martes, 10 de mayo de 2011

Reforma de humo





Según datos de la Dirección Nacional de Estupefacientes en Colombia hay 520.000 consumidores activos de marihuana. Son quienes afirman haber inhalado el humo grueso de un barillo en el último año. La mayoría de los embelesados por THC están entre los 18 y los 24 años. La marihuana, como las greñas, sigue siendo sobre todo un embeleco de juventud. Un estudio realizado en 2009 dice que cerca del 10% de los estudiantes universitarios son consumidores activos de la hierba. Dado que solo la mitad de quienes ingresan a la Universidad terminan sus estudios, será muy difícil ligar la deserción a los efectos etéreos que proporciona la mona.
El ex presidente Uribe dedicó algunas de sus interminables cantaletas de gobierno a hablar de una epidemia social relacionada con el consumo de drogas en Colombia. Se trataba sobre todo de la necesidad de defender un dogma, de enviar un mensaje desde el púlpito del palacio presidencial: “La dosis personal ha sido funesta para la sociedad colombiana, ha ayudado muchísimo a la corrupción, ha sido un fertilizante del involucramiento de niñitos y adolescente en la criminalidad”. Ya sabemos que Uribe, como buen iluminado, busca sobre todo que “no se envíen mensajes equivocados a su rebaño”. La realidad no es algo que le interese demasiado.
Los especialistas en temas de adicción, el fiscal Mario Iguarán, buena parte de los congresistas, la gran mayoría de los columnistas de opinión y hasta los editoriales del periódico El Colombiano, sostuvieron durante varios años la inconveniencia de penalizar la dosis mínima. Un cambio que pretendía -luego de 15 años de la sentencia de la Corte Constitucional- que los consumidores deban enfrentar a jueces y policías por ejercer un derecho personal o tratar un problema de adicción. Hace unos días, dos de los 4 cuatro precandidatos del partido de la U a la alcaldía de Medellín, dijeron que no les gustaría la “ayuda” del sistema judicial en caso de que se enteraran que uno de sus hijos consumía drogas. Ni siquiera entre los acólitos más fervorosos del ex presidente hay consenso frente al tema. Pero Uribe llevó al país de cabestro hacia una decisión que hoy en día no es más que un encarte inaplicable.
El fin de semana pasado se realizó en Medellín la marcha cannabica que busca reivindicar el derecho de los ciudadanos a quemar una planta con fines recreativos. Marcharon y fumaron aproximadamente 4000 personas por el centro de la ciudad. La mayor sorpresa fue la actitud de los policías que debían cuidar semejante humareda. Al comienzo vi un abismo entre quienes vigilaban desde la acera y quienes caminaban por la calle con el porro en la mano. Pero poco a poco fue claro que hasta los policías han interiorizado que los consumidores de marihuana no son una amenaza para nadie: “Cada uno tiene derecho a sus manifestaciones desde que sean pacíficas”; “lo que ellos no saben es que a uno en la civil también le gusta”; “ellos verán pero a mi ese humo me da dolor de cabeza”. Esas fueron algunas de las respuestas de los policías cuando les pregunté que opinaban de la marcha. Ni siquiera las provocaciones humeantes de algunos turros contra la cara arrugada de los agentes lograron una respuesta.
El Congreso le dio gusto al presidente Uribe en esa insulsa reforma por un simple oportunismo electoral. Ahora nadie se atreve a intentar una reglamentación. Sería ridículo emplear los jueces y los policías contra 4000 aletargados con un altavoz en tono menor.

11 comentarios:

Pascual Gaviria dijo...

La marcha en Buenos Aires

Pascual Gaviria dijo...

Los dramas del ciclismo no tienen igual. Hacía rato que una noticia deportiva no me hacía llorar.

El día del respeto, la etapa del dolor

eureka dijo...

Yo no lloré, pero duro el drama.

Aquello de la penalización no está reglamentado todavía? jeje Terminará siendo un saludo a la bandera. No creo que Germán Vargas Ll le jale a esa reglamentación.

Nerön Navarrete dijo...

A mí me entregaron un papelito para invitar a la marcha, pero fue como repartiendo publicidad subversiva. Me bajaba del metro, y un rasta se me arrima mirando para ambos lados, y luego me extiende la mano como diciendo "coja, pues". Demás que cara de algo me vio.

Pero no entiendo tampoco desde lo legal la implicación de que lo agarren a uno con canuto. ¿Se lo pueden o no llevar pa´l calabozo?
Es que la ley en la calle es otro cuento...

Pascual Gaviria dijo...

Una investigación sobre el microtráfico en Bogotá entrega cifras sobre el negocio de los jíbaros. Se habla de 1000 ollas o centros de distribución, de 13.000 millones de pesos transados cada semana. Y sobre todo de una realidad que desmiente a quienes han sostenido, como lo hizo el ex presidente Uribe para penalizar de nuevo la dosis personal, que la sentencia de la Corte Constitucional protegía a los jíbaros.
Las capturas dependen de una voluntad de la policía como se demuestra el aumento desde 2006. En ese año se hablaba de 2500 capturados por tráfico, porte y fabricación, en 2009 la cifra llegó a casi 10.000 capturados. La dosis personal seguía con el amparo constitucional y las capturas en Bogotá se multiplicaron por cuatro.

Daniel dijo...

Diviértete amigo Pascual.

http://www.elespectador.com/noticias/nacional/articulo-269890-polemica-uso-excesivo-de-fuerza-parte-de-esmad-medellin

Mi PLACEBO dijo...

Yo creo que el problema va más allá de si hace daño o no fumarse un porrito de vez en cuando, o si quienes lo hacen (hacemos) son una amenaza para alguien. El tema aquí sería dimensionar qué responsabilidad nos cabe al formar parte activa de esa cadena que comienza en cultivo ilícito y que luego que llena de tantos eslabones desde Farc, Bacrims, microtráfico; y que en todos ellos cobra tantas vidas.

¿Es ilegal robar el carro, pero no comprar el carro robado?... la verdad no lo sé.

Pascual Gaviria dijo...

Mi placebo, creo que la marcha y en general el activismo que defiende la marihuana se preocupa del tema que usted plantea. Por eso había cartulinas y trapos pintados alentando a sembrar para el propio consumo. En Europa, en Argentina todo el activismo ha ido girando hacia la cultura del fumador que tiene su propia huerta. En mi caso tengo algunos amigos que hacen la tarea y les alcanza para regalar un poco a quienes todavía no cosechamos.

En toco caso cuando no hay de la sembrada entre amigos toca acudir al marlborero. Y no recomiendo pensar en la plata que le llega al dueño de la plaza, al campanero, al jíbaro borracho o a las FARC en el Cauca. Sería fatal para la paranoia. Quienes insisten en la prohibición son quienes deben pensar en esa cadena perversa.

Además, le tengo algo de miedo al consumidor con demasiada conciencia. No podría comprar aceite de palma ni azúcar ni banano ni Coca Cola ni boletas para nuestros partidos de fútbol ni cebolla en la mayorista… Tocaría mercar en la Cruz Roja.

Pascual Gaviria dijo...

Daniel, no sé por qué crees que me divierten las brutalidades del ESMAD. Vi las anteriores en el barrio Sevilla, las comenté en La Luciérnaga y no es necesario trabajar en la Personería para decir que son injustificables.

En todo caso me gustaría que usted fuera tan cumplido y tan atento para comentar o señalar los abusos, la violencia y la gaminería de barra brava que se ejerce también por algunos desde la universidad. No quiero pensar que esa es la que divierte a su mercé.

Pascual Gaviria dijo...

Keiko Fijimori está tres puntos por encima de Ollanta Humala en el Perú. Por primera vez encabeza las encuestas.

Una pequeño dato sobre cómo se educó en Bostón.

"Aunque no ejerció ningún cargo de gobierno, Keiko también ha sido implicada en acusaciones de corrupción. Se señala que tanto sus estudios como los de sus tres hermanos en EE UU (Keiko se graduó como administradora de empresas en Boston University) fueron pagados con dinero del Estado, y que ella estaba al tanto de la situación. Un informe de la Contraloría General de la República señala que pagar la formación de sus cuatros hijos le costó a Alberto Fujimori 1,25 millones de dólares, una cifra muy por encima de sus ingresos como presidente.

En 2001, según una declaración ante la fiscalía suprema adjunta dada a conocer por el diario La República, Keiko admitió que recibía 10.000 dólares mensuales en efectivo de su padre para esos fines. En los últimos años, Keiko ha ido variando su versión respecto al origen de esos fondos (primero dijo que el dinero provino de un préstamo familiar, luego de la venta de una casa), pero la denuncia ha permanecido entrampada en la maraña judicial. Según la saliente fiscal de la Nación, Gladys Echaíz (dejó el cargo el jueves), el tema sigue "en investigación"."

Daniel dijo...

Empiezo refiriéndome a lo de la marcha canábica que menciona Pascual, hecho este que me saca el godo que tantos tenemos dentro. Me gustaría ver tanta gente movilizada por cosas mas importantes, pero en fin que cada quien haga lo que le provoque.

Pascual, el día que abrí mi blog por ejemplo, lo hice con la intención de mostrar la otra versión de los hechos, la que no muestran los grandes medios, y es también lo que prefiero comentar en otros sitios (como el suyo). La tesis aquella de que son los estudiantes los violentos -y que ha hecho que mucha gente con la que hablo diga que es muy bueno lo que hace el ESMAD en la UdeA- ya de sobra la han ventilado los medios (TeleAntioquia Noticias en eso es líder).

He querido mostrar que desde que el gobernador dio orden de ingreso a la U al ESMAD, este sitio se ha vuelto inseguro, mucho más de lo que se decía que era antes (ya vio que ese grupo policial no identifica entre "barras bravas" y "estudiantes de bien").

Y además le he querido comprobar que lo del estado policial no era paranoia estudiantil.

Termino diciéndole que no me divierte lo que usted dice, y no soy de los que en medio de un furor juvenil, ven en un simple policía la manifestación primaria del poder estatal o el enemigo a detronar. Mas sí quisiera tener el valor para cada vez que el ESMAD comete estos abusos, darles un tanto de lo que se merecen.