Como
sucede en marzo de cada año, el cielo de Medellín y sus municipios vecinos se
enturbia entre las montañas altas y las nubes bajas. Las barreras naturales
hacen que el aire se convierta en una bruma espesa que ya es patrimonio del
debate público en la ciudad. Este año la alerta ambiental ha tenido dos
características especiales: la persistencia de altos niveles de contaminación
luego de una semana de medidas excepcionales de restricción a vehículos
particulares, y la dirección del Área Metropolitana del Valle de Aburrá (AMVA)
por un político primerizo bajo el hollín de las repartijas.
Daniel
Quintero, como presidente de la junta directiva del AMVA, impuso a Juan David
Palacio Cardona como director. La experiencia laboral de Palacio Cardona se
puede listar sin mucha dificultad: Asesor jurídico de Call Center (una empresa
donde trabajó toda su familia), Gerente de Transportes La Estrella, Secretario
del Concejo de Medellín (llevado de la mano por Miguel Quintero, hermano del
alcalde de Medellín), gerente de EMTRASUR S. A. (empresa economía mixta que
maneja la movilidad en el municipio de La Estrella). Luego caminó pasillos y
despachos en el Concejo de Medellín.
El
joven director llegó a su cargo con un respaldo indiscutible, el de su padre
Óscar Iván Palacio Tamayo, político conservador que ha pasado por huestes
pastranistas y uribistas. Burócrata profesional, secretario de Uribe durante su
gobernación, cercano a José Obdulio y, durante mucho tiempo, amigo de ‘Guillo’
Ángel, “parte orgánica de las autodefensas” según palabras de Don Berna.
Palacio Tamayo fue ingrediente principal en algunos caldos espesos.
Protagonista de la sonada reunión de JOB, enviado para, en la Casa de Nariño.
Por esa visita guiada el partido conservador le negó el aval para ser candidato
al Congreso en 2010. El político antioqueño también sonó como intermediario de
DMG ante el gobierno antes del desplome financiero y como facilitador de la
llegada de algunos paramilitares de Vicente Castaño a las oficinas del Incoder
entre 1997 y 2003.
Dejemos
en paz al padre y volvamos al hijo. EMTRASUR, una empresa que gerenció, entrega
algunas claves sobre papeleos y empapeladas. Se creó en agosto de 2010 mediante
un acuerdo del municipio de La Estrella que autorizó al alcalde a conformar una
sociedad de economía mixta para reestructurar la Secretaría de Tránsito. La
“alianza estratégica” se hizo con la sociedad Identificar S. A., sociedad se
hizo famosa luego del accidente del bus que dejó 33 niños muertos en Fundación.
Al revisar los papeles del bus se llegó a Identificar S. A. como concesionaria
para implementar, operar y mantener el sistema de licencias, patios, grúas y
permisos de tránsito en el municipio. La empresa se quedaba con apenas el 70%
de los ingresos de la secretaría. Vista de cerca, la sociedad apareció con el
mismo modelo en decenas de municipios en el país. El representante legal
suplente ha sido condenado por falsedad en documento público y a la
representante legal se le abrió investigación penal en su momento. Así que
Palacio Cardona tiene experiencia en movimientos y cobros en taquilla.
Tras su
llegada al Área Metropolitana lo primero fue una poda a los requisitos para
llegar a cargos de dirección. Para más flexibles e inclusivos, según sus
palabras. El primer nombrado fue Álvaro Alonso Villada. Hoy es subdirector de
Gestión Financiera y encargado de la subdirección de Planeación. El señor
Villada fue la punta de lanza de “los ñoños” en el Bajo Cauca antioqueño, donde
Musa Besaile ganó de largo sin conocer los municipios. La nata de contaminación
se siente en las oficinas del Área. A los recién llegados les gustan los
contratos terminados en cualquier número. Nada de pico y placa.
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