La
caja del Chapo contiene provisiones para cerca de una semana y está dirigida a
personas de la tercera edad. Arroz, frijol, azúcar, galletas, pasta, puré,
aceite, papel higiénico y agua en botellas. Desde la última semana de abril se
han entregado algunas tandas en el Área Metropolitana de Guadalajara. Las entregas
las ha hecho Alejandrina, la hija menor del Chapo, y un directivo de su empresa
comenta cómo buscan a los beneficiarios: “…hemos pedido en redes sociales que
la gente nos refieran a personas de la tercera edad, no queremos equivocarnos y
que llegue la ayuda donde no debe de llegar”. Tienen sin duda una base de datos
bien depurada.
En
el Zen, un barrio en las afueras de Palermo, la distribución de las ayudas la
ha liderado Giuseppe Cusimano, el hermano dócil de Nicolo Cusimano, líder
mafioso condenado hace más de diez años por tráfico de drogas y otras labores
en el vecindario. Esta vez no se entregaron en cajas con la cara del benefactor
sino en simples bolsas de plástico. “Las compras se realizaron a través de la
asociación Santo Pio a la que pertenezco. Si tratar de hacer el bien para
mi vecindario significa ser un mafioso, entonces yo también lo soy”, le dijo
Nicolo a la prensa con su mascarilla bien puesta.
A
mediados de abril una camioneta fue detenida en la frontera italiana con más de
medio millón de euros en efectivo. Era conducida por hombres vinculados a nueve
grandes familias de la mafia calabresa. Los billetes venían de un país de lo
que llamábamos la Europa Oriental. La liquidez es ahora la gran ventaja de la
mafia y su idea de reinventarse. Está muy claro que es hora de invertir. El líder
de un grupo recién creado por la fiscalía italiana para monitorear el papel de
la mafia en la reactivación lo dice muy claro: “Debemos tratar de evitar que
el déficit de liquidez, que en este momento puede afectar a empresarios y
grupos de ciudadanos, sea financiado por organizaciones criminales a través de
la usura o la toma de negocios completos.” Las tasas de usura callejera han comenzado
a bajar para captar nuevos clientes. Las cifras oficiales dicen que lo que
entre nosotros se conoce como el gota a gota tiene ahora un 10% más de
clientes. La mafia ya maneja negocios de suministros médicos, limpieza y
clínicas y hospitales, funerarias, transporte de alimentos a las ciudades y al
parecer cada vez tendrá mejores intenciones e inversiones en los hoteles y los
restaurantes, los sectores con mayores urgencias. Roberto Saviano, una especie
de biógrafo de la mafia italiana, autor de novelas y crónicas de Camorra, mira
desde su confinamiento hacia las playas más cotizadas: “¿Quién volverá a
comprar los complejos turísticos de la Côte d'Azur o de la Costa del Sol,
devastados por la crisis del turismo del 2020?” Según Saviano las mafias
tendrán mayores acciones en los escenarios del Jet Set y en los callejones de
los barrios populares: “El verdadero Estado del bienestar en las periferias lo
están ejerciendo las organizaciones criminales”.
Los
historiadores retroceden cuarenta años para intentar un perfil de las
posibilidades del poder mafioso en medio de la pandemia. En 1980, el terremoto
en Irpina en el sur de Italia, dejó grandes daños en Nápoles y la mafia fue una
de las principales protagonistas de la reconstrucción. Y si se van hasta los
estragos de la peste de cólera en 1884 llegan hasta una frase que se hizo
famosa entre la mafia naciente de la época: “El cólera es mejor que la salud”.
Los mágicos manejaron parte de la plata de la época para “rehabilitar” la
ciudad.
¿En
qué andarán nuestras mafias, cuáles serán sus ideas y sus negocios, hacia dónde
llevarán sus contagios? Es hora de mirar nuestra recuperación económica más
allá del IVA.