La
Contraloría General de la República tiene este año un presupuesto superior a un
billón de pesos. Tal vez haya sido la institución pública con mejor suerte en
las asignaciones de recursos en tiempos de austeridad pandémica. El aumento
para el ejercicio del control fiscal en 2021 llegó al 30% y la mayoría se usa
para gastos de funcionamiento. Corbatas a la medida, escritorios según cálculos
electorales, salarios siguiendo la afinidad. Desde que llegó Carlos Felipe
Córdoba la nómina no ha parado de crecer. Según un estudio de La Silla Vacía, ‘Pipe’
ha nombrado a más de tres mil funcionarios durante su reinado que inició en
2018. Además de ser un delicioso escampadero para políticos de todos los
colores, la Contraloría es una guillotina implacable para decapitar rivales. Es
el instrumento soñado para la angurria burocrática y la ambición electoral:
acomodos millonarios para los amigos y venganzas a la mano para los rivales
políticos.
Carlos
Felipe Córdoba resultó perfecto para el cargo. Tiene la desbordante simpatía
del culebrero, la habilidad de camuflaje del lagarto joven, el soporte familiar
de un cacique y la obediencia del ambicioso sin demasiados afanes. Eso hizo
posible que fuera miembro de las juventudes uribistas, amigo y ahijado de
Vargas Lleras, hombre de campaña de Óscar Iván Zuluaga, preferido de los
conservadores por recomendación de su suegro, alfil de los liberales por
simpatías regionales y ecuaciones burocráticas con César Gaviria. No es raro
entonces que haya sido elegido con 205 votos en el Congreso y con la bendición
diligente del presidente Duque. En su discurso luego de celebración agradeció a
Andrés Pastrana, Álvaro Uribe y César Gaviria.
‘Pipe’
se ha convertido en casi el director de una multipartidista bancada en el
Congreso. Sus nombramientos han dado gusto a sus variopintos apoyos y es el
hombre que mueve hilos claves en el capitolio. Sin esa maquinaria hubiera sido
imposible que el Congreso le aprobara en 2019 una reforma constitucional que le
entregó poderes desorbitados y le aseguró un crecimiento presupuestal durante
tres años consecutivos ¿Una reforma constitucional con parágrafo para plata
fija? Sí, con ‘Pipe’ todo es posible. Entre las peligrosas atribuciones que
dejó esa reforma está la posibilidad de exigir la suspensión de los
funcionarios mientras avanza en las investigaciones. Para eso es necesario
confiar en su “verdad sabida y buena fe guardada”. Sus investigaciones sirven
además como prueba en procesos disciplinarios y penales. Su control es
prevalente, preventivo, en tiempo real, concomitante… Solo faltó incluir
omnipotente.
¿Cómo
entender que políticos y gobiernos de manera casi silenciosa hayan aprobado
entregar más plata y más herramientas de investigación y castigo a una entidad
encargada de fiscalizar y sancionar sus poderes? La respuesta es simple: el
contralor no es un investigador ni un vigilante de los recursos públicos sino
un instigador contra algunos y un amable y servicial mayordomo de mayorías y
castas políticas. Un refranero de ocasión para la política de baranda. Lo mejor
de todo es que Córdoba da resultados en el corto plazo, entrega vales y
sentencias en meses y los posibles desmentidos se demoran años.
La
Contraloría General hace pensar que la lucha contra la corrupción puede
resultar peor que la corrupción. La política tradicional entrega vítores, poder
y plata a un funcionario encargado del castigo a los corruptos. Un
contrasentido. No hay duda de que ese lagarto se muerde la cola.
7 comentarios:
Carcel para corruptos, en el patio de los violadores.
Cordoba convirtió un cursillo de 6 meses denominado "Acción política, fortalecimiento
institucional y participación ciudadana en el Estado de derecho” (X Edición)," de la Universidad "Juan Carlos I" en una Maestría, que lo "capacitó" para acceder a altos cargos del Estado, pese a que el ministerio de Educacion se lo negó dos veces. Acudió al Consejo de Estado y con base en el supuesto derecho a la derecho a la "igualdad" (otros ya lo habían hehco antes) se lo convalidó.
Ver.https://www.consejodeestado.gov.co/documentos/boletines/142/S1/11001-03-24-000-2010-00166-00.pdf
Un bandido total.
El poder para su conveniencia y la impotencia para nosotros
Los contralores los eligen para que miren para otro lado mientras lo que lo eligieron roben y al tiempo empapelen a adversarios como esta haciendo con Fajardo
Lo más terrible para Colombia son las IAS... Que peligro para la víctima y Miles de veneficios para los victimarios. Hasta son investigados por los victimarios, eso pasa en Putumayo. Y nadie hace nada ni dice nada pero la mayoría lo sabe.... Que horror de instituciones en mi País.
Quien puede creer que un mediocre de tal índole pueda orientar un trabajo de calidad.
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