martes, 17 de enero de 2012
Es hora ya de acostarse
En mi adolescencia en Medellín los toques de queda los imponía la mafia. Dos o tres matanzas indiscriminadas en bares y discotecas fueron suficientes para que la ciudad oscureciera un poco más temprano y la gente se arrullara detrás de las cortinas con el silbato de los celadores. Entre quienes por esa época estábamos terminando el bachillerato se ha convertido en un lugar común la nostalgia de las fiestas obligadas en las casas de los compañeros. Fiestas hasta el amanecer que tenían la triste consecuencia de ser casi totalmente masculinas. Las mujeres se reunían por su lado bajo el ala de alguna madre. De modo que el miedo transformó parte de la escandalosa fraternidad colegial.
Ahora la sirena que marca el momento de acostarse es manejada por la policía de la mano de las autoridades civiles. Y aunque en principio podría pensarse que es un logro que el Estado retome el monopolio legítimo de las trasnochadas, es mejor pensar dos veces la tarea de una secretaría de gobierno intentando amarrar a los jóvenes a la pata de la cama. El nuevo alcalde de Cali acaba de decretar, en algunas comunas de la ciudad, toque de queda para menores de edad entre las 11 de la noche y las 5 de la mañana. El jefe de policía quiere ir un poco más acá y acostar a los muchachos desde las 9:00 P.M. No aclaran si los dejarán ver películas con escenas de sexo y violencia moderadas.
La intimidación de los mafiosos tenía al menos un componente democrático: el miedo era decretado para todo el mundo. En Cali, la ciudad es peligrosa para los adolescentes de algunos barrios. Algo que muy pronto se traduce en que los adolescentes de algunos barrios son peligrosos. Lo que dice ser una medida de protección termina siendo sobre todo una manera de señalar. La frase del comandante de policía es escalofriante. No me lo quisiera encontrar de noche: “En dos semanas extendemos el toque de queda a seis comunas y la idea es ir avanzando en la medida en que seamos coherentes, persistentes y fortalezcamos la disciplina social para que entre todos hagamos de esto una cultura”.
De modo que la policía quiere hacer entender a los padres y a sus hijos que la ciudad es intransitable después de las 11 P.M. Cuando se avance culturalmente se podrá lograr que el miedo y la prohibición de sentarse bajo un farol se impongan desde dos horas antes. Hacer que los policías se dediquen a vigilar y “reseñar” jóvenes que realizan comportamientos socialmente inofensivos no es solo una tontería sino un atropello. Siempre que el Estado intenta dictar cátedra sobre las conductas que deben fijarse de puertas para adentro termina siendo torpe en el mejor de los casos y tirano en el peor. Sería más útil utilizar los recursos públicos para luchar contra la inasistencia escolar que contra la asistencia de los jóvenes noctámbulos a las calles. Para atacar uno de los tantos problemas reales.
Casi 2000 jóvenes murieron asesinados en Cali el año pasado. Una cifra que justifica las alarmas pero no las medidas desesperadas. A los pelaos que están en la delincuencia no los asustan las penas del código de infancia y adolescencia, mucho menos los va a detener una reconvención policial por trasnochadores. Durante el primer fin de semana de la medida se presentó un homicidio menos en los barrios con policías haciendo de prefectos de disciplina. El entusiasmo es total. La casa por cárcel para los jóvenes puede ser una idea contagiosa. El capellán mayor ya trinó desde su púlpito: “Todo "libre desarrollo de la personalidad" qué tristeza: encuentran 500 niños en fiesta electrónica de Pereira con licor y estupefacientes.”
Hace unos años Jorge Enrique Vélez, el actual superintendente de notariado, que llegó al congreso por carambolas de la parapolítica, intentó convertir el toque de queda para menores en ley de la República. El señor, un loquito moralista, recuerda mucho al Jefe Gorgory.
ResponderEliminarToque de queda quiere ser ley de la República
Noticia sobre el primer fin de semana de ciudad prohibida en Cali
ResponderEliminar280 menores fueron llevados a las comisarias de familia el fin de semana.
En Santander también lo intentaron hace un año
Lo más grave es que los decretos hablan de multas a los padres en caso de reincidencia de sus hijos andariegos. En caso de no pagar la multa la sanción puede ser el arresto. ojalá pongan a padre e hijo en celdas contiguas hasta que llegue la mamá.
Y para pasar los torniquetes que instalaron en las entradas de la UdeA este año, hay que presentar pasado judicial, juro que no es paranoia.
ResponderEliminarDaniel contá en serio qué ha pasado con las puertas ¿Pasado judicial? No charlés pesado.
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ResponderEliminarPascual, en Medellín en esa epoca que decís hubo toque de queda, no recuerdo de cuantos días ni cual fue el hecho exacto que hizo tomar la medida, lo que si es cierto es que el toque de queda fue para todo el mundo, no solo para menores.
ResponderEliminarJuan david, a finales de los 80 hubo, si no estoy mal, algunos toques de queda decretados oficialmente. Creo que no se trataba de un hecho puntual sino de la imposibilidad de impedir el terror de Escobar y sus secuaces. Esos eran por supuesto para todo el mundo. También vivimos toques de queda impuestos por los narcos, decretados sin sello oficial pero incluso más claros que los firmados por el alcalde.
ResponderEliminarY ya en épocas más recientes tuvimos toque de queda de menores. Siendo secretario de gobierno Jorge Enrique Vélez, ejerció un tiempo su sueño de ser el padre putativo de toda la ciudad. El mismo salía armado a hacer cumplir sus decretos.
puede que no este hablando del caso pero el toque de queda existe todavía en muchas partes de medellin, es impuesto por los pillos que en diferentes zonas de la ciudad atracan y si uno es mal negociante en ese momento le pueden encimar la puñalada...
ResponderEliminartambien puede que suene a paranoia pero los atracos funcionan con policia patrullando o con un CAI de vecino, pero esto no es raro para nadie tampoco.
lo que critico es que en la columna se pueda presumir que la policia sirva para algo en alguna parte del pais en algun momento del tiempo transcurrido de cualquier vida colombiana...
el año pasado iba entrando a la estacion del metro suramericana ( cruzaba la calle y ya estaba montado en el metro "practicamente" ) cuando senti un golpen en la espalda, cuando me di la vuelta, vi a tres niños haciendo el curso de pillo en la zona, despues de que me quitaron todo, entre a la estacion y no paso nada, el policia de turno hizo una llamada en el radio, media hora despues llegaron dos mas en una moto me tomaron los datos ( pero no creo que siquiera valla a ser parte de una estadistica tampoco ) y con todo eso no me dejan montar al metro por que tenia las manos ensangrentadas por el ataque, me tuvieron que ir a recoger, pero afortunadamente yo sali bien librado, no puedo imaginarme a los que le ha ido mal y no debe ser muy diferente en otras ciudades algo importantes en nuestro pais...
ResponderEliminarDanie, ¿apoyás esta solución para el tema de los torniquetes en la U de A?
ResponderEliminarEncapuchados atacaron torniquetes en la U de A
Pascual, ojalá me pudieras recordar qué de lo que he dicho acá te puede siquiera llevar a preguntar si apoyo esas acciones.
ResponderEliminarSólo te estaba recordando una discusión vieja en la que apoyabas que a los estudiantes los trataran como niñitos o delincuentes en potencia.
Cuando la Tip -que tanto defendiste- la implantaron, el rector afirmó que no se iban a poner torniquetes a la entrada, es el claro ejemplo de la aplicación de las estrategias de la manipulación mediática denunciadas por Chomsky, cómo le fueron imponiendo de a poco a la ciudad una Universidad cerrada a sus habitantes.
Ah, aunque me gustaría que los grandes medios de comunicación (haces parte de uno) le dieran la misma importancia que le dan a la destrucción de unos torniquetes y a los abusos que en cada entrona policial se cometen contra los estudiantes.
Daniel qué pena con vos, fue solo una manera inadecuada de preguntar por el tema. Sé por tus comentarios que no te gusta el hacha de los capuchos. Creo que en este tema estamos mas o menos de acuerdo. No me gusta la U de A cerrada a la ciudad. los controles son necesarios y creo que los torniquetes son solo una manera de hacerlos mas rápidos y eficientes.
ResponderEliminarPero tiene que haber al menos una puerta para el ingreso de visitantes con controles. Siempre lo he hablado con un amigo profesor en la de Antioquia: desde que sea mas fácil entrar a Eafit que a la U de A es por que algo falla.
La universidad ha muerto, viva la universidad.
ResponderEliminarCon el argumento de los "controles necesarios" es que han matado a la U.
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