El anciano camina como si todavía cargara el morral que lo convirtió en
leyenda. Los ojos desorbitados, tan anhelantes como su respiración. Luego de
seis años de reclusión en la sombra de sus palacios ha decidido salir a
participar en la ceremonia que cada tanto elige al comité de súbditos. Se ha
corrido la voz de su aparición y un corrillo se encarga de acompañar su
caminata. La gente lo mira con una sonrisa enternecida e incrédula. Los periodistas
lo reverencian con sus luces. Los niños que hacen de testigos de la ceremonia,
con una pañoleta roja anudada al cuello, lo miran aterrados. Es como si
conocieran en persona a Colón, a Bolívar, a Darwin. Es el mismo señor de todas
las cartillas: el padre fundador, el pontífice, el guerrero. El hombrón
encorvado suelta sus preguntas: “cómo te llamas, dónde estudias, cuántos años
tienes”. Los niños responden sin acercarse a sus orejas inmensas e inútiles. Un
periodista tembloroso pide que la esfinge les deje un mensaje a los jóvenes,
hay que insistir, puede ser la última oportunidad: “Solo dígales que les tengo
mucha envidia”, dice el octogenario mostrando una sonrisa picada. Y pícara.
Cuba vive bajo el espejismo de un pasado remoto que es a la vez su
presente. Los museos, las calles, los afiches, los programas de historia en
televisión y los periódicos veneran a los autores de unas gestas
cincuentenarias que son los mismos que hoy firman los decretos para entregar el
arroz con piedras, posibilitar el pasaporte y restringir el acceso a Internet. Es
normal que los países arrastren las taras de sus partidos y dirigentes
históricos, que la visita a la prensa apolillada que se guarda en las
bibliotecas entregue de vez en cuando las lecciones del estancamiento y las
recaídas. Pero Cuba no necesita mirar la prensa vieja. Ni la nueva. Solo puede
ver los cambios en la deformación física de sus héroes. No solo es la monotonía
de los hechos sino de los discursos. El 78% de quienes resultaron elegidos para
representar al partido comunista en la Asamblea Nacional nacieron después de
1959, se criaron bajo los comités de defensa de la revolución y se
acostumbraron a venerar a un líder que cada vez se parece más a una estatua
parlante.
Dicen que el anciano, luciendo una camisa de cuadros y una chaqueta con
un cocodrilo abriendo sus fauces hacia Miami, dedicó hora y media a una charla
con los periodistas. Pero se trataba en realidad la exhibición de un fenómeno.
Un viejo convertido en un niño que muestra sus gracias al hablar y al escribir.
Como si dijeran, tan pequeño y lo recuerda todo, y ya sabe que los teléfonos
celulares graban, que hay naves en Marte y que el hombre tiene más años en la
tierra de lo que se creía. Al final de la lección le podrían haber anudado el
trapo rojo en el cuello.
Pero los niños superdotados también son ricos en desvaríos y
alucinaciones. Cuando le preguntaron por su súbdito más fiel y poderoso, el
viejo se puso serio, ceremonioso como ameritaba la ocasión y soltó una frase
para las letras de bronce: “solo un hombre en la historia se hizo famoso por
llevar adelante grandes campañas militares, pero para liberar pueblos. Ese
hombre fue Bolívar. Bolívar, pero también Martí y Chávez, han sido muy
importantes para América Latina". Sus barbas y sus viejas cóleras me
recordaron al Rey Lear y la sentencia de una de sus hijas: “Ahora, por mi vida,
estos necios ancianos se vuelven niños. Y debe tratárselos con reprimendas a
título de caricias, cuando se ve que abusan”.
Un comentario para reportar sintonîa y animar el blog...
ResponderEliminarEste relato es mâs una crônica que una columna de opiniôn? Supongo que elespectador no restringe el formato a sus columnistas ya que mâs allâ las ironîas no hay argumentos ni crîtica...
Lo digo porque cuando leo relatos quisiera que fueran mâs amplios y cuando leo columnas quisiera que fueran mâs crîticas. En todo caso (y sin ironîa) ud. es de los pocos que se toma el trabajo de investigar y estudiar, antes de sentarse y escribir como cualquier columnista lo primero que se le viene a la cabeza, algo muy aplaudible.
Si colapsa la economîa venezolana, perderîa el rey su trono?
Daniel, yo creo que el trono del rey cubano lo va perder ante la Parca, luego de eso veremos que sucede en la isla...
ResponderEliminarSin Chávez seguramente cuando Castro muera no podrá seguir el régimen, al menos como ahora.
Sobre las licencias que se toma Pascual, creo que es lo mejor, siempre columnas críticas se tornan jartas.
Daniel, Eureka, van algunos comentarios. Sí, tal vez la columna sea más una crónica. Siempre he pensado que las columnas, como látigo semanal, tienen que dar la libertad para intentar un cuento, una pequeña crónica, una caricatura, una idea reducida, una reflexión personal, una denuncia, un arrebato personal...
ResponderEliminarYa el molde de espacio y el tiempo es suficiente como para agregarle más. Incluso, en mi caso, tengo unas columnas a las que llamo arrebatos líricos, más una prosa que busca ser poética que una opinión.
Lo de Fidel surgió de verlo en la televisión. Verlo asustar a esos niños que tienen la certeza de estar viendo un prócer. Tal vez esa sea la única idea de la columna: la extrañeza de ver un país que vive todavía bajo el ala de sus héroes históricos. Y sus villanos en muchos sentidos.
He estado en Cuba 3 veces y siempre me impresionó ese afán conmemorativo: la guardería amiguitos de Martí, las medallas a los trabajadores, los afiches, las canciones...Alguna vez le oí esta frase a un guía de Museo: "Supongamos que El Ché haya pasado por aquí, delante de esta casa, y supongamos que se le cayó un botón...Bueno, eso es histórico." (se debe leer con acento y tono enfático).
Sobre la última pregunta: Cuba sobrevivido a lo increíble. La época del "periodo especial" luego de la caída de la URRS los tuvo muy cerca de ser una Corea del Norte y las historias de hambre son tremendas. Sin duda sin la plata de Chávez los cambios tendrán que ser más rápidos, porque la gente no aguantaría ese infierno otra vez y menos con un régimen sostenido sobre la figura de Raúl Castro.
Saludos, bacano que asomaron por acá y escribieron. Esto cada vez está más solo.
Pascual, como dijo usted alguna vez, este blog es un espacio para los ágrafos. Yo siempre leo, poco escribo.
ResponderEliminarLo desafortunado del comunismo es que nunca ha funcionado en el mundo. Como otros regímenes, se corrompe con el poder, pero la sevicia de éste ha sido históricamente cruel. Parte de esto se analiza en http://sdrv.ms/KGpxYu
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