martes, 2 de octubre de 2012

Campanazo




 

 

Hace apenas ocho días algunos secretarios de despacho de la alcaldía de Medellín lanzaron un Plan Piloto de Vida, Seguridad y Convivencia para el Centro. El lunes pasado se vieron los primeros frutos de la iniciativa: una asonada de cerca de seis horas que obligó a cerrar varias estaciones del Metro, buena parte del comercio, provocó bloqueos en las vías, atracos y la destrucción de la oficina de espacio público. El gerente del centro está recién nombrado y no tenía nada que decir: llegó luego de siete meses de un proceso de escogencia que imagino arduo. El secretario de gobierno luce una (e) desde hace más o menos tres meses: la interinidad solo sirve para mantener en vilo a los empleados bajo su mando. El secretario de seguridad únicamente habla de las cámaras que se colgarán de los postes. Mejor que no dijo nada: los policías se cogen la cabeza cuando habla. El alcalde Aníbal Gaviria se escondió durante seis horas y apareció al final de la tarde con una versión que culpaba a bandidos infiltrados en lo que era una manifestación pacífica: “esto sucedió porque estamos tocando los poderes oscuros del centro de la ciudad”, concluyó, antes de darle la palabra al General Yesid Vásquez, el verdadero alcalde de Medellín.

Me gustaría pensar que la administración tuvo un mal día: fallaron los planes sobre el papel, se subestimaron riesgos, se desconoció la complejidad de una ciudad con la chispa adelantada y se reaccionó tarde. Pero casi siempre estos campanazos tempranos son el reflejo de problemas más grandes de incapacidad, alejamiento de la realidad y desconocimiento de procesos anteriores. Le sucedió a Petro en Bogotá hace unos meses con las protestas en Transmilenio y ahora a Gaviria con los venteros ¿Qué pasa en la alcaldía en Medellín?

La crisis del lunes pasado puede entregar algunas respuestas. En los últimos ocho años hubo cuatro gerentes del centro. Una parte de su trabajo se concentró en organizar a los venteros para evitar que sus demandas se trataran de manera individual como simples favores clientelistas.  La idea era evitar negociaciones carné a carné con una clientela dispersa y fácil de manejar electoralmente. Se buscaba que las asociaciones tuvieran derechos más estables y compromisos más serios. Se crearon cerca de treinta y dos asociaciones y se intentó poner orden con base en la concertación. Aceptando que la economía popular hace parte de las ciudades pero no las puede hacer invivibles, se pusieron reglas sobre quienes podían ocupar el espacio público y se señalaron calles que estarían libres de ventas y calles que tendrían ocupación regulada. Cerca de 4000 personas participaron de ese proceso. No he oído a ningún funcionario hablar de esa experiencia.

La administración Gaviria lleva nueve meses gobernando de puertas para adentro, concentrada casi únicamente en cumplir una milimetría burocrática que haga todo más fácil en el Concejo y en la mecánica partidista, y todo más difícil en la ejecución de los proyectos y la continuidad de los procesos exitosos. Mientras el alcalde hace de secretario de burocracia se desechan conocimientos claves con el único fin de renovar escritorios y entregar cuotas. Pasó con el manejo del centro de la ciudad y en escala menor con el museo Casa de la Memoria, donde el contacto de dos o tres años con las víctimas se cortó en busca de cupos para las planillas políticas. Siempre será importante tener contentos a los aliados políticos, pero si se dedican a jugar solo entre ellos tarde que temprano los espectadores, o sea los ciudadanos, se sentirán engañados y tirarán el tablero.

 

 

6 comentarios:

Pascual Gaviria dijo...

Mencioné dos ejemplos pero uno podría sumar la EDU, donde llegó mucha gente nueva que según me dicen apenas está aprendiendo a prender el computador.

Otra muestra de un afán de cambios por simple voracidad burocrática se dio en el Jardín Botánico. El alcalde llegó decidido a cambiar a la directora sin saber siquiera que el Jardín no era una dependencia pública sino una fundación sin ánimo de lucro con procedimientos que no obedecían a su dedo. Cuando no logró hacer los cambios intentó sacar algunos de los eventos municipales para asfixiarlo económicamente.

Pero hay más. En los últimos meses oí de concejales de diversas tendencias políticas que todo ha cambiado en la política y el impulso de proyectos den Medellín: de nuevo se pasó del apoyo a iniciativa al apoyo a personas. Una política muy parecida a la que de Luis Pérez, según las palabras textuales de los concejales.

Pascual Gaviria dijo...

No tengo nada contra el nuevo gerente del centro a quien no conozco. Por supuesto que no tiene responsabilidad en lo que pasó, llegó hace apenas un mes.
Pero no sé si un hombre que viene de la gerencia del Grupo Empresarial Élite de la Moda es el indicado para tratar los problemas sociales, urbanísticos, de conservación y seguridad que agrupa el centro de la ciudad.

Pascual Gaviria dijo...

Esto fue lo que encontré sobre el famoso Plan en la página de la alcaldía.

Plan Piloto Integral Para el Centro

Anónimo dijo...

Estimado Pascual. Ahora que mencionas la EDU. Es sorprendente la apetito burocratico en el que esta sumido esta empresa. Cada semana salen personas que llevaban muchos años laborando, a punta de contratos de prestación de servicios. Para que sea reemplazadas, según se dice por algunas de la hojas de vida impuestas por el Alcalde, y que esperan en el despacho de la gerente general. Inclusive hace poco se modifico la tabla salarial de la EDU, para que las persona nuevas, sin el mayor descaro, entraran con sueldos altisimos.
El barrido en la EDU es increible, casi que algunos se arrepienten de haber votado por Anibal Gaviria, creyendo que continuaria con el excelente legado de Fajardo y Salazar.

Pascual Gaviria dijo...

Me preguntan por la gobernación y tengo que decir que en Indeportes pasó algo parecido. Los cambios ya no se dieron para entregar cuotas sino por una prevención exagerada frente a la administración anterior. En vez de renovar los contratos de los entrenadores se pusieron a hacer unas tablas salariales que dejaban a más de la mitad de ellos con un salario mínimo. Demasiado educados para saber que los entrenadores se miden con las marcas y la comodidad de los deportistas frente a sus procesos. Después de meses se olvidaron de tablas y volvieron a intentar los contratos pero con la lupa y el ritmo de quien se siente engañado. De modo que paralizaron durante buen tiempo, en vísperas de juegos nacionales, muchas de las ligas por una simple paranoia.
Además, desdeñan el deporte de alto rendimiento. Les gusta la palabra competitividad pero no la competencia.

Anónimo dijo...

Pascual y con respecto al problema del Alcalde con el Jardín Botánico, te cuento que varias entidades sin ánimo de lucro tuvieron que desalojar sus oficinas por este problema del Alcalde y su demostración de quien tenía mayor poder.