A comienzos de la década del sesenta la EDIS tenía 1677 trabajadores,
unos a sueldo y otros a jornal que ganaban según las horas de trabajo. La
nómina no era para nada despreciable y en las planillas laborales estaba
anotada la recomendación política que había llevado a cada barrendero y a cada
zorrero. Los gerentes eran invitados fugaces a un directorio con canecas y
escobas. Entre 1959 y 1984 la EDIS tuvo 20 gerentes. Cuando las empresas
públicas necesitaron capital para actualizar sus tecnologías y atender el
crecimiento de la ciudad, la EDIS encontró fondos con bancos oficiales que no le exigieron organizar su
estructura ni desmontar los esquemas clientelistas. De modo que la comodidad y
la inercia siguieron haciendo su labor de descomposición. En 20 años Bogotá
triplico sus residuos y la empresa creció en nómina mientras se hacía cada vez
más rígida por medio de una camisa de fuerza sindical. Según algunos estudios
la compra de camiones que resultaron desechables en la década del ochenta y la
inversión que implicó adecuar el relleno de Doña Juana acabaron de sepultar a
la EDIS.
Esa pequeña historia justifica los temores actuales sobre la empresa
distrital que el alcalde Petro ha creado a los trancazos. Una certeza
ideológica, por no decir una tara, lo lleva a pensar que las estructuras
públicas sirven a la gente de manera amplia, desinteresada y eficiente mientras
las empresas privadas son solo clanes mafiosos y cicateros empeñados en engañar
a los ciudadanos. Tal vez valga la pena mirar algunos datos sobre las Empresas
Varias de Medellín, señaladas como ejemplo público en la recolección de basura,
para intentar un punto medio en esta pelea llevada a los extremos.
Lo primero es decir que los funcionarios públicos de Medellín sueltan frases
parecidas a las que ha dicho Petro con su estridencia acostumbrada.
"Cuando hay capital privado solo se busca la plata. Nosotros manejamos los
problemas del aseo y generamos mejores condiciones de vida. Eso lo hacemos
porque nuestro ideal no es económico sino de prestación de servicio". No
habla Guillermo Asprilla ni Diego Bravo, es solo Javier Ignacio Hurtado,
gerente de Empresas Varias, que muy seguramente deber ser rojo, rojito, pero de
los de trapo y bandera liberal. Sin embargo, la empresa que dirige tiene sus
problemas de balance así los camiones estén lustrosos.
En los últimos años Empresas Varias ha salvado sus números gracias a que
el municipio de Medellín sostiene parte de la carga prestacional. Medellín
tiene tarifas más baratas que Bogotá y puede presumir de la opinión del 88% de
los ciudadanos que dicen estar satisfechos con el servicio. Pero el municipio
paga por eso con plata de otros impuestos o de la caja de EPM. Los últimos
informes hablan de evitar que la empresa se vea abocada a la liquidación y de
la necesidad de vender algunos activos. Tal vez EPM piensa comprarla bajo la
lógica de que si ya se lleva parte de sus utilidades bien vale manejarla
directamente. La paradoja de Empresas Varias es que funciona bien pero renta
mal. Situación que podría ser mejor que la de algunas privadas que funcionan
mal y rentan bien.
Lo que pasó en Bogotá, sin excusar los problemas y la improvisación,
puede tener el valor de encontrar un rasero para medir a los concesionarios
privados que habían construido una fortaleza donde ellos mismos facturaban,
liquidaban las ganancias, evaluaban y se felicitaban al final de año. Es
posible que todo el despelote vivido sirva para tener herramientas que permitan
elaborar una licitación justa. No es hora de los veredictos finales.
2 comentarios:
En parte esta entrevista con tres mujeres que negociaron con los privados me puso a pensar en el tema.
La pela que nos dimos valdrá la pena
"Hablemos de los ingresos de los privados, La Silla hizo públicas las cifras y éstos se redujeron anualmente en 40 mil millones de pesos, teniendo en cuenta que ahora ellos no tendrán que pagar por la facturación...
Maldonado: Una forma de que se comprenda el tema es aclarar que dos de las empresas privadas perdieron cada una una zona, las cuales pasaron a ser gestionadas por un operador público. De las cuatro zonas que les quedaron ellos dejarán de percibir 27 mil millones de pesos anuales, a precios de 2012. La diferencia de 40 mil millones de pesos de la que usted habla puede deberse a que incluyen las dos zonas que ahora opera Aguas de Bogotá. Por otro lado, hay que contar que ya no está vigente ninguno de los dos otrosíes que firmaron dos empresas para apoyar a Aguas de Bogotá.
Esos otrosíes significaron una ganancia adicional a los actuales contratos, eran para “prestar apoyo” a Aguas de Bogotá en sus zonas, ¿eso qué implicó realmente?
Muhamad: Aguas de Bogotá, mientras organizaba su operación, necesitaba un apoyo. ¿Eso qué es? que prestaron el servicio en algunas localidades como forma de apoyo, pero por un mes y ya se acabaron esos otrosíes.
Maldonado: Y ojo que no son un sobrecosto, pues esos otrosíes los paga Aguas de Bogotá con sus ingresos.
¿Y no quisieran haberles quitado más?
Maldonado: Se cae de su peso que si, pero a esa cifra llegamos oyendo su análisis de costos. De todas maneras, ésta esa una reducción muy significativa sobre los ingresos que tenían antes. Ya con la actualización monetaria, a 2013 es una reducción del 17 por ciento que es muy importante, porque de todas maneras ellos tenían que quedar con una utilidad. Ningún empresario trabaja sin utilidad. También lo importante ahí es saber que hay que afinar los análisis de estructura de costos del negocio con miras a la licitación. Lo que hay ahora es un avance. También definimos la remuneración por área y no por toneladas y la inclusión de todos los servicios. El control comercial pasó a ser público, porque ahora mismo la Uaesp es interventora de una fiducia.
Muhamad: El Cupic (Centro Único de Procesamiento de Información Comercial), que pertenece a dos de las empresas operadoras, era el que decía cuánto había que pagarles.
Sí, pero también el gasto de la facturación, que antes corría por cuenta de ellos, queda ahora en cabeza del Acueducto...
Maldonado: Estamos discutiendo el alcance de eso porque usted, que se ha leído bien los contratos, sabe que en el de Ciudad Limpia está muy claro que ellos siguen con la gestión comercial y en el de los otros quedó que se definían algunos aspectos en un reglamento técnico y operativo que se está discutiendo. Pero hay varios procesos que si los hace la Uaesp o el Acueducto ellos deben remunerar, como remuneraban al Cupic."
Números y realidades de Empresas Varias en su informe de gestión
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