domingo, 18 de julio de 2010

Sólo para mundialófilos




Acudo la elocuencia de las palabras ajenas sobre un dolor propio.
Un artículo de Juan Carlos Orrego.


Cuando el árbitro inglés Howard Webb decretó el fin del partido que daba a España su primer título mundial, de inmediato me ganó la pesarosa idea —como cada cuatro años— de que el Mundial de Fútbol es tan fugaz como la vida de un insecto. Y, para colmo, de él no se puede decir que se va tan pronto como llega, porque los tres años y once meses de vigilia que corren entre dos campeonatos son largos y tediosos. Bastará con decir que entre un mundial y el siguiente hay que soportar, completo, un decepcionante periodo presidencial.
Lo más curioso de todo es que, entre lo que hace entrañable un Mundial, el fútbol quizá no sea lo principal. Hace cuatro años casi lloré cuando Fabio Grosso pateó el penalti que dio fin a la competición, pero aun así la mayoría de las acciones de juego y buena parte de los resultados de 2006 ya se han borrado de mi cabeza: ¿Cómo fueron los goles con que Alemania le arrebató a Portugal el tercer lugar? ¿Cómo le fue aquella vez a España en su primer partido? ¿Cuál fue el mejor gol? La verdad es que pocas cosas tengo tan frescas en la memoria como el cabezazo de Zidane sobre el pecho de Materazzi. Del mismo modo, del Mundial del 2002 recuerdo sobre todo cómo mi despertador chillaba a la 1:30 AM y, yendo mucho más allá, del certamen de 1982 tengo la vívida imagen de un sheik arrogante que baja a la cancha para hacer anular uno de los goles que Francia le convirtió a Kuwait.
Los moralistas y la gente “profunda” dirán lo que quieran, pero un Mundial es una cosa magnífica. Porque, en el supuesto de que el fútbol fuera un amasijo de veintidós hombres tras un balón —como lo sostienen, con nula imaginación, ciertas almas de cántaro— y que las estampas curiosas que acabo de ejemplificar no fueran más que un zurcido de tonterías, le queda la gracia de ser un aderezo magnífico de la armonía hogareña. Durante muchas mañanas de este junio fui un convidado de honor entre las cobijas de mis hijos, la una prendada del “Niño” Torres y el otro hecho seguidor incondicional de Eslovaquia. Además, al calor de un café sostuve interesantes discusiones con mi esposa a propósito de las improvisaciones técnicas de Maradona. Y ni qué decir de la final, con el cuadro entrañable de un batallón de hermanos, primos y amigos sentados en el mismo sofá, las madres preguntando por el marcador después de cada alarido y un tío astuto cobrando el dinero de la polla familiar.
A una semana del pitazo final, qué lejano se me hace ya Sudáfrica 2010. Un amigo con el que compartí este pesar me dijo, con espontánea genialidad, que al acabarse un Mundial uno se siente como cuando vuelve de un paseo. Ni más ni menos: con alegría vencida y nostalgia indeleble; incluso con rabia, por saber que hace apenas un día estábamos metidos en el mar o contemplando el mundo desde la cima de una montaña de enciclopedia. Qué difícil es archivar esas vivencias en el cajón del pasado y reintegrarse a la gris rutina en que veníamos: esa de estadios en reparación, bastoneras descoordinadas y partidos Medellín-Chicó o Nacional-Cartagena. La vida es dura, pero es la vida.
Con todo, la sensación horrible de disolución que se toma mi cabeza no alcanza a poner en jaque el que, desde ya, sé que será el más sólido recuerdo del Mundial que acaba de expirar. Por supuesto que no se trata de la imagen de Andrés Iniesta venciendo a Stekelenburg, ni la del gol fantasma de Inglaterra, ni la de la atajada —la mejor del torneo— de Luis Suárez contra Ghana. En mi memoria comienza a erigirse, reinante, la figura del pulpo Paul, ese sabio adivino del mundo animal que ha condenado al olvido a Gauchito, Naranjito, Pique, Goleo y todas las pusilánimes mascotas de la historia.

6 comentarios:

Pascual Gaviria dijo...

Muy buenas fotos. Ciclovía en Bogotá 35 años

Anónimo dijo...

A proposito de denuncias de terroristas y lo ultimo en peliculas de ciencia ficcion tenemos esta perla que en algo se parece a las denucias que estan heciendo desde Colombia pero creo que Juan Manuel santos hara lo mismo que USA aplicar la diplomacia y establecera de nuevo las relaciones comerciales con Venezuela siguiendo asi el guion americano o vos que crees Pascual?/

Ha si me olvidaba bienvenida la tecnologia de saber de que IP escriben y todo esos sofware "sofisticados" aqui se consiguen por 29.99 para identificar quien escribe, lo del anonimo si es una trampabloguera que es muy vieja, es mejor dar la cara cuando se comenta, me gustaba el blog cuando mantenia esa politica de no permitir anonimos, los comentarios anonimos crean un ambiente ideal sobre todo para las barras bravas, asi pues Pascual que ojala volvamos a la politica de opiniones abiertas pero no a las anonimas.

Bueno aqui la paradoja de la diplomacia, que me imagino es la que tienen planeada el nuevo gobierno.


Hillary Clinton 'cree' que Osama Bin Laden y el mulá Omar se esconden en Pakistán

Clinton dijo hoy que cree que tanto el líder de la red terrorista Al Qaeda, Osama Bin Laden, como el de los talibanes afganos, el mulá Omar, se encuentran escondidos en Pakistán.

"Creo que están aquí, en Pakistán, y sería muy útil si pudiéramos capturarlos", afirmó Clinton en una entrevista con periodistas paquistaníes transmitida por los medios del país surasiático.

No es la primera vez que Clinton sitúa al líder de Al Qaeda en Pakistán, pues ya lo hizo el pasado octubre cuando realizó su primera visita oficial a este país tras asumir el cargo.

También el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), Leon Panetta, quien visitó Islamabad el mes pasado, expresó una opinión similar.

"Ha sido muy difícil conseguir información de inteligencia sobre su localización exacta (...). Está, como es obvio, muy bien escondido... Está en una región de las áreas tribales paquistaníes" fronterizas con Afganistán, dijo entonces Panetta.







ISLAMABAD (Reuters) -La secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, anunció el lunes más de 500 millones de dólares en nuevos proyectos de ayuda para Pakistán, con los que Washington espera ganarse a un público escéptico en un aliado vital para ganar la guerra en la vecina Afganistán.

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...

Pascual y como te acabo de ir con los pronosticos del Mundial?