En
diciembre pasado el contralor departamental anunció sanciones para los alcaldes
que gastaran recursos públicos en pólvora. El próximo viernes se verá en
Medellín el mayor gasto de la historia en Juegos pirotécnicos. La alcaldía
decidió demoler el edificio Mónaco, donde Pablo Escobar vivió un poco más de
dos años, para “derribar una estructura mental: la que acepta la ilegalidad
como camino.” La paradójica idea de derribar para construir memoria tendrá un
costo de 30.000 millones de pesos. Hasta ahora no se sabe muy bien en qué se
gastará la plata. Unos cuantos miles en la demolición, 6.000 millones en el
Parque que se construirá y otro tanto en el espectáculo que casi incluyó
narradores deportivos para gritar en el momento cumbre desde el Club Campestre
de Medellín, escenario para el avistamiento de la magna implosión.
La administración
de Federico Gutiérrez lleva tres años largos en una lucha denodada contra un
fantasma. Al alcalde lo atormenta la sombra de Pablo Escobar sobre la ciudad,
los hitos inevitables de su estela de terror, las cicatrices, la herencia de su
demagogia millonaria de político menor. Habría que desmontar una buena parte de
la ciudad para borrar las huellas de la mafia. Pero al alcalde lo angustia sobre
todo el vínculo que hacen los extranjeros entre Pablo Escobar y Medellín. Un
tipo de complejo muy común en las sociedades que tienen un sentimiento de culpa
y una desmesurada intención de exhibir y exagerar sus virtudes. La
administración ha terminado persiguiendo a los hostales que ofrecen un tour
tras los pasos de Escobar. El chantaje ha llegado de la mano de sanidad y otras
dependencias encargadas de la asepsia material y moral.
La
administración nunca entendió que es más útil construir un discurso que
controvierta el que muchas veces ha enaltecido la figura del capo en la
ficción. No logró ver el Edificio Mónaco como una oportunidad para entregar una
versión plural y compleja de nuestras tragedias, más allá del turismo barato y
las apologías. No supo aprovechar una parada obligatoria en ese recorrido tras
los narcos para hablar de una guerra impuesta, para entregar aunque sea unos
fragmentos de las mejores reflexiones Made
in Medellín acerca de los efectos de la mafia sobre una sociedad tan ávida
como desvalida.
Es
imposible que se marque un punto de inflexión con un estallido oficial luego de
31 años de un estallido criminal. Medellín tiene todavía vivo el poder de la
mafia en sus barrios. Llevamos tres años seguidos con homicidios al alza, un
estudio oficial reciente en 247 barrios y 61 veredas mostró que en el 80% de
los territorios visitados se hacen cobros extorsivos, los pillos cada vez
tienen más poder sobre la economía legal, un secretario de seguridad nombrado
por Gutiérrez terminó en un proceso por sus vínculos con las estructuras
criminales. La dinamita solo sirve para que los medios giren la cabeza, para la
instantánea y el discurso, para el aplauso complaciente acompañado de palito de
queso en el Club Campestre.
Todas
las decisiones en este caso se tomaron lejos de la ciudadanía, a kilómetros de
las instancias que se habían construido alrededor de la Casa de la Memoria,
huyéndole a la discusión pública, como si se tratara de un ejercicio privado
entre algunas empresas “patrocinadoras” y el alcalde. La policía tiene en algún
patio la escultura La Nueva Vida del
maestro Arenas Betancourt que adornaba el edificio. Buscan sacar unos pesos bajo
la lógica de los chatarreros. Muy seguramente terminará en el parque como un
dudoso homenaje a las víctimas. La esposa de Escobar dijo en su libro que la
escultura era un símbolo de su familia. Una nueva historia para el inevitable
peregrinaje.
Ni más ni menos Pascual,es más una apología al despilfarro,"lo que nada nos cuesta"invertir solo para destruir,no hay derecho.!!
ResponderEliminarUna total ridiculez y el despilfarro de dinero de un akcalde farandulero
ResponderEliminarque derroche de recursos y la ausencia del estado es lo que predomina en la gran parte de la ciudad
ResponderEliminarQué falta de respeto. Qué atropello a la razón. Más razones para seguir con este tango que es Medellín Fico es Impresentable. #Memoria
ResponderEliminarMuy bien Pascualito escondido entre los humos de las yerbas que consume y de sus amigos los
ResponderEliminarDe la Educación que lo llevan al despilfarro de la palabra en contra de quienes no le conviene para su poder detrás del poder. Sigue así que pronto llegaras al poder para demostrar lo poco o nada que entendes esta ciudad.
Lo derriban porque ningún político corrupto pudo apoderarse de él, era una propiedad demasiado mediatizada como para ”voletearse” de esa forma.
ResponderEliminarPero Pascual, pregunte por las fincas del capo acá en el oriente de Antioquia.
La Manuela y torre alta en el tablazo (Rionegro). Quienes serán los dueños actuales? Esas que no aparecen en los medios de comunicación.
Actos falanduleros y pantalleros cómo estos son los que produce Foco, para tapar su eneptitud.
ResponderEliminarparece que fico gutierrez encontro la manera de pagarle a sus socios de la Macarena la gente de degrupe, contratándolos para organizar el show en el campestre.
ResponderEliminarPues es la culpa que trastorna. Ni que el pais o el mundo puedan olvidar lo que hizo Pablo. Como dices, habría que derribar mas que un edificio para deshacerse de lo que queda de los narcos....
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