martes, 1 de marzo de 2011
Mala espalda
Es una suerte que el caso más sonado de los últimos tiempos por los delitos de injuria y calumnia haya tenido al ex presidente Ernesto Samper como protagonista y ofendido. Luego de cuatro años sentado en la silla mayor y cercado por todo tipo de procesos, delaciones, condenas, renuncias, cheques, traiciones y sátiras sobre un hecho cumplido para la opinión y negado por su juez natural, era el más débil de los acusadores en defensa de su honra y buen nombre. De algún modo el juicio popular de la opinión lo había condenado desde hacía unos años y era bien difícil decir que una periodista no podía reiterar los cargos. Es cierto que la tarea de los periodistas no es repetir prejuicios públicos sino intentar corregirlos, pero en este caso la opinión mayoritaria estaba muy cerca de la opinión informada y tenía hechos judiciales en donde apoyarse.
Con todo y eso la fiscalía dio curso a la denuncia y buscó una condena, el ministerio público apoyó la causa en uno de los delitos y es seguro que muchos hombres públicos siguieron el caso con un silencio esperanzado muy parecido al afán de venganza y protección. Los artículos del código penal que tipifican la injuria y la calumnia son siempre un peligro latente. El clima político los puede hacer inocuos o filosos. Una repentina manía en los despachos menores puede lograr el sueño de los políticos y la pesadilla de los periodistas: noticias y opiniones escritas bajo la supervisión de un secretario de juzgado.
Brasil acaba de cruzar por unas elecciones llenas de periodistas ante los jueces, de censura y control previo a las publicaciones, de sentencias con prohibiciones para hablar de algunos candidatos, de policías recogiendo ediciones completas, y un presidente popular gritando contra los medios y llamándolos golpistas. Fue el campeón de la censura de artículos colgados en Google durante el año pasado. Sus jueces obligaron a bajar 398 notas, casi todas durante los meses de campaña, muy cerca del doble de las que se borraron en la Libia de Gadafi que ocupó un merecido segundo puesto.
Los brasileros no tienen una normatividad especialmente férrea sobre el derecho al buen nombre ni una ley de prensa con restricciones muy distintas a las del común de los países democráticos en América. Incluso la ley de prensa dictada en 1967 durante la dictadura militar, fue declarada inconstitucional por el Tribunal Supremo un año largo antes de las elecciones. Pero los políticos encontraron una rendija atractiva y los jueces de menor rango comenzaron a aplicarla de manera más o menos literal. Y por qué no, más o menos interesada.
Dos artículos de una extensa ley electoral prohíben los montajes y las sátiras que ridiculicen a los candidatos durante las elecciones, y las opiniones favorables o contrarias a candidatos o partido. La idea original era impedir la propaganda disfrazada de información u opinión. Pero todo terminó en un clima de censura impredecible: un solo ejemplo, un juez le prohibió al periódico Impacto Campo Grande mencionar a André Puccinelli, candidato ganador de la gobernación de Mato Grosso do Sul en 2010, bajo la amenaza de una multa de 29.000 dólares por cada ejemplar con el nombre del ejemplar Puccinelli. La ley es de 1997 pero solo hasta el 2010 se descubrió y se creó el ambiente para abusar de dos perlas en la maraña electoral. Entre los políticos compungidos y los revanchistas no hay diferencia. Para ellos cualquier rendija es trinchera. Que cuiden su espalda para cuidar su nombre.
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12 comentarios:
Un mapa muy bacano con detalles geográficos y jurídicos de mucho de lo que pasó en Brasil en las elecciones pasadas
Apretar la prensa. Una entrada anterior sobre el mismo tema
Knight Center. Noticias sobre la prensa en toda América. Universidad de Austin
Pobre Argentina, la decadencia y el fanatismo ideológico van de la mano.
Y yo que creí que Medellín era lo más ultramontano porque había cuatro necios agitando banderas contra un concierto de Silvio Rodríguez hace un año. Si no creyera en la locura.
Director de la biblioteca nacional argentina veta a Vargas Llosa
Buen articulo. Como se le ocurre al viejo Samper, amante del narcotrafico por el dinero facil como la politica, atacar o denunciar la pluma de Claudia Lopez, lo mejorcito que tenemos en este pais de cafres.
Antes de Samperr fueron acalladas todas las buenas plumas y ahora que se preparen porque lo mejor de este pais son las plumas independientes.
El dinero facil seguira pero sin herederos, eso esperamos.
.......de la garganta del sinsonte...
Por fin nos medio ponemos de acuerdo Pascual.
dos preguntas en una y por pura curiosidad.
Qué opinión como columnistas tienes de Carolina Sanín y de Daniel Samper?
aclaro Daniel Samper hijo el de Semana.
Quién podría decir lo que hay de cierto o de exageración en todos esos temas sobre la prensa en este caso Brasil? ?
¿Estamos hablando de hechos ciertos y probados o de simples leyendas urbanas propagadas a través del Internet?
Lo único que sabemos con certeza es su dinámica de retroalimentación: del papel de periódico a los blogs y las redes sociales de Internet.
El volcán, aunque siga siendo peligroso, ya no nos inquieta tanto cuando conocemos algo de la geología que lo hace explotar. La próxima vez que leamos en Internet o los medios algo realmente perturbador, estemos prevenidos: puede tratarse de feedback paranoico. Ni tanto ni tan calvo.
Credibilidad es una palabra que nos hace pensar que una informacion es creible y otra no, es la puja de todos los noticieros y medios de informacion, noticieros de tv y reportes que llegan de la red como noticias se colocan a su vez como intermediarios entre lo que somos y lo que esta pasando ahi afuera de modo que en nombre de la credibilidad el dueno del blog coloca un doble interes en resaltar lo que esta a la vista de cualquiera que visite el mapa bacano, esto lleva al lector a confirmar que hay veracidad en lo que se critica, quien lee el reporte confirma lo que el bloguer dice, lo que hace a los lectores seguir el link y no comparar por ejemplo que a diferencia de las leyes en Brasil en Colombia la censura de prensa se aplica de otra manera.
Un man en la usa hizo un comentario en una página de interné, algo así como poner un comentario en un blog. El FBI empezó a seguirlo a raíz de ese comentario, el man se dio cuenta porque se encontró un GPS ajeno en su propia nave.
Pila juka revise su carro
Pascual, no olvides el veto de ciertos personajes de medellín que aún se visten con pintas de 1930 y que creen que tienen el poder de regular la moral de los ciudadanos de medellín. Quienes desde hace unos añs, no recuerdo cuantos, impidieron para que en Medellín no se hiciera, durante la Fiesta del Libro, la conmemoración de los 50 años de la Revolución Cubana. Los Mojigatos no entendieron que era una celebración que buscaba el analisis de un hecho histórico así no estuvieramos de acuerdo con lo que pasa en Cuba hay que reconocer un suceso en el mundo que no se puede tapar ni ocultar. Y en el que no solo se pensaba invitar a personas que están de acuerdo y con el régimen como personas que no están de acuerdo con el; como por ejemplo: Pedro Gutierrez y Wendy Guerra. Y por esas mentes cerradas nos quedamos sin ver ni escuchar a semejantes personajes, pintores de una realidad, de una cuba posrevolucionaria que en vez de mostrar las bondades de este evento, podrían mostrar o darle la razón a los mojigatos que lo impidieron.
Daniel, sobre DSO te digo que leo sus columnas sin que sea fácil que aparezca la risa. Se han convertido en un divertimento algo repetido, a la medida de un grupo, grande sin duda, de hinchas. Un poco como esas series de televisión que tienen unos chistes y un lenguaje que sus televidentes han aprendido y que basta repetir. No niego que tiene buenos tiros y que sus columnas inauguraron un estilo. Otra cosa es que son bastantes desordenadas, el hombre tiene tres buenos chistes y los pega como puede, sacrificando cierta coherencia en los que escribe, por eso en ocasiones acuden a cierto absurdo. Sigo creyendo que Tola y Maruja son número 1.
Sobre CS, le cuento que no siempre la leo. Me aburre su tono entre suficiente e indignado, su ceño fruncido al escribir, su rabia contra este país de ignorantes, de tontos machistas. Escribe bien sin duda, pero por momentos tiene algo de fárrago posmoderno, demasiado para un tonto como yo que fui comentarista deportivo y que prefiero la Heineken que a Haidegger.
fds
jjajajajaja el que todavia lea DSO y piense que es bueno... que se deje de vainas, nojoda...
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