jueves, 30 de enero de 2025

Un rebelde de madrugada

Gobernaré para todos”: Gustavo Petro se destapa a 15 días de las elecciones  - Semana

 

El hombre rebelde nunca aceptará el fracaso. El mundo se opone a sus ideales, la mezquindad impide que la llegada de la justicia y la libertad sea rápida. Las derrotas serán siempre una muestra de la magnitud de sus propósitos y sus enemigos. El hombre rebelde es también el hombre de las dificultades. Sus méritos están probados, de modo que no se requieren resultados, solo valor y audacia, y la belleza de las palabras que envuelve siempre la bondad.

Petro ha tenido unas semanas difíciles pero excitantes, con derrotas dignas, victorias simbólicas, traiciones que lo enaltecen, ataques ansiados. La imposibilidad de la paz total, luego de la masacre en el Catatumbo, mostró que su rebeldía armada tuvo su tiempo y su triunfo. Y que los supuestos revolucionarios de hoy, que se dicen sus socios, han pasado a la degradación y el sicariato. No entendieron el momento histórico de “El Cambio”, su triunfante revolución, no quisieron sumarse a su épica personal. De modo que llegó el momento de anunciar la guerra, una palabra difícil, pero que muestra sus bríos y desmiente a sus peores enemigos, a la derecha que lo tilda de pusilánime. El estado de excepción también es un sueño para el hombre que entiende la contradicción entre revolución y gobierno. Un poco más de poder, una tiranía provisional para servir a la humanidad, dirían los marxistas. Pero seguro la Corte lo arruinará todo. Por eso tocó acudir a una máxima ineludible: “el gobierno solo puede ser revolucionario contra otros gobiernos”.

Su desplazamiento a Haití fue jubiloso. Recibido con aplausos por un pueblo negro y pobre. Descubrir un busto es siempre quitar un velo, develar la historia y para eso fue la visita. Para honrar a los héroes olvidados. El hombre rebelde rinde tributo a sus iguales, habla con el bronce, le entrega significación al caos del presente. Haití es un país lleno de terror e infamias, pero el pasado es su gloria y hay que recordarlo. Llegar a esa pequeña isla destruida luego de privar a Davos de su visita significa mucho más. Su elección es siempre una lección. El hombre rebelde es también un apóstol, prefiere las llagas al oro, cura con su sermón. Un video dejó clara esa comunión lograda.

La apoteosis llegó el domingo en la madrugada. Los delirios del Coronel hicieron que todo fuera un poco borroso, imaginado, una especie de revelación. Se trató de romper las cadenas del imperialismo, de plantar la dignidad por encima del mundo y sus avaricias. Un David contra un Goliat, aunque Maduro gastó la comparación unos días atrás. En 1951 Albert Camus publicó El hombre rebelde, un largo ensayo que reseña las penas de la utopía, los excesos de las revoluciones y las justificaciones morales de algunas atrocidades. Camus habla de la adhesión del hombre rebelde a “cierta parte de sí mismo”, a concebir sus valores como derechos irrenunciables. Los héroes románticos estuvieron entre los rebeldes, la belleza era su bandera frente a un mundo turbio, el sueño de la genialidad de los artistas convertidos en tiranos. Para el hombre rebelde las injusticias sufridas justifican los excesos, el frenesí es un arma necesaria para oponerse al mal.

Como los verdaderos rebeldes Petro está dispuesto a entregar su vida por sus ideas, no solo es apóstol, también es redentor y martir: “Me matarás, pero sobreviviré en mi pueblo que es antes del tuyo, en las Américas”, escribió Petro en su trino macondiano. Las consecuencias no valen a la hora de la rebeldía, se trata de poner una línea infranqueable, de subrayar un NO. Delante de esa línea el mundo no existe, solo vale el hombre en abstracto, el rebelde solo mira al horizonte con los ojos perdidos.

 

miércoles, 22 de enero de 2025

Redpublicana

 

Donald Trump makes bizarre claim in delayed chat with Elon Musk on X | US  News | Sky News

 

 Trump and Musk put on a show. Does anyone care?

 

Elon Musk ha demostrado que las redes sociales pueden convertirse en círculos ideológicos, pasar del lugar común del ágora digital a una movida convención partidista. Cuando puso su X sobre Twitter dijo que lo hacía para salvar a la humanidad que amaba. Pero cada uno tiene su visión de lo que la humanidad necesita para salvarse e invierte en esas buenas intenciones según sus posibilidades. En 2022 dijo que X perdía cuatro millones de dólares diarios.

En noviembre pasado el diario The Guardian decidió abandonar X: “Es algo que llevamos un tiempo valorando teniendo en cuenta el contenido inquietante que con frecuencia se promueve o se encuentra en la plataforma, incluyendo teorías conspiratorias de extrema derecha y racismo". La decisión se tomó luego de las elecciones del 5 de noviembre pasado en Estados Unidos. El diario calificó la red como tóxica y señaló a su dueño de utilizar su influencia “para dar forma a un discurso político”.

Esta semana Le monde tomó la misma decisión por las mismas razones: “Elon Musk ha transformado la red en una extensión de su acción política, un libertarismo cada vez más cercano a la extrema derecha, en un instrumento de presión que quiere ejercer sobre sus competidores o sobre los gobiernos socialdemócratas europeos.”

Los grandes medios parecen renunciar poco a poco a la pelea contra la desinformación intencionada, las teorías conspirativas y la participación en un pleito donde un activista político multimillonario es el juez y el dueño del cinturón de campeón. Además de asesor gubernamental. Poco a poco X se acerca a una versión un poco más agresiva que Fox News. Según una encuesta de 2024, ahora el 53% de los republicanos creen que X es bueno para la democracia, la cifra se ha triplicado en tres años.  Mientras tanto, el 36% de los demócratas consideran la red mala para la democracia. La cifra creció 11% desde 2021

Pero no solo los medios han comenzado a desertar. Algunos gobiernos comienzan a poner límites. El año pasado X estuvo cuarenta días suspendido en Brasil por negarse a cumplir las órdenes de un juez: nombrar un representante legal en el país, bloquear algunas cuentas dedicadas a las mentiras y los mensajes de odio y pagar las multas que adeudaba. Desde mediados del año pasado la Unión Europea la tiene con el semáforo en amarillo luego de aplicarle la recién aprobada Ley de Servicios Digitales. La comisión que revisa el cumplimiento ha dado una “opinión preliminar” según la cual X infringe la ley por falta de transparencia en la difusión de publicidad y rendición de cuentas, imposibilidad de verificar perfiles e impedir el acceso a datos para investigadores. Una decisión definitiva está pendiente.

En agosto del año pasado los estados de Minnesota, Washington, Pensilvania y Nuevo México pidieron a X que respetara un mínimo de verdad. Grok, su herramienta de IA, entregó información falsa sobre una posible inhabilidad de Kamala Harris en esos estados. Musk parece dispuesto a pagar las multas y las pérdidas, y a asistir a los juicios y las peleas imaginarias. Invitó a Maduro a los puños y se burló de Justin Trudeau por haberlo bloqueado: “Justin... Sabes que soy el dueño de esta aplicación, ¿verdad?”, escribió en X el día de la posesión de Trump. Musk se divierte dirigiendo no una compañía sino una jauría, no quiere ganancias, busca una audiencia comprometida, un canal privado, un mitin político permanente, que no descanse y vocifere, que haga su MAGIA.

Las redes parecen cerrarse política y geográficamente, dirigirse a espacios limitados por fronteras e ideologías, a parecerse a los medios militantes del siglo XX. De la globalización a la radicalización.

 

jueves, 16 de enero de 2025

La tiranía electoral


 Chávez sólo logra mayoría simple en el Parlamento tras el éxito de la  oposición | Venezuela | elmundo.es

 Maduro dice que hará respetar el resultado de las elecciones

 

Han sido más de 25 años de un experimento que ha paado por todas las fases: el entusiasmo, la adoración, la trifulca, el deterioro, la tragedia, el mito, el caos, la aversión, la desvergüenza y el terror. Las elecciones han sido el signo de todo ese camino, para bien y para mal. Algunos han bautizado el juego electoral como un abuso de la estadística, Venezuela es un ejemplo de la multiplicación de ese exceso. Y de cómo, muchas veces, no son necesarias grandes mayorías para lograr poderes desorbitados e insultantes.

En un solo año Chávez consolidó un poder que lo dejó a cargo de buena parte del Estado. Luego de su elección en diciembre de 1998 con amplias mayorías y alta participación, la gente le entregó la confianza al discurso y el carisma. En abril del 99 convocó una constituyente por medio de un referendo con un 62% de abstención. En julio del mismo año ya tenía el 95% de los escaños en la asamblea constituyente en una elección donde obtuvo el 65% de los votos. El sistema se había armado para beneficiar al oficialismo. Menos de la mitad de los ciudanos salieron a votar. Para refrendar la Constitución, aprobada a la medida de un boceto de 90 páginas escrito por el presidente, la abstención fue del 55%. Tras solo en año y medio de gobierno y 4 elecciones tenía constitución propia y posibilidad de reelección para estar 12 años más en el poder. Cuando llegó su primera y única derrota electoral en 2007 luego de 8 años, el presidente había combatido, era su palabra, en 11 elecciones.

Chávez tenía desde su llegada al poder la ambición de la revolución, de los cambios definitivos y de largo recorrido. Nedo Paniz, financiador de los primeros tiempos, recuerda una frase del teniente coronel en la época de los sueños: “Si llego a Miraflores, nadie nos va quitar el poder”. La profecía se ha cumplido y ha tenido el mismo soporte hasta el día de hoy, cuando su señalado acaba de usurpar la presidencia: los militares. Desde el inicio del gobierno bolivariano el traje de campaña fue más importante que la camisa de civil.

Pero a comienzos del 2.000 ya el estado más verde que rojo, rojito: cien militares estaban en cargos directivos de las empresas del Estado, el vicepresidente era militar, manejaban las telecomunicaciones, la cancillería, PDVSA, la oficina central de presupuesto, los bancos estatales, el metro de Caracas, el aeropuerto de Maiquetía… El Estado caminaba y había ruido de sables y la corrupción iba de camuflado: “Cuando hablo de revolución armada no estoy hablando de metáforas; armada es que tienen fusiles, tanques aviones y miles de hombres listos para defenderla”, decía Chávez en 2.002.

También la oposición tuvo que ver en la configuración del régimen. La estrategia golpista de 2002 le dio legitimidad democrática a un gobierno con bastante pecados y propició la purga militar que aseguro un manejo personal del ejército. Y luego, la renuncia a participar en las elecciones legislativas de 2005 dejó los tres poderes en manos de Chávez. Ahora partido y Estado se superponían casi por completo. Sin importar que Chávez tuviera el 40% de popularidad y hubiera abandonado los estadios donde ahora los chiflidos reemplazan los viejos vítores.

Maduro heredó toda esa historia pero sin la figura mítica. Ahora un simple acólito debía oficiar la ceremonia de un poder corroído e inmenso, una carga imposible para un hombre simplemente obediente. El carisma es cosa del pasado, solo queda la máscara. Es necesario el terror abierto, no hay otra opción para los herederos que sienten miedo en la tierra y obligación frente a su santo. También las elecciones son cosa del pasado. Se acabó el tiempo de los sermones y se llegó la hora de los castigos.