Hace apenas ocho días algunos secretarios de despacho de la alcaldía de
Medellín lanzaron un Plan Piloto de Vida, Seguridad y Convivencia para el
Centro. El lunes pasado se vieron los primeros frutos de la iniciativa: una
asonada de cerca de seis horas que obligó a cerrar varias estaciones del Metro,
buena parte del comercio, provocó bloqueos en las vías, atracos y la
destrucción de la oficina de espacio público. El gerente del centro está recién
nombrado y no tenía nada que decir: llegó luego de siete meses de un proceso de
escogencia que imagino arduo. El secretario de gobierno luce una (e) desde hace
más o menos tres meses: la interinidad solo sirve para mantener en vilo a los
empleados bajo su mando. El secretario de seguridad únicamente habla de las
cámaras que se colgarán de los postes. Mejor que no dijo nada: los policías se
cogen la cabeza cuando habla. El alcalde Aníbal Gaviria se escondió durante
seis horas y apareció al final de la tarde con una versión que culpaba a
bandidos infiltrados en lo que era una manifestación pacífica: “esto sucedió
porque estamos tocando los poderes oscuros del centro de la ciudad”, concluyó,
antes de darle la palabra al General Yesid Vásquez, el verdadero alcalde de
Medellín.
Me gustaría pensar que la administración tuvo un mal día: fallaron los
planes sobre el papel, se subestimaron riesgos, se desconoció la complejidad de
una ciudad con la chispa adelantada y se reaccionó tarde. Pero casi siempre
estos campanazos tempranos son el reflejo de problemas más grandes de
incapacidad, alejamiento de la realidad y desconocimiento de procesos
anteriores. Le sucedió a Petro en Bogotá hace unos meses con las protestas en
Transmilenio y ahora a Gaviria con los venteros ¿Qué pasa en la alcaldía en
Medellín?
La crisis del lunes pasado puede entregar algunas respuestas. En los
últimos ocho años hubo cuatro gerentes del centro. Una parte de su trabajo se concentró
en organizar a los venteros para evitar que sus demandas se trataran de manera
individual como simples favores clientelistas. La idea era evitar negociaciones carné a carné
con una clientela dispersa y fácil de manejar electoralmente. Se buscaba que
las asociaciones tuvieran derechos más estables y compromisos más serios. Se
crearon cerca de treinta y dos asociaciones y se intentó poner orden con base
en la concertación. Aceptando que la economía popular hace parte de las
ciudades pero no las puede hacer invivibles, se pusieron reglas sobre quienes
podían ocupar el espacio público y se señalaron calles que estarían libres de
ventas y calles que tendrían ocupación regulada. Cerca de 4000 personas
participaron de ese proceso. No he oído a ningún funcionario hablar de esa
experiencia.
La administración Gaviria lleva nueve meses gobernando de puertas para
adentro, concentrada casi únicamente en cumplir una milimetría burocrática que
haga todo más fácil en el Concejo y en la mecánica partidista, y todo más
difícil en la ejecución de los proyectos y la continuidad de los procesos
exitosos. Mientras el alcalde hace de secretario de burocracia se desechan conocimientos
claves con el único fin de renovar escritorios y entregar cuotas. Pasó con el
manejo del centro de la ciudad y en escala menor con el museo Casa de la
Memoria, donde el contacto de dos o tres años con las víctimas se cortó en
busca de cupos para las planillas políticas. Siempre será importante tener
contentos a los aliados políticos, pero si se dedican a jugar solo entre ellos
tarde que temprano los espectadores, o sea los ciudadanos, se sentirán engañados
y tirarán el tablero.
Mencioné dos ejemplos pero uno podría sumar la EDU, donde llegó mucha gente nueva que según me dicen apenas está aprendiendo a prender el computador.
ResponderEliminarOtra muestra de un afán de cambios por simple voracidad burocrática se dio en el Jardín Botánico. El alcalde llegó decidido a cambiar a la directora sin saber siquiera que el Jardín no era una dependencia pública sino una fundación sin ánimo de lucro con procedimientos que no obedecían a su dedo. Cuando no logró hacer los cambios intentó sacar algunos de los eventos municipales para asfixiarlo económicamente.
Pero hay más. En los últimos meses oí de concejales de diversas tendencias políticas que todo ha cambiado en la política y el impulso de proyectos den Medellín: de nuevo se pasó del apoyo a iniciativa al apoyo a personas. Una política muy parecida a la que de Luis Pérez, según las palabras textuales de los concejales.
No tengo nada contra el nuevo gerente del centro a quien no conozco. Por supuesto que no tiene responsabilidad en lo que pasó, llegó hace apenas un mes.
ResponderEliminarPero no sé si un hombre que viene de la gerencia del Grupo Empresarial Élite de la Moda es el indicado para tratar los problemas sociales, urbanísticos, de conservación y seguridad que agrupa el centro de la ciudad.
Esto fue lo que encontré sobre el famoso Plan en la página de la alcaldía.
ResponderEliminarPlan Piloto Integral Para el Centro
Estimado Pascual. Ahora que mencionas la EDU. Es sorprendente la apetito burocratico en el que esta sumido esta empresa. Cada semana salen personas que llevaban muchos años laborando, a punta de contratos de prestación de servicios. Para que sea reemplazadas, según se dice por algunas de la hojas de vida impuestas por el Alcalde, y que esperan en el despacho de la gerente general. Inclusive hace poco se modifico la tabla salarial de la EDU, para que las persona nuevas, sin el mayor descaro, entraran con sueldos altisimos.
ResponderEliminarEl barrido en la EDU es increible, casi que algunos se arrepienten de haber votado por Anibal Gaviria, creyendo que continuaria con el excelente legado de Fajardo y Salazar.
Me preguntan por la gobernación y tengo que decir que en Indeportes pasó algo parecido. Los cambios ya no se dieron para entregar cuotas sino por una prevención exagerada frente a la administración anterior. En vez de renovar los contratos de los entrenadores se pusieron a hacer unas tablas salariales que dejaban a más de la mitad de ellos con un salario mínimo. Demasiado educados para saber que los entrenadores se miden con las marcas y la comodidad de los deportistas frente a sus procesos. Después de meses se olvidaron de tablas y volvieron a intentar los contratos pero con la lupa y el ritmo de quien se siente engañado. De modo que paralizaron durante buen tiempo, en vísperas de juegos nacionales, muchas de las ligas por una simple paranoia.
ResponderEliminarAdemás, desdeñan el deporte de alto rendimiento. Les gusta la palabra competitividad pero no la competencia.
Pascual y con respecto al problema del Alcalde con el Jardín Botánico, te cuento que varias entidades sin ánimo de lucro tuvieron que desalojar sus oficinas por este problema del Alcalde y su demostración de quien tenía mayor poder.
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