martes, 3 de julio de 2012

La bendita Niña







El “histórico” gobierno de Juan Manuel Santos sigue confundiendo las ejecutorias públicas con la aprobación de leyes. El Presidente parece convencido de que sancionar, o sea firmar, las decisiones del Congreso es una tarea suficiente además de necesaria. Hace poco descubrió, entre “horrorizado” y “estupefacto”, que objetar esas mismas decisiones puede ser incluso más importante. Pero ese es otro cuento. El caso es que en Palacio están seguros de que los eventos cruciales suceden solo en el Salón Elíptico, la sala de crisis del ejecutivo y en los pisos superiores del palacio de Justicia. Todo lo demás es maquinaria deleznable, mecánica administrativa ajena al “estadista” que repasa el futuro desde su sillón.

Ahora que se ha vuelto urgente mostrar algún trabajo palpable el gobierno debería mirar a sus píes y descubrir a Colombia Humanitaria. En vez del casco que promete de Germán Vargas Lleras debería enfocar las planillas de Everardo Murillo. Y antes de sacar pecho con los contratos que firmó Germán Cardona, simples papeles al fin y al cabo, debería enseñar la logística que ayudó a crear Jorge Londoño, contratación fulgurante en su momento y muy pronto olvidada en el banco de suplentes. Es cierto que ahí no están los ministros con ambiciones políticas ni los partidos ni las cumbres ideológicas. Pero en cambio hay un ejercicio de descentralización que demuestra que alcaldías y gobernaciones pueden cumplir un papel distinto al de aplaudir o presionar en los Acuerdos para la Prosperidad. Y están invertidos 5.3 billones de pesos con cuentas que parecen satisfactorias y obras que no son “corredores de competitividad”, pero sí caminos obligatorios para vivir en más de 1060 municipios que sufrieron grandes daños durante el invierno del año pasado.

Colombia Humanitaria fue la encargada de atender a 2’400.000 damnificados. Durante algunos meses vimos escenas conmovedoras, pero es justo decir que el gobierno evitó las hambrunas y las epidemias en medio de cientos de municipios bajo el agua. Solo en entrega de mercados, pago de arriendos, construcción de albergues y kits escolares se gastaron 1400 millones de pesos. Los alcaldes y gobernadores, sin tiempo para pensar en compromisos futuros ni en el Excel del “hombre del computador”, sirvieron para contratar obras de pequeña y mediana envergadura. Además del acompañamiento de Contraloría y Procuraduría se contrataron 5 empresas encargadas de vigilar las obras sobre el fango. Cada obra se visitó en promedio 4.5 veces. Se demostró que en los pueblos es necesario estar ojos a la obra. Y que los alcaldes deben ser los dolientes naturales de las necesidades en sus municipios. Tal vez por eso hoy la ejecución de obras contratadas con los entes territoriales está cerca del 87%, y las que se hicieron con ministerios y otros entes nacionales está llegando al 67%. En los pueblos hay más de 3000 obras terminadas y otras 1500 muy cerca de su fin: reparaciones de vías, puentes, jarillones reforzados, saneamiento de acueductos, caños canalizados, retroexcavadoras listas en los parqueaderos municipales. De 4200 obras apenas 500 tienen problemas graves.

La “maldita Niña” ha terminado por mostrarle al propio gobierno que se pueden hacer las cosas sin tanta grandilocuencia. Tal vez sea hora de dejar de mirar al edificio del Congreso y comenzar a pensar en los palacios municipales.






4 comentarios:

Pascual Gaviria dijo...

Colombia Humanitaria. Separata por departamentos. Al final hay una fotos muy buenas.

El Mexi dijo...

Oiste Pascual, hablando de Santos y su manía de ignorar buenos personajes en su gobierno, que cagada la salida de Jaime Restrepo Cuartas de colciencias, tal vez el único uribista respetable y este man se lo tira sólo porque no hace lobby y porque no es un cacique electoral. Gran pérdida para el gobierno de Santos porque tal vez la ciencia y la investigación son esos resultados no muy grandilocuentes pero de gran impacto en una comunidad muy importante como lo es la científica.

Pascual Gaviria dijo...

Lo de Jaime Restrepo es preocupante sobre todo porque estamos cerca de destinar el 10% de las regalías a proyectos de ciencia y tecnología. Además, la ley se puso a hacer equilibrios regionales y terminó entregando cantidades de plata donde no existen grupos de investigación ni publicaciones ni doctores que puedan respaldar el trabajo. Uno de los problemas de Restrepo Cuartas fue no haber logrado acordar los mecanismos para ese reparto. Alguien dijo en twitter que sonaba Luis Pérez, quiero creer que no es cierto.

Según La silla vacía estas son las razones de la salida:
"En Colciencias, Restrepo lideró un proceso de transformación interno y encabezó la definición del esquema para la distribución de la plata de regalías para la ciencia y la tecnología, un nuevo fondo del gobierno Santos. Se ha dicho que a Restrepo le faltó liderazgo en ese tema, que tuvo poca interlocución con el Gobierno, y que por eso la destinación de la plata está enredada, como explicó La Silla Vacía. ¿Será que con su salida sí mejora ese proceso?"

Hay plata para investigación científica, pero no se sabe cómo gastarla

Pascual Gaviria dijo...

Ayer hubo reunión de urgencia en Palacio y parece que mi tesis no está lejos de la realidad. Qué pena cobrar el punto. Esta fue una de las conclusiones:

"El plan que definieron fue volcarse a las regiones y fortalecer la relación directa con los alcaldes y gobernadores.
Y mantener dos ‘mantras’ de gobierno: el de la seguridad y el de la lucha contra la pobreza."