un grupo en facebook pidiendo despenalización y nosotros lo apoyamos y no lo molestamos por eso.
    Aquí tenés una cucha de 53 años compartiendo tus opiniones ciento por ciento. Nos va a tocar dura la lucha con tanto fundamentalismo y tanta oscuridad, pero de pronto les abrimos un camino mas despejado a los hijos.
    Un abrazo, María ...."

    A mí cuenta llegó con apellidos.

    ResponderEliminar
  6. Pascual:

    He leído varias veces esta columna tuya: "Noticias del centro"; aunque creo que te estás refiendo más a una zona del centro, el área que rodea al "Guanabano", porque el centro de Medellín son muchas cosas juntas y bien disímiles también, pero bueno eso no es del caso ahora; y para serte franco no entiendo a donde vas con esta reflexión anecdótica porque el Guanabano, en mi modesta opinión aunque hace mucho no voy, no es ni sombra de lo que era, un lugar bohemio, frecuentado por "artistas", "literatos", "teatreros", o "alquimistas" (no Paracelsos).

    Hoy hoy día veo personajes muy distintos, que acuden al lugar para empezar la rumba fuerte, allí se inician con vino "Cherry", un poco de canabis para terminar con "heavy metal" químicos, armando grescas y despidiendo de terror a los meláncolicos idealistas del ayer.

    Yo creo que la tolerancia a la droga es buena, por aquello del principio del libre desarrollo de la personalidad, pero veo excesos no muy recomendables por esa zona que harán que la intolerancia de los intolerantes triunfe: mucha riña callejera de los asiduos al lugar (cultura punk criolla y cosas así), que hace que no sea el lugar de la bohemia ilustrada, ni un buen lugar para buscar ideas y personas interesantes (fauna nocturna chévere), que nos den los alicientes de ayer: ideas, sueños y humo orgánico.

    Todo esto para decirte que me quedo con fumando, ya que esta nueva columna no la entendí bien...

    ResponderEliminar
  7. Tarantini yo creo que la idea del periódico Universo Centro es recuperar de algún modo ese ambiente que decís extrañar del parque del periodista y sus alrededores. Tu descripción de lo que pasa por allá es parcialmente cierta, pero más que esa cultura punk criolla lo peor del parque es la arrogancia maleva de los jíbaros. El periódico intenta que el parque sea más que una plaza de vicio en Maracaibo con Girardot y creo que esa es una iniciativa interesante. El punto era señalar un poco los matices, sacar a los consumidores de la disyuntiva entre delincuentes o enfermos, y mostrar que es posible estar contra la penalización de la dosis mínima y al mismo tiempo luchar contra las mafias del menudeo. Y claro, el Periodista no es el centro, pero el periódico ha reunido buena parte de los dolientes de la zona.

    ResponderEliminar
  8. Juan David me acuerdo de la manga al frente de la Alpujarra. Eso fue durante unos meses lo que es hoy la orilla del río. Y era por lo menos paradójico que al frente de la burocracia regional estuviera esa plaza de menesterosos rabiando o riendo con sus muecos. Lo mismo que el antiguo cartucho a las espaldas de la Casa de Nariño. Con respecto a la biblioteca te digo que me choca sobre todo que se haya hecho tumbando las ruinas del pasaje sucre, uno de los pocos edificios con alguna historia en el sector. Viendo lo que son hoy en día el Vásquez y el Carré es difícil decir que no era posible darle un uso útil a los viejos edificios patrimoniales.
    Con respecto a qué hacer con esos lugares creo que lo que se hace hoy en Barrio Triste es interesante. El municipio se apropió de un viejo esfuerzo de la corporación Coraje que ha trabajado con gente de la calle en el sector. Se trata de tener un centro de acogida, de que haya opciones distintas a morir en el bazuco. Según creo hace poco se inauguró por allá, cerca a la iglesia del Corazón de Jesús, un centro de acogida que permite a la gente bañarse, dormir, comer algo bajo la condición de no entrar consumiendo nada. Además, está la intención permanente de psicólogos, trabajadores sociales y gente del sector que logró salir de la cueva de mostrar otra ruta a los "inquilinos". Tengo intenciones de ir por allá a ver cómo funciona y prometo contarles

    ResponderEliminar
  9. Siguiendo con el centro pero llegando a Sandiego, a los huesos, vi en el colombiano el colegio que inauguraron en niquitao, yo no conozco ese colegio y hace mucho que no paso por ahi, pero creo que esa es una gran oportunidad que tiene el municipio de cambiar aunque sea un poquito el orden de las cosas, seria bueno que le hicieran seguimiento.

    En realidad nunca me he metido por niquitao, simplemente pasaba todos los dias en el bus circular coonatra que me llevaba del centro hacia belen, yo pasaba por ahi impresionado de ver esa situacion.

    Que pesar que se acabo incultura, me imagino que ademas de la plata era dificil encontrar un tema cada semana, pues entonces que lo hagan cada mes, pero era muy bacano.

    ResponderEliminar
  10. Claro que si, Pascual, me extrañe cuando lei en el calumniano el nombre tuyo a tres columnas como una venganza por anteriores aptitudes con esos señores tan godos como la abuela remendona... Y mas ahora con semejante tema que les crispa la criba remendada de falsedades a la hora de tomar la agua aromatica para antes del chicharron cervecero.
    Creo que El Guanabano se merece toda nuestra atencion en el centro de la ciudad mas Beirut y cairoana del mundo. Con el periodico mensual UNIVERSO CENTRO se puede manejar esta nueva alteridad de nuestro ser en donde todos queremos hacer, osea que al rescate del centro catastrofico. Y que sigan los shows poeticos para atraer a las mentes estacionarias al recreo del concierto de voces, y quemar palo santo, no nos queda mas remedio.Suaz suaz!!!

    ResponderEliminar
  11. El guanábano, el único lugar que alguna vez reunió jovenes de todas las vertientes musicales (y sexuales). Alguna vez llegué a la conclusión de que punketos y metaleros se toleran sólo cuando están trabados. Con esto no quiero estigmatizar a nadie, sólo fue una observación. Ese policía de apellido Mosquera, aún existe? aún se va a joderle la vida a los que ibamos en búsqueda de la eternización de instantes?

    ResponderEliminar
  12. Pascual: Estoy de acuerdo con lo que decís, más que en la entrada, en uno de los comentarios consecuentes. Los jíbaros, que no los consumidores, son el tormento de ese parque. Y no porque vendan, porque qué sería de los consumidores de los jíbaros. Sino por el terror que ahora imponen. Los que antes eran clientes, ya no van porque no pueden armarse un porrito. No porque la tomba joda, sino porque los jíbaros sólo "dejan" consumir lo que ellos venden. Ya blandieron cuchillos en algún mamerto que no entendió que no se podía fumar la yerbita que él llevaba. Me contaban esa historia mientras tomaba cerveza y guardaba una cámara, porque los jíbaros tampoco dejan tomarse fotos allá. Claro, eso sí, llega la patrulla y el tombo que se baja saluda al jíbaro. Se sonríen. Pensará uno que más de una muda o salida a moteliar del tombo ha sido financiada por "dejar trabajar".

    ResponderEliminar
  13. Esa zona del parque del periodista se pone muy pesada a veces, hasta hace poco viví en el centro, cerquita al Eslabón. Desde mi ventana podía ver el movimiento de la noche. Una vez escuché unos gritos, miré y eran unos gordos que traían un pelao a la fuerza, lo descosieron a puñal porque se había robado un celular, lo vi con mis propios ojos... es muy triste que para estar lejos de los paracos hay que salir del país.

    ResponderEliminar
  14. Una nueva noticia sobre el tema de la despenalización.

    Asamblea de Nueva York busca hacer menos estrictas las “Leyes Rockefeller” sobre las drogas

    En otras noticias de Nueva York, la asamblea estatal aprobó una medida para modificar parcialmente las draconianas “Leyes Rockefeller” sobre las drogas y darle más valor al criterio de los jueces al sentenciar. Este proyecto de ley les permitiría a los jueces someter a las personas que hayan cometido delitos vinculados a las drogas a tratamientos por el abuso de estupefacientes en lugar de enviarlos a prisión. También se podrían reducir o conmutar las condenas de miles de prisioneros encarcelados por cometer delitos no violentos vinculados a las drogas. La votación del miércoles fue aprobada por 96 votos contra 46. Ahora el proyecto de ley irá al Senado del estado de Nueva York.

    ResponderEliminar
  15. lei su libro de poemas y el cuento que ganó una mención de honor en el malpensante. No sé si me paresuro, pero deberias sacar tus crónicas en formato libro. Si ya lo has hecho por favor die como se llama el libro. Tengo un blog, algunas observaciones en formato crónica o articulos
    espero comentarios y respuesta.
    ampliacionelemental.blogspot.com

    ResponderEliminar
  16. http://www.elespectador.com/columna125669-porte-su-dosis-de-personalidad

    Todos por la NO-Penalización!!!

    ResponderEliminar
  17. Está bueno ese artículo de Daniel Pacheco en El Espectador, abordado el tema desde la subjetividad de otro librepensador. Hablando de drogas caras, cómo les parece esa calentura por el tema de la Barbie. No freguemos, que una barbie es un estereotipo de belleza y de estupidez. Yo tuve como veinte G. I. Joe´s, pillé mucho Popeye, lloré con Misión del deber, me aprendí hasta el tema de los Rolling, y no se me pasó por la cabeza prestar servicio o comenzar a hacer barritas y cristos en el parque. Que se retuerza weston porque el plan fracasó.Bueno por las viejas, pero eso si me parece cantaleta de señoras feas.

    ResponderEliminar
  18. Padres e hijos. Que pesar que no les llevaron los trovadores, ahi vi uno que no se peina y se merece un par de trovas. O una trovita a slim, que rima con tomin.

    ResponderEliminar
  19. Las cifras del City Project (Project de la Ciudad):
    Desde 1981, el Estado de Nueva York ha aumentado 46.000 camas en la prisión, con costos de construcción de más de 4.5 billones de dólares, sin incluir el servicio de endeudamiento. En 164 años (de 1817 a 1981) Nueva York ha abierto 33 centros penitenciarios. En los últimos 17 años (de 1982 a 1999) el estado añadió 38 cárceles al sistema. El sistema de prisiones emplea a casi 30.000 personas, en distritos senatoriales y en áreas que muchas veces urgen de desarrollo económico.

    Las cárceles ubicadas en esos distritos reciben más de 1.1 billones de dólares al año para cubrir el gasto operativo.


    la propuesta desde luego se quedara ahi, asi que es bueno que se discuta el problema desde la perspectiva real.

    ResponderEliminar
  20. Ademas los proyectos ni siquiera han sido introducidos – y hay oposición a la verdadera reforma, en su mayoría de fiscales, diputados cuyos distritos en el norte del estado dependen de las prisiones como programa de empleos y el establishment de la fuerza pública, nadie tiene idea que clase de negocio son aqui las carceles privadas, los centros de"reahabilitacion"

    ResponderEliminar