martes, 15 de noviembre de 2011
La Guerra de las malezas
Frente a los periódicos ingleses el presidente Santos ha vuelto a mencionar el tema de la guerra contra las drogas. Ha dicho con una especie de convicción abúlica que si el mundo entero está de acuerdo con legalizar él no tendría ningún problema. Ya sabemos que en América Latina los argumentos sobre legalización son cosa de ex presidentes. El sentimiento de culpa propio de algunas víctimas es uno de nuestros complejos.
Para muchos Santos ha dejado caer una nueva audacia. Incluso algunos prohibicionistas convencidos creen que el gobierno arriesga credibilidad y debilita el ímpetu de policías y militares contra los narcos. Pero Santos no va a la vanguardia sino en los cómodos vagones de la mitad hacia atrás. Los políticos difícilmente nadan contra la corriente de la opinión pública y el presidente colombiano debe saber que, al menos respecto a algunas malezas, está defendiendo la posición de las mayorías en Estados Unidos.
La empresa Gallup pregunta a los gringos desde 1969 su opinión sobre el uso legal de la marihuana. La primera respuesta, en pleno auge psicodélico, fue más que negativa: el 84% de los norteamericanos se declaró en contra del uso médico y recreativo de la hierba. Pero los humos han cambiado y por primera vez el aliento de las mayorías (50% Vs 46%) aprueba el consumo del moño como una legumbre regular. Y el avance de ese nuevo estado de opinión parece inevitable: entre los menores de 30 años el apoyo a la legalización llega hasta el 63%.
Es lógico que los sondeos tengan algunas consecuencias prácticas. Mientras la discusión en los grandes escenarios parece estancada por los temores políticos y la inercia conservadora, en los pequeños feudos se va rompiendo el angeo poco a poco, se lucha con los códigos menores y el alicate de algunos abogados hedonistas. Las normas de los Estados y Condados gringos van legalizando sin importar lo que diga Naciones Unidas o el Congreso en Washington.
El uso medicinal de la marihuana en muchos Estados, sobre todo en California, se ha convertido en una legalización de facto. Los consultorios abren sus puertas en la noche del viernes y dos enfermeras provocativas ofrecen la certificación para los enfermos reales y los risueños: un dolor de espalda, una sencilla cefalea, un poco de estrés muscular son suficientes para obtener la “green card”. Y las empresas han comenzado a crecer alrededor.
Steve DeAngelo es el más prominente de los expendedores de marihuana de California. Según las reglas de hace 15 años sería un mafioso. Según las reglas de hoy es un ejemplo y una celebridad nacional. Un equipo de Discovery Channel lo ha seguido durante 11 meses para registrar como vive y trabaja el primer magnate legal de la marihuana en Estados Unidos. La guerra de las malezas está a punto de estrenarse en la pantalla. El año pasado Herborside, su dispensario de hierba, vendió 22 millones de dólares. De Angelo es también un activista y causa gracia verlo reunido con los policías de Oakland, asegurándoles que crecerá el registro de cultivadores legales hasta llegar a 120 al finalizar el año. Es la única forma de pagar a ocho oficiales que están a punto de ser despedidos por falta de recursos.
Mientras tanto entre nosotros el Sargento Pascuas, un guerrillero en edad de sufrir los dolores de la artritis, es el jefe de franquicias en la producción de marihuana en el Cauca: la despensa nacional del humo blando. Y los cogollos ya valen más que la hoja de coca. Las discusiones etéreas en las cumbres internacionales son parte de la teoría. La práctica está en otras partes.
La foto es de Steve DeAngelo atendiendo su pequeño emporio.
ResponderEliminarHerborside
El año pasado le pagó 2 millones de dólares a California por impuestos de su dispensario. Se nutre de sembrados legales, el concejo de Mendocino aprobó la siembra de hasta 99 matas de marihuana y un agrónomo orgánico, de los mismos que revisan los sembrados de vino, certifica los procesos de cosecha.
La pelea se sigue dando. El gobierno federal no se resigna a ver circular la marihuana. El mismo DeAngelo lo dice: "Hoy tengo una empresa próspera y admirada por la comunidad. Mañana puedo estar en la cárcel. En algunos Estados hacer lo que hago implica la pena de muerte."
ResponderEliminarVa la noticia de hace dos días.
Washington ordena el cierre de algunos dispensarios en California
Santos es un presidente farandulero (baila al son de las encuestas), que encuentra su máxima fascinación en el reconocimiento de los “líderes de opinión” y los medios de comunicación. Por eso no es para nada extraño que sus declaraciones estén siempre dirigidas a acaparar aplausos pero no a asumir compromisos políticos serios
ResponderEliminarEn todo caso yo creo que la entrevista que concedió esta semana al The Guardian es un avance con respecto al bobo marica de Gaviria, que no fue capaz de asumir esa responsabilidad política en su administración
ResponderEliminarLa bareta está carísima en Bogotá.
ResponderEliminarJuka (version 5.0s)
ResponderEliminarEn una sociedad libre tendremos que aceptar el
hecho que pueden suceder 3 cosas q
1.que nos gusten.
2.que no nos gusten y violen
nuestros derechos.
3. que no nos gusten pero
no violen nuestros derechos.
Si aceptamos la sociedad libre, debemos tener estos tres escenarios en mente.
Sólo en la opción (2) debe intervenir el Estado mediante la justicia y la fuerza.
pero no en la opción (3) que es la que estoy manejando ahora, la cual a veces puede traer discrepancias basadas en diferencias de opiniones, pero no violan derechos ajenos.
La columna de Daniel Pacheco explica en quedó el capricho de Uribe con la dosis mínima. Está prohibido más no penalizado.
ResponderEliminarEn qué va la dosis mínima
Jean Rastite, está bien, Gaviria se metió en el tema luego de la presidencia. Pero lo ha hecho con todo. Junto con Zedillo y Cardozo han hecho que el tema suene a nivel internacional. Ya tienen hasta a Kofi Anan en la misca cuerda.
ResponderEliminarLíderes del mundo dicen que la lucha contra las drogas fracasó
Es una tristeza oír a Nicolás Uribe, cachorro antinarcóticos del gobierno anterior, decir que la guerra contra las drogas no ha fracasado. Su gran ejemplo es la disminución de cultivos en Colombia.
ResponderEliminarNicolás Uribe y Armando Benedetti sobre las declaraciones de Santos en The Guardia
Juka suscribo tu comentario. Parece sencilla la ecuación, pero es un reto difícil según está demostrado.
ResponderEliminarveeee Pascual yo estoy sorprendido yo creí que ese man hacia parte del reducido ramillete que tiene la derecha colombiana para mostrar
ResponderEliminarArmandito benedtti burro viejo,NIcolas URibe sapo nuevo
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