miércoles, 16 de marzo de 2011
Assange y Arguedas
Mucho antes de las osadías de Julian Assange que nos han dado acceso al teléfono rojo, algunas veces roto, del gran confesionario del poder nacional que atiende el embajador norteamericano, Colombia tuvo su retrato en clave diplomática. No fueron filtraciones ni cables tachonados sino un libro entero escrito por un embajador Boliviano. No se rían. Alcides Arguedas, escritor e historiador, terminó en Bogotá luego de sus misiones en París y Londres. Un año pasó en la ciudad del Águila Negra y sus conversaciones de salón, de pasillo, de palacio y de café recibieron un título digno de las gabardinas y las ruanas que paseaban por la capital en 1929: “La danza de las sombras”.
Lo primero que asoma en las reflexiones de Arguedas es el carácter excepcional de Colombia. Para algunas cosas es visto como un país modelo y para otras como un país deforme. La capacidad de las clases bebedoras es una sorpresa que salta durante todo el libro: “Se bebe como en ninguna otra parte en el mundo, creo, y los mismos bogotanos que han viajado por el exterior recogiendo impresiones, observando costumbres, convienen en declarar que ni aún en Escocia se bebe tanto Whisky como en Bogotá…” Pero no solo el alcohol alerta al diplomático, el puterío ambulante también es característica digna de reseña: “Las prostitutas inscritas en el registro de la policía sanitaria pasan de 4000 en Bogotá… Alcohol y mujeres ¡Qué dos ebriedades tan terribles!”
Es lógico que las inminentes elecciones presidenciales sean el principal tema de conversación. El presidente Abadía Méndez sufre la punta del lápiz de Ricardo Rendón, “un vago ingenuo y sencillo como Verlaine”, su retrato es el de un Gulliver dormido al que no logran despertar ni las cosquillas ni las flechas de los ciudadanos diminutos. Está en la maldición del último año de gobierno, cuando “en la mesa del banquete todos los sitios están ocupados”. Y carga sobre su cabeza un mancha corriente: “El doctor Abadía Méndez, como ningún otro mandatario de Colombia -dicen las gentes-, ha favorecido a los suyos y distribuido los mejores empleos entre su familia…”
Los discursos son todavía el más grande espectáculo político y social. Gaitán, con “voz insinuante, gesto sobrio y algo de teatralismo”, fustiga al gobierno por la matanza de las bananeras. El embajador se retira de la tribuna parlamentaria para no agraviar al gobierno. Más tarde en el periódico El Tiempo los oradores liberales repiten el discurso mientras los redactores toman nota: “¿No le parece trágico esto, señor ministro? Figúrese a Hamlet dictando su monólogo: ser…punto. No ser…puntos suspensivos… ¡Horrible y trágico!”
Pero lo más trágico es la conclusión sencilla del autor de Los caudillos bárbaros: “En Colombia pueden y valen más las mitras y los bonetes que las bayonetas y los sables”. En plenas elecciones se habla más de los malos oficios del Nuncio Apostólico que ha terminado dividiendo al partido conservador entre el poeta Valencia y el general Vásquez Cobo, que sobre las pestes nacionales que según el embajador son la desigualdad y el fraude electoral.
Olaya Herrera resulta elegido y Arguedas se admira de cómo el país desdeña los mandatos despóticos que abundan en el continente. Se ha demostrado que no tenía razón un eminente conservador según el cual “en Colombia no cae un régimen con papelitos…” Y sin embargo los presagios para lo que viene no son nada buenos, habla una Casandra conservadora de alta estirpe: “Si suben los liberales al gobierno, han de perseguirnos a los católicos, nos han de arrebatar nuestros bienes y hemos de tener que hacer una revolución para mantener la integridad de nuestras conciencias y el patrimonio de nuestros hijos…” Arguedas murió sin que comenzara a cumplirse la sentencia de la bruja conservadora.
Interesante, seria bueno hacer un texto de esta epoca
ResponderEliminarHombre Pascual,
ResponderEliminarque pena no referirme a lo que habla usted en esta entrada, pero anduve mirando el resultado de la consulta universitaria que se hizo en la UdeA, luego de los disturbios que generaron una columna suya, y una discusión conmigo y otros más hace unos meses.
No pude más que recordar cuando nos llamabas paranóicos, pero ve y mira lo que se quiere legitimar ahora en la U, a lo que me refería con lo de estado policial.
Directivas de una U pública ya manejando el discurso de policías encubiertos, CAI dentro de la U, lectores de huellas a la entrada, etc.
Ves a que me refería cuando decía que la TIP era la excusa mas no el fin?
En fin disculpa que me salga del tema, tienes la opción de no leerme y corroborarlo por vos mismo
http://www.consultaudea.com/
Y donde se levantó un ejemplar de tan curioso libro?
ResponderEliminarEl libro me lo prestó un amigo a quién ya le debo más de una. Tiene además un bonito subtítulo: "Apuntes sobre cosas, gentes y gentezuelas de la América española". Arguedas escribía cada mes sus informes, cables decimos ahora, al gobierno en La Paz. Eran tomados de sus apuntes diarios sobre la vida en Colombia, apuntes que conforman el libro. El hombre siendo embajador de Bolivia, apenas una potencia en gestación, consiguió moverse en los más ilustres círculos bogotanos: jugaba bridge con las señoras más regias, compartía con los poetas, interrogaba a los candidatos, descrestaba a los periodistas y susurraba con el presidente. Le ayudaba lo que en la época llamaban una excelsa cultura. Va una cita más de sus descripciones de la vena alcohólica den la capital. Pregunta a uno de sus anfitriones cuántas botellas se necesitan para una fiesta formal. Le dicen que más o menos una de Whisky por cada 5 personas. El hombre no se traga esa copa y dice:
ResponderEliminar"Justo es el cálculo; pero yo conozco gentes que ellas solas serían capaces de beberse una botella: mi amigo N., por ejemplo, diputado, o el hijo de M., notable personaje, o el general D., o el ministro E., o el aristócrata H..."
Por si hace falta decirlo las caricaturas que acompañan la entrada son de Ricardo Rendón, un genio desdeñoso y esquivo según la impresión del embajador Arguedas.
ResponderEliminarEntrevista con Kenzaburo Oé, Nobel de literatura japonés
ResponderEliminarBuenos días Pascual
ResponderEliminarSoy María Alexandra Cabarcas, editora del periódico En Directo
de la Universidad de la Sabana. Para esta edición me gustaría una
entrevista con usted para conocer su opinión sobre los 100 años de
El Tiempo.
Le agradezco su atención y pronta respuesta.
Me puede contactar o darme algún correo por favor.
María Alexandra Cabarcas Rodríguez
Editora periódico En Directo
maryalex.cabarcas@hotmail.com
mariacabr@unisabana.edu.co
Celular: 30031808368
Buenos días Pascual
ResponderEliminarSoy María Alexandra Cabarcas, editora del periódico En Directo
de la Universidad de la Sabana. Para esta edición me gustaría una
entrevista con usted para conocer su opinión sobre los 100 años de
El Tiempo.
Le agradezco su atención y pronta respuesta.
Me puede contactar o darme algún correo por favor.
María Alexandra Cabarcas Rodríguez
Editora periódico En Directo
maryalex.cabarcas@hotmail.com
mariacabr@unisabana.edu.co
Celular: 30031808368
Hola, Pascual, ahora hablando de los Wikileaks, desearia que aprobaras o desaprobaras eso no solo aqui sino tambien en "la luciernaga".
ResponderEliminar¿A los "Nule" los podemos comparar con "Don" Pepe Sierra?
Si a estos no los hubieran pillado en sus estafas, dentro de un buen tiempo quedarían como los mas "Grandes Empresarios del País", porque es exactamente lo que sucedió con "Don" Pepe Sierra, y cito unas líneas: "...hábil e ingenioso para traer dinero", "...lo único que engordaba eran los lotes de terreno y el ganado que pastaba en ellos", "...negociante creativo y habilidoso", "...Desde su juventud fue un apostador empedernido en las galleras de Girardota, Itagüi, Medellín y Bogotá. Se enojaba con los hijos, no porque jugaban mucho sino porque siempre perdían", "...Tratándose de negocios, era implacable su rigidez y fingido desinterés no tenían consideración: el cliente era un enemigo que, en la farsa, siempre llevaba la peor parte", -es decir era lo mas hipocrita y tumbador que había (fingido desinterés),- y muchas otras cosas mas.
Fuente: http://www.lopaisa.com/arrieromasrico.html
En síntesis, "Don" Pepe Sierra se forjó una fortuna a costillas de sus paisanos a quienes "embaucaba, tumbaba y estafaba" de manera cruda, sagaz y descarada, siendo de personalidad NO benevolente, sino tacaño, implacable, inmisericorde y usurero, mostrando comportamientos mas de malo que de bueno. Murió lleno de enfermedad y "tapado" en la plata, recurso que sus mismos familiares se encargaron de malgastar en placeres y lujos.
Esto porque ya es historia patria, pero qué bueno preguntar a los afectados por este "Gran Empresario", de cómo quedaron en la ruina y ajenos a sus antiguas tierras.
Por eso creo que no deberíamos llamarle Empresario, sinó Pillo y caco, porque no se puede ligar la palabra "Empresario" con una serie de "ideas de forjar negocio", basadas en el "tumbis"
Porqué no contar la Verdadera historia de "Don" Pepe Sierra, de cómo hacía sus negocios y en los problemas que se vió envuelto por la "manera caprichosa y maliciosa" de adquirir fortuna, pues muchas veces la realidad se diluye o se desvanece con cuentos y fantasías creadas para exaltar el "heroísmo" de unos pocos, mientras sus verdaderos hechos malvados se esconden caprichosamente para preservar el sofisma de "seres altruistas" que buscan un "mejor futuro".
Si esta es la manera de "progresar" un país, estamos jodidos; y cómo nos quedaría el ojo si a los "Nule" los tildaran de Progresistas y visionarios???