La Fiscalía ha
comenzado a combinar todas las formas de lucha. Las investigaciones criminales,
las órdenes de captura, las acusaciones ante los jueces son ahora solo una
parte de su tarea. Por otro lado se dedica a las filtraciones selectivas para
crear un clima de opinión que empuje sus tesis, al espectáculo de las capturas
y los titulares como si fuera una agencia de prensa y a presionar a los jueces
más allá de las audiencias públicas. Un populismo temerario impulsa muchas de
sus actuaciones frente a funcionarios y exfuncionarios. Con una campaña que más
parece el título de una canción mala,” Bolsillos de Cristal”, ha comenzado una
cacería que según Néstor Humberto Martínez busca “recuperar el tejido ético de
la nación”. El fiscal general dice que pasó el tiempo de las “dubitaciones” y
que ante el fracaso de la sociedad civil y la prensa libre contra la corrupción
ha llegado “la hora de la justicia”. Nada más peligroso que ese grito en boca
de un convencido, de uno que tiene las llaves de la cárcel y no le caben dudas;
sobre todo cuando es además relacionista público, consejero de contratistas,
político soterrado y abogado panelista.
En los últimos
meses la Fiscalía ordenó las capturas de los alcaldes y dos exalcaldes de
Montería y Santa Marta, y del exalcalde de Neiva. En todos los casos los jueces
de control de garantías han liberado a los acusados. Luego de la decisión más reciente, referida a
Carlos Caicedo y Rafael Martínez, el juez de control de garantías le pidió al
fiscal encargado del caso rectificar sus declaraciones tras la audiencia. Ahora
los fiscales salen a descalificar en los medios a los jueces que niegan sus
peticiones, y que se niegan a sostener reuniones privadas para tratar temas que
exigen audiencias públicas, como lo propuso en este caso el director seccional
de fiscalía del Magdalena. Alegra que algunos jueces tengan claro que con la
libertad de los no vencidos en juicio es mejor andar con pies de plomo que con
embelecos de cristal.
Los antecedentes
de Carlos Caicedo en la Universidad del Magdalena y en la alcaldía de Santa
Marta demuestran que ha hecho mucho más contra la corrupción que los peligrosos
alardes de la Fiscalía. Como rector la pelea contra los poderes de Trino Luna,
condenado por parapolítica, le valió reconocimientos por parte del ministerio de
educación y los estudiantes. Y le valió una condena a ocho años que tumbó el
Tribunal Superior de Bogotá. Caicedo sabe de acusaciones falsas y fiscales
falaces. Como alcalde e impulsor de acciones populares y tutelas ganó varias
peleas contra Metroagua y sus pretensiones de apoderarse de las redes de acueducto
de Santa Marta o exigir a cambio 60.000 millones de pesos. La empresa es
controlada por la española Inassa que tiene a varios de sus directivos en la
cárcel por pago de sobornos y otras aventuras. Las acusaciones actuales contra
Caicedo y Martínez tienen que ver con retrasos y sobrecostos en obras contratadas
en sus administraciones. La lupa del fiscal quema a quien él decida apuntar. Con
ese rasero todos los funcionarios deberían ser esposados y retratados para el
show de la Fiscalía. Hasta Luis Miguel ‘El Mello’ Cotes, exgobernador del
Magdalena, ficha de Cambio Radical, y responsable del contrato de la vía de La
Prosperidad que luego de cinco años de “trabajos” está en la inopia.
Con Marcos
Daniel Pineda y Carlos Correa en Montería las cosas han sido parecidas.
Retrasos y sobrecostos en la construcción del coliseo Miguel ‘Happy’ Lora. En
este caso la detención preventiva se desestimó en dos instancias mientras la
fiscalía sigue presumiendo de su firmeza. En Neiva el exalcalde Pedro Suárez
fue liberado luego de tres meses. Los encargados de vigilar y ejecutar los
contratos seguían libres y batallando por nuevos negocios mientras los funcionarios
estaban cárcel. El tribunal Superior del Huila tumbó la detención pero la
fiscalía se contenta con la foto de la captura, esa es su primera instancia.
Peligros de la “hora
de la Justicia”. Pasa en Colombia, pasa en las capitales, pasa en la vida real.
4 comentarios:
Necesitamos una Colombia más despierta! Estamos cansados de la politiquería,merecemos respeto y una democracia limpia. No más persecución a las personas que realmente desean ver el cambio
se habla mucho y se hace poco mientras cada vez es mas dificil la situacion del pueblo...no se necesita ningun castrochavismo estupido para darse cuenta que vamos para una situacion como la de venezuela y como el pueblo colombiano es igual de estupido e ignorante,solo hasta que tengamos que comenzar a comernos entre nosotros es que comenzaremos a medio pellizcarnos...en honduras el pueblo decidio irse a desobediencia civil antes de dejar avanzar la situacion...
estos señores son la continuidad del retroceso de la civilizacion como deberia ser...el nuevo orden...que ya esta reviejo...en 2017 la gasolina subio un 10%!!!!!!!...nadie dice nada...corderos al matadero!!!!
No falta el estúpido qué idolatra a estos corruptos , y después salen a la calle dándose golpes de pecho de que x que la situación está cada vez peor.
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