martes, 21 de junio de 2011

Mano negra





En sus 50 años en boca de políticos e industriales colombianos la mano negra ha ido cambiando de tono. En sus inicios era solo un juego de mesa en los clubes, una idea para luchar contra el entusiasmo comunista de los años sesenta. Hernán Echavarría Olózoga y Julio Mario Santo Domingo tuvieron un pequeño pleito al definir quién había bautizado la criatura. Los industriales se negaban a seguir financiando las tintas para imprimir las hojas revolucionarias de los políticos liberales -La Calle, Semana, La Nueva Prensa- y la expresión comenzó a aparecer para agrupar a ese grupo conspirador contra los movimientos populares. Echavarría Olózoga insinuó que Santo Domingo había sido el hombre detrás del nombre. Un tiempo después debió retractarse ante la amenaza de una denuncia por injuria.
Ya la expresión estaba patentada y serviría como fantasma ubicuo para todo tipo de crisis y estrategias. En esa misma década la Sociedad de Agricultores de Colombia hablaba de lo que en la época se podía llamar la extrema izquierda y la extrema derecha. Alertaba sobre candidatos del MRL y de grupos extremistas del conservatismo “vinculados material e intelectualmente a la ola de barbarie”. López Michelsen también la usaba con frecuencia en sus discursos como una especie de bandera de advertencia. La mano negra seguía apareciendo como una firma etérea. Durante el gobierno de Turbay, ya con las guerrillas como una amenaza palpable, la muletilla adquirió un aire siniestro más allá de los cuchicheos y las arengas. Con Belisario comenzaron a llamarse los “enemigos agazapados de la paz”. Y con Samper volvió a aparecer Olózoga y los conspiretas fueron la mano negra de un circo que ya incluía a los narcos como principales protagonistas.
Debo confesar que en un comienzo la mención de Santos me pareció un juego viejo, una mano ya muy repartida, una manera de hacer política usando un comodín gastado. Pero algunas noticias de los últimos años dejaron ver ejemplos paradigmáticos de lo que podría ser esa mano negra. Tal vez la mención haya sido solo un intento de inmunizar a su gobierno contra el terror ejercido desde adentro. En el expediente por el homicidio de Luis Carlos Galán se dice que la muerte se ejecutó en compañía con los escoltas. Según dijo el Negro Vladimir, un gran todero de los paras, los sicarios llegaron a Soacha en una camioneta del DAS. Y para confirmar la versión soltó una prueba de plomo: "Es tan así que uno de los muchachos cambió el arma accidentalmente: la Uzi con que mataron a Galán era un arma del DAS y la del muchacho que iba con Rueda Rocha se quedó dentro del carro". Un registro pareció confirmar esa versión. Jacobo Torregosa, el comodín de última hora en la escolta de Galán, dijo en su informe del 22 de agosto del 89 que en el atentado se había perdido una Ingram 1831.
Y no hay que ir tan atrás. La figura de José Miguel Narváez, ex subdirector del DAS, nos entrega una de las pocas posibilidades de ver a un ejemplar de la mano negra sin necesidad de conjeturas e imaginaciones: empresario, oficial de la reserva del ejército, asesor del ministerio de defensa, consejero de Fedegán. Y al mismo tiempo profesor y chivato de los paramilitares. El hombre encargado de poner las cruces sobre las listas levantadas a mano. El mismo Mancuso, después de oírlo durante unas horas, le dijo un poco aterrado a Carlos Castaño: “Ese señor es un gran terrorista”. Hoy está acusado de instigar el asesinato de Jaime Garzón. No hay duda de que la mano negra ha ido cambiando sus métodos de censura.

5 comentarios:

Pascual Gaviria dijo...

Esto dice un portal colombiano llamado Restauración Nacional sobre las menciones de Santos a la mano negra de la derecha. En Venezuela un sector de la izquierda tilda a Chávez de traidor y en Colombia no faltan los que tildan a Santos de "idiota útil" de la izquierda. Una pequeña cita:

"El presidente nos ha puesto una señal, la mano negra como dice él, para que la extrema izquierda nos identifique como carne de cañón y nos declare objetivo militar, esa extrema que si es real y no una invención de politiqueros que buscan justificarse y ocultar su incapacidad para garantizar la seguridad al pueblo colombiano.

Recordemos que La Mano Negra fué una invención siniestra, una supuesta organización clandestina, secreta y violenta a finales del siglo XIX en Andalucia- España, con la cual se buscaba señalar a los opositores de gobierno buscando una cabeza de turco a quienes se le atribuyeron asesinatos, incendios y atentados. Como no existian pruebas se presionó a varios falsos testigos para que declarasen en contra de los imputados, matando a campesinos inocentes.

No nos cabe duda que esa es la misma estrategia que esta usando el gobierno nacional para callar, encarcelar o convertir en carne de cañón a quienes se oponen radicalmente que en Colombia se implante el socialismo del siglo xxi, se perdone a los criminales de las Farc y se encarcelen a los militares que han dado grandes victorias al pueblo colombiano.

Hacemos responsable al presidente Juan Manuel Santos, por cualquier amenaza, y atentado contra los miembros del pueblo colombiano que gritan libertad, verdad y justicia."

Restauración Nacional

Una columna de Andrés Hoyos sobre el mismo tema en el mismo día.

La mano negra

Una más de Mauricio García Villegas

Las dos manos negras

Pascual Gaviria dijo...

Carta de Luis Pérez a la directora de El Colombiano

Al menos graciosa sí está. En esa pelea no hay puñalada perdida.

eureka dijo...

Oiga Pascual y de donde se enteró de la anécdota de Mancuso - Narváez, esa vaina si suena muy chistoso.

Pascual Gaviria dijo...

Eureka, aquí va un fragmento de un artículo en Verdad Abierta donde se cuenta la sorpresa de los paras frente a Narváez:

"Mancuso aseguró que lo conoció en 1996 en un campamento de Carlos Castaño y desde entonces se encontraron en varias reuniones convocadas por diferentes jefes paramilitares. El extraditado paramilitar dijo que ex funcionario del DAS se presentó a las Auc como profesor de la Escuela Superior de Guerra, y como tal, les dio instrucción militar en más de una oportunidad.

"Él disparaba contra todo el mundo y decía que era lícito combatir comunistas, sin importar dónde se encontraran. Nos sorprendió por la fogosidad con la que habló. Luego nos dijo que tomáramos nota y sacó una lista de 50 ong que, según él, eran propiedad de la guerrilla. Después le dije a Carlos: 'ese señor es un gran terrorista'”, contó el exjefe paramilitar desde una cárcel en Estados Unidos, a donde fue extraditado en mayo de 2008.

"Me sorprendió cuando lo vi de segundo de Noguera (Jorge Noguera) en el DAS", dijo a diferentes medios de comunicación el también exjefe paramilitar Freddy Rendón, alias el 'Alemán', refiriéndose a Narváez. ‘El Alemán’ delinquió en el Urabá antioqueño y chocoano a cargo del Bloque Élmer Cárdenas."

Narváez y los crímenes de los Paras

Pascual Gaviria dijo...

La doble vida de Narváez

Kien & Ke sobre el personaje en cuestión.