miércoles, 29 de octubre de 2025

Domingo de calentamiento

Iván Cepeda gana la consulta popular del Pacto Histórico y es el candidato  presidencial de la izquierda | EL PAÍS América Colombia

 

El Pacto tomó riesgos y salió bien librado. No era fácil medirse en una fecha sin protagonismo electoral, pasar de la retórica del gobierno del pueblo y del llamado a las calles a una apuesta en los cubículos en 20.000 mesas, todavía lejos del tiempo de las definiciones, fue una audacia impulsada por el propio presidente. No se puede olvidar que hace un mes el Comité Político Nacional de Pacto comunicó que desistían de la consulta por la decisión del CNE que impidió la fusión de todos los partidos progresistas. Era sobre todo una excusa jurídica para evitar una temprana apuesta electoral. De ahí en adelante vino el drama: el sí o sí del presidente a la consulta, las alianzas, las descalificaciones cruzadas, las promesas, la renuncia tardía de Quintero. El pacto es drama, los consejos de ministros lo saben, y eso no es necesariamente malo para el rating electoral.

Paradójicamente los partidos que dicen no creer en las herramientas democráticas del país pusieron su suerte en el tarjetón. Mientas tanto el Centro Democrático se inclinó por una encuesta que hace ver a sus candidatos en un juego privado, con el público lejano, simple espectador. Y el Centro todavía no sabe quiénes son los jugadores para marzo, un colectivo sin una plataforma de cohesión al que no le queda más que ir decantándose por goteo, sin reglas conocidas. La izquierda, que siempre se ha dicho tiene gran poder de autodestrucción, encontró una forma más transparente y democrática que sus competidores.

El segundo triunfo fue la descalificación de Quintero. Quedó muy claro que su salida tuvo que ver con todos los pronósticos que apuntaban a su derrota. Prefirió perder por W que perder a secas. Era imposible que Quintero obtuviera el millón y medio de votos de Cepeda en una elección exclusiva de las bases de izquierda y algunas maquinarias. Los padrinos políticos del exalcalde, casas tradicionales, no podían borrar el rechazo de todo el Pacto. Esala perdió Petro. Las maquinarias demostraron, además, que pueden ser leales a cualquiera que sea el ungido, no necesitan a Quintero para sumar en busca de cobrar.

El Pacto también mostró orden clientelista y músculo de opinión. Por eso Petro felicitó a Benedetti y se felicitó a sí mismo, cosa que no le queda difícil. Sacar los mismos votos que su lista al senado en 2022 le asegura una estabilidad a su bancada para el 2026, y es muy posible que en marzo, con el agite electoral en pleno y sus candidatos con más plata y puestos, puedan sumar al menos otros 500.000 votos. La salvedad la tiene la cifra de votos nulos y tarjetones no marcados, fueron 388.000 votos, un 14% del total, demasiado para una votación tan sencilla. Hay que poner en remojo esos voticos que al parecer salieron a votar cumpliendo compromisos burocráticos. Pérdidas del acarreo electoral.

El Pacto queda con buen viento para marzo con un gran lunar en Bogotá que parece cuestionar al gobierno y su proyecto. Un fortín en posible decadencia. En la consulta de 2022 participó el 20% del censo electoral de la capital y en la de ayer apenas el 6%, es claro que no son comparables pero la caída es muy grande. Respecto a la votación del Pacto para senado la disminución en Bogotá también fue mayúscula, 692.000 votos en marzo de 2022 contra 348.000 el domingo pasado. También hubo fuertes bajas en Antioquia, Valle, Meta, Caldas, Quindío, Boyacá, Cundinamarca, Casanare y Risaralda. Tienen la ventaja que saben dónde ajustar, además de los votos obtuvieron un de diagnóstico certero.

Fue una elección que entrega buen viento con miras a una primera vuelta y a elecciones de senado, pero con peros importantes para un triunfo presidencial, entre otras por la personalidad y trayectoria del ganador, quien tendrá que salir a buscar votos en terrenos ajenos y desconocidos, donde es visto con todos los recelos. El Pacto mostró las cartas y se supo que no está cañando.

 

 

 

miércoles, 22 de octubre de 2025

Conjuro de octubre

El evento reunió a más de 2.500 exponentes.

 

Congreso Mundial de Brujería: 50 años de la polémica que dividió a Bogotá  en 1975 | EL ESPECTADOR

Han pasado cincuenta años y la gazmoña persiste. Pasó el Nadaísmo y sus herejías adolescentes, y su dios que no se afeita con Gillette, pasó Vallejo y su ateísmo silencioso en las iglesias frías de la tarde, y sus sacrilegios obscenos y su furia contra la curia solapada y halitosa, pasó Débora y su excomunión por los retratos sardónicos del clero y de las mujeres sin hábitos, pasó Botero y sus obispos de pastel, tan blandos, tan sosos en esa ciudad de cuatro esquinas “donde el Arzobispo era el Papa”, pasó caminando Fernando González, El Brujo de Otraparte, con su misticismo ajeno del miedo y sus burlas al rebaño temeroso, su Viaje a pie fue prohibido por monseñor Manuel José Caycedo “bajo pecado mortal”, por su blasfemias contra Jesús y sus devaneos con Darwin… Todo pasa pero quedan las taras retrógradas, los dogmatismos rancios, la ansiedad de las bendiciones epilépticas.

Medellín acaba de ser testigo de un escándalo que resultó gracioso por la mezcla de azufre e incienso. Se buscaba recordar el Primer Congreso Mundial de Brujería realizado hace 50 años en Bogotá, un evento organizado por Simón González, hijo de Fernando, animados ambos por similares espíritus y otras yerbas. En 1975 el Congreso causó sensación, se acreditaron 160 periodistas de medios nacionales y 138 medios internacionales y el primer día ingresaron 5000 almas a la Feria Internacional de Bogotá. Una figura precolombina de 10 metros presidió la ceremonia de inauguración y un Mamo de la Sierra soltó su sermón de la montaña. El clero puso el grito en el cielo, la conferencia Episcopal dejó claro que la Iglesia se oponía a la hechicería” y calificó el evento como “un retroceso en la vida religiosa y civilizada”.

En el auge del jipismo era justo variar un poco la dieta espiritual de la iglesia católica, las drogas habían hecho su efecto, Las puertas de la percepción de Huxley ya tenía 20 años de publicado y los chamanes ya montaban en avión. Se trataba de agitar un poco el espíritu con tambores, candomblés, mentalistas, vudú, trances hipnóticos y vendedores de ilusionistas. Zapata Olivella habló del baile como invocación y Clarice Lispector leyó su cuento El huevo y la gallina: “Ver un huevo no permanece nunca en el presente: apenas veo un huevo y ya se vuelve haber visto un huevo hace tres milenios.” Ya ven por dónde iba el misterio.

El presidente no quiso perderse la feria de novedades e hizo llevar hasta el Palacio la máquina del momento. Una cámara para retratar el aura según el método Kirlian. Cecilia Caballero Blanco, la esposa de López Michelsen, se sometió al procedimiento y además de su gran energía se revelaron problemas gastrointestinales. El presidente les dio la bendición a los brujos y todo siguió su curso.

Pero el gran retrato vino cuando Monseñor Rafael Gómez Hoyos llegó de incógnito al Congreso para meter el dedo en la llaga como buen incrédulo. Por las energías del lugar se encontró con Simón González quien lo saludo con reverencia. “Encuentro mágico”, tituló El Espectador en primera página con la foto para cerrar un cisma. Ni para Roberto Gómez Bolaños pasó inadvertido en convite y en uno de los capítulos de El Chavo, Don Ramón pregunta si Doña Clotilde ya regresó de Bogotá, del Congreso aquel.

En la misma plaza donde los Nadaistas sabotearon el Congreso de Escribanos Católicos se realizó el encuentro brujo de este fin de semana en Medellín. Un inofensivo festival con algo de historia, tambores, libros, chucherías ancestrales y carreta mística. Se demostró que la caspa en las sotanas es infinita como cierta misericordia y que Medellín no pierde el olor rancio como los orines bajo las ceibas de la Plazuela San Ignacio.

 

miércoles, 15 de octubre de 2025

¿Candidatos o designados?

De qué hablaron Petro y Quintero en una cita privada en Medellín?

 Javier Ruiz Agudelo ᘛ⁐̤ᕐᐷ💙⭐🇵🇸 on X: "Uribe con Fico al que le dicen The  New Fajardo. Ya veremos a Fico diciendo "se puede" o que "no hay que  polarizar". Mal augurio para

Los dos grandes electores del país no confían en sus fichas propias, no creen en los peones con las siglas de sus partidos y buscan opciones más atractivas y más riesgosas. En los dos extremos políticos se habla de la escogencia democrática del candidato único, que se acabó el dedazo, que pasó la hora de los más mandamases, pero las consultas y las encuestas esperan el guiño o la imposición de los jefes. Se trata de dar apariencia de legitimidad hasta el día del señalado.

En el Centro Democrático el mecanismo ya es conocido. Hace cuatro años Óscar Iván Zuluaga ganó con el 43% la encuesta que señalaría al hombre de Uribe. Pero ni sus rivales ni el expresidente quedaron contentos. Duque había curtido el logo del CD y Zuluaga cargaba con una triste derrota. Un día después de la elección de Fico en la coalición Equipo por Colombia OIZ se bajó por cuenta propia y adhirió al, en su momento, exalcalde de Medellín. No esperó ni que Uribe le diera el “consejo” de dar un paso al costado. Llamó a Fico por cuenta propia y tiró la puerta. En ese momento ni siquiera Fico quería ser el de Uribe, o por lo menos no de una manera muy enfática. El CD acababa de perder cuatro sillas en el senado. “Se necesita un candidato fresco”, era el lugar común del momento. Ni el vice de Fico pudo sugerir el partido más importante de la derecha.

Ahora la derecha oficial está en la misma “encrucijada del alma”. El asesinato de Miguel Uribe aumentó la necesidad de buscar un candidato viable por fuera del partido. Pudo haber sido Juan Carlos Pinzón cómo una pieza de última hora para la encuesta que definirá las cosas en el CD. Pero las mujeres de la casa (Paloma, Cabal y Holguín) se negaron a recibir al colado. Si algo espere hasta marzo, fue el mensaje, y Uribe aceptó, era muy temprano para romperlo todo. Ahora todo apunta a que en marzo el candidato de la derecha estará por fuera de la oficialidad del CD. Al parecer Uribe no necesitará ser tan displicente como fue con Zuluaga, un elegido e indeseado. Vicky, de la Espriella y el mismo Pinzón son hasta hoy los verdaderos candidatos de la derecha. Cualquiera sea el ganador de la encuesta del CD parece tener pocas opciones en marzo. Será solo la punta de lanza.

El Pacto Histórico ha entrado en la misma lógica de la mano de Benedetti y el pragmatismo del presidente Petro, ideológico en las decisiones de gobierno y los discursos pero promiscuo y resultadista a la hora de los voticos. A diferencia de Uribe que decidió respetar a su gente en el primer lance, Gustavo Petro les metió a Daniel Quintero a la brava. No importó el pataleo de Bolívar, Muhamad, Pizarro y hasta Cepeda. Va porque va, fue la decisión del Presidente. Para que no se oyera tan mal habló de la democracia amplia y la improcedencia de los vetos.

Ya se sabe que Quintero tiene opciones de purgar a la izquierda con el eficiente rastrillo de la política tradicional. “Se necesita un candidato fresco”, es la frase. Petro tiene un antecedente, en la elección del 2022 eligió a regañadientes a Francia como fórmula vicepresidencial, se había anunciado que el segundo en la consulta del Pacto estaría en el tarjetón pero intentó encontrar un nombre por otro lado. En marzo dos candidatos de la política tradicional podrán pelear la representación de la izquierda, un cambio histórico.

Desde hace tiempo la enseña de los partidos tradicionales, con historias muy tiznadas, va escondida detrás de la cara de los candidatos. El Pacto Histórico y el Centro Democrático han entrado muy pronto en la misma lógica, la pantomima interna y la elección del hijo por fuera de la casa.