martes, 19 de marzo de 2019

Bronca al parque





Las agresiones comenzaron hace quince días. Un energúmeno vestido de policía decidió que barrería el Parque del Periodista en el Centro de Medellín con su rastrillo de arbitrariedades. Se paseaba por el parque insultando a todo el que se moviera, despreciando a quienes a su vista solo se ajustaban a dos categorías: criminales o viciosos. Exhibía la más triste de las majestades, una soberbia fundada en el miedo, en su arma y su posibilidad de decidir si alguien debe ser golpeado, esposado y enviado a un encierro de corto plazo con una multa a la espalda.
El sábado pasado regresó al parque con su método copiado de la brutalidad de Duterte en Filipinas. Pretendía imponer una multa a una joven simplemente porque estaba al lado de alguien que se estaba fumando un bareto. Infracción de lesa cercanía a ese humo maldito. Los insultos se repetían para la pareja. Cuando buscaba en el piso con su linterna, esculcando cuscas como si fueran tesoros, le pregunte que si había encontrado un cargamento. Un atrevimiento contra un largo recorrido de abusos. Inmediatamente prometió una multa por mi osadía y me pidió la cedula con la arrogancia de quien sabe que impondrá su capricho a manera de ley. Cuando le entregué la cédula luego de varias amenazas vino una nueva retahíla de insultos y la promesa de dos nuevas multas. “Lo voy a clavar”, me aseguró. Desesperado frente al atropello le quité mi cédula. Vino entonces el asalto de al menos seis agentes.
Llegaron al bar donde estábamos y sin mediar palabra tiraron mesas y sillas, agredieron a la mesera que intentaba preguntar qué estaba pasando, golpearon a las mujeres que pedían un mínimo de respeto. Todo sin decir absolutamente nada, solo con la actitud humillante que demuestra que eligieron a los ciudadanos como sus enemigos.
Un minuto después estaba montado en una patrulla luego de tres puños en el estómago y una apercuellada digna de mejores delincuentes. Una mujer que grababa el operativo fue premiada con una zancadilla. Hubo pata para todos. La patrulla arrancó batiendo su sirena con urgencia, como si llevara al Chapo Guzmán en su banca de lata.
Al llegar al Centro de Traslado por Protección me recibió un civil en una mesa para oír mi testimonio. Aparecía una voz distinta a la de la intimidación, alguien que hacía recordar que aún había derechos. Mientras tanto los alardes del agente desorbitado dejaban todo claro en la barra del bar: “Ese Código quedó perfecto para lambérnoslos a todos”. Cuando llegó a la mesa de descargos ya la apuesta iba en cuatro comparendos. Pidió mi cédula y comenzó la lucha con los formularios. Preguntó mi edad, le dije que en la cédula estaba mi fecha de nacimiento. No logró hacer la cuenta. Le pidió ayuda a la calculadora de su compañera. Por las matemáticas comenzó a fallar la arrogancia y ahora el policía me llamaba a un lado a buscar una charla sobre lo sucedido.
De pronto recibí una llamada del Comandante de la policía metropolitana, un amigo periodista había llamado a reportar el caso, y el general me preguntaba por el operativo. El agente ahora decía que tenía que mejorar, que ese sitio era complicado, pero que él incluso tenía amigos allá, que sus compañeros lo llamaban ‘Comparendo’ y a veces se le iba la mano. Era triste el salto abrupto de la brutalidad a la sumisión, del descaro a la enmienda. Mi trabajo de todos los días me entregó en blindaje contra el despotismo menor, una opción de que mi versión fuera oída y tomada en cuenta. De lo contrario, a la humillación, los golpes y la tristeza de ver a amigos y familiares aporreados, le habría sumado doce horas en compañía de un enajenado en una cancha de micro enmallada y unos tres millones de pesos en multas. Regresé al parque, ya sin sirenas, en la patrulla abullonada de un Mayor que intentaba aquietarlo todo. “Espero no banderearlo mucho”, me dijo al despedirme de nuevo en ese parque visto como una muela picada.


13 comentarios:

  1. No tengo palabras.
    Claro que el abuso policial no es nada nuevo, pero el 'Duterteo' de los tombos es preocupante. No todo el mundo tiene alguien que lo saque de un aprieto provocado por un maniaco en uniforme.

    XOXO

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  2. La pregunta es ¿qué quieren?

    Sea lo que sea, lo que están logrando es poner a todos en su contra.

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  3. Leo y lloro por dos razones una porque la fuerza pública quiere reprimir basada en un papel apadrinado por un estado que lo acepta y porque sigue lo mismo de ud no sabe quien soy yo, porque si no fueras un periodista reconocido la brutalidad de la policia no habria cambiado...la policía doblemente falsa positiva si eso existe

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  4. La inteligencia policial en su máxima expresión...

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  5. Ese regreso en patrulla abullonada es la practica del " Ya sabemos quien es Usted" pero no sienten que la cagaron por atropellarle su derecho de objetar un abuso, piensan simplemente que los primates se treparon al arbol equivocado.

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  6. Tranquilamente el hermano del Ex Ministro, el Hijo de Pipe Gaviria el "poderoso", el periodista del programa mas es escuchado de colombia, hubiese podido lanzar la frase gloriosa " Usted no sabe quien soy yo" y al comprobarlo, al agente al que apodan comparendo se hubiera cagado en el momento, por la cagada cometida, pero no...el prefirio ser el, respetar su escencia, ser el bacan humilde y ciudadano critico de siempre, que desdeña un sistema podrido y corrupto, como el que ataca los visitantes bohemios del perio...

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  7. Desde que estuve en Medellín desde el 2004 jamás supe de un problema de violencia en el Parque del Periodista. Qué mierda saber que este lugar sea dañado por el actuar de un policía que le vale verga la gente.

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  8. Asumir el privilegio? Que pasaría si tú y un montón de privilegiados asumimos el privilegio de la formación y la condición que portamos y desde allí interpelamos a la democracia. Despersonalizando la lucha por la libertad y obviando la individualizacion del ataque y la represión. Te salvaste por tu privilegio . Es una realidad. Ahora que hacer con eso. la poética se junta con la política. .. Aquí espero...

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  9. Grave que la policía hubiera decidido ensañarse intencionalmente contra la gente de a pie por el sooo hecho de no ser prestante; eso no lo estarían haciendo si no tuvieran la intención de extorsionar a la gente ni la de desquitarse con uno.

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  10. Al menos se pudo denunciar. Los de a pie siguen sometidos a las arbitrariedades de los que con armas o con un codigo se sienten poderosos y ejercen su vileza.

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  11. lo que se tiene que pedir después de esto es que ese policía no tenga trabajo al otro dia, lo hacen porque saben que no les pasa nada, viven en la impunidad, pero cuando empiecen a perder el trabajo +, a ver que si actúan mal se quedan sin nada ese dia podremos esperar un cambio.

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