miércoles, 12 de febrero de 2025

La hora de la discordia

Las tripas del gobierno Petro al aire: claves del consejo de ministros - La  Silla Vacía

 

Hace un año el presidente Petro adelantó la campaña presidencial de 2026. En un discurso en el municipio de San Pablo, en Nariño, defendió su proyecto hacia el futuro: “En el 2026 tenemos que volver a ganar”, dijo. Era la respuesta a las marchas en su contra que se habían convocado unos días antes. A dos años y medio del fin de su gobierno el presidente le hablaba a los futuros electores: “Ahí llega la fuerza progresista a profundizar la democratización de Colombia. Ahí no podemos retroceder ni un paso”. Las declaraciones parecían un poco prematuras pero nada fuera de lo normal. Petro se siente más cómodo en la confrontación pública que en la concertación privada con su equipo de trabajo. El llamado a las calles lo había retado y aceptaba con gusto. Además, la percepción de que las reformas del cambio no avanzaban imponía la necesidad de pensar en el mediano plazo. Era hora de gobernar pensando en las elecciones y no en las ejecuciones. La adrenalina contra el tedio de Palacio: “¡Pues claro que voy a salir del Palacio de Nariño! Si no me gusta ni cinco.”

Esa apuesta parece haber jugado en contra del presidente. Es un lugar común que Petro puede ser terco y desordenado en la administración, que el discurso lo arrastra lejos de las metas de gobierno, que la ideología lo aísla del “trabajo menor” de la oficina; al mismo tiempo, analistas, rivales y periodistas han dicho siempre que es un adelantado de la estrategia política y tiene una visión periférica del juego electoral. Temeridad e intuición son dos de las palabras que lo definen a menudo. Pero la semana pasada el presidente sufrió una derrota en su propios terrenos, perdió en los cálculos políticos y jugando de local.

Decisiones sobre su equipo crearon una pugna más allá de sus predicciones y su control. La presencia de Benedetti en el Consejo de Ministros como una especie de ogro silencioso e indescifrable, reemplazo de Sarabia en la puerta del jefe, dejó a sus más cercanos desconcertados y sentidos. Petro los retó con las cámaras y perdió. Francia Márquez abrió la puerta de la sinceridad y se vino la seguidilla de guardados. Si la política entre rivales puede ser no apta para menores de edad, la política cruda entre compañeros de gabinete resultó ser pornográfica. Reclamos, señalamientos, amenazas, réplicas en medio de una disparatada lección de historia. Lo peor de una clase de escuela y una pelea de recreo.

Ahora el presidente culpa a los ministros de abandonar el gobierno por emprender una “lucha por los votos del pueblo”. Les recuerda además que “hay un tiempo para cada cosa” y los alecciona contra el “tribalismo” político y el “ego sectario”. Petro subestimó a su gabinete, la idea desmesurada de su ascendencia y poder lo hizo inmune a los riesgos. Ahora parece más solo que nunca en ese palacio que detesta. El llamado a un frente amplio ha debilitado su base más leal sin asegurar la maquinaria de los partidos tradicionales que mirarán la ruleta unos meses más para poner sus fichas.

Siempre se dijo que ante las dificultades, de resultados concretos y avance de reformas, Petro cerraría su círculo y se radicalizaría. Los más cercanos serían su muro de contención. Al parecer habría decidido romper el muro –“el presidente no se deja encerrar”–y buscar un centro con pericia política y habilidad politiquera. Ese es el Petro de todos los colores de la última semana, un camaleón que el Pacto Histórico ha visto como un lagarto. Ha pasado el tiempo de la épica, de los grandes proyectos del cambio y las ambiciones universales para enfrentar la realidad pedestre de la mesa política. En ese juego de intrigas y traiciones, Benedetti y Sarabia ya probaron finura, veremos si aguantan el segundo round.

 

 

 

 

 

 

2 comentarios:

Sergio Andres Gonzalez Correa dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Sergio Andres Gonzalez Correa dijo...

"Si la política entre rivales puede ser no apta para menores de edad, la política cruda entre compañeros de gabinete resultó ser pornográfica." De antología. Yo colecciono frases clásicas de autores clásicos. Con esta belleza ya entraste al canon. El presidente fue por la conchita de Shell y le metieron Esso.