miércoles, 8 de junio de 2016

Matasanos





Cuando la impunidad es la regla el descaro puede ser una estrategia de defensa. Un cirujano plástico y un abogado penalista pueden convertir, con bisturí, plata, influencias y código, a las víctimas en victimarias. En este caso el cirujano se dedica a las deformaciones y el abogado a la estética jurídica. Mientras tanto, el Estado es una especie de ogro impotente al que se le escurren los delincuentes entre las piernas, por los bordes incompletos de las instituciones y los huecos en las oficinas de algunos corruptos. Fiscalía, defensoría del pueblo y ministerios de educación y salud se miran aterrados y ponen el visto bueno correspondiente. Por su parte, los tribunales de ética médica son a los galenos lo que la justicia penal militar es a los generales.
El caso del médico Francisco Sales Puccini es una especie de paradigma del matasanos. En 10 años ha acumulado 6 investigaciones penales y 7 administrativas. Los procesos más graves han sido por homicidio culposo y acceso carnal violento. A la fiscalía le tocó hacer búsqueda manual de sus carpetas porque en el sistema habían desaparecido sus pequeñas imperfecciones. Sales Puccini es apenas uno entre el extenso grupo de médicos a los que se les abrió la herida de la avaricia frente a la cirugía plástica. Sus consultorios funcionan con la lógica de los talleres para “engallar” carros. Las pacientes llegan y ellos recomiendan, se podría decir embuten, todo tipo de tratamientos y ofrecen descuento por el combo de prótesis y lija. Las gangas son su estrategia y no faltan las ofertas del trueque: favores sexuales por cirugías estéticas.
El doctor Francisco Sales Puccini, especialista en ginecología y obstetricia, se aburrió con la rutina de los alumbramientos y pasó al negocio más movido del marcador y el bisturí. El gremio ha ido acumulando una merecida mala fama por las historias de terror de mujeres remendadas y muertes recurrentes. Solo en Medellín han muerto 5 mujeres este año en procedimientos estéticos. Al año en Colombia se practican cerca de 380.000 cirugías entre las sencillas lipos y las transformaciones radicales. Los tatuadores han terminado por parecer responsables cirujanos frente a una buena porción de carniceros plásticos.
Sales Puccini les mostraba a sus pacientes títulos variados, a unas diplomas de la Universidad Ararás de Sao Paulo y a otras de la Universidad Veiga de Almeida. Algunos inexistentes y otros insuficientes. Los leguleyos se apoyan en que los títulos obtenidos en Brasil son legales y fueron validados por el Ministerio de Educación. Pero su legalidad no implica su equivalencia y unos cursos de 4 meses terminan, por la vía del engaño y la ambivalencia, convertidos en especializaciones. Lo ha dicho la Universidad Nacional al negar su “reconocimiento de saberes y título de especialista en cirugía plástica” al mencionado doctor en 2010, y lo dijeron los tribunales brasileros al aclarar la diferencia entre especialización y cursos semipresenciales como los ofrecidos por la Universidad Veiga de Almeida.
Ahora, Jaime Granados, abogado de Sales Puccini, dice que Lorena Beltrán, una de sus víctimas con arrestos suficientes para contar su historia y demandar, tiene “oscura intención” de desprestigiar al carnicero plástico y amenaza con demandas. Beltrán fue tratada con gelatina sin sabor cuando sus heridas se complicaron, le recetaron sin precaución alguna un medicamento que causa desórdenes emocionales. Siempre con una  promesa: en seis meses vas a estar bien. El doctor no pensaba en tiempos de cicatrización sino en el plazo de caducidad de la acción penal. Al final, cuando Beltrán encaró al doctor por sus múltiples problemas luego de una mamoplastia de reducción, Sales Puccini salió con la frase que demuestra al menos su desvergüenza: “Eso no es problema del sastre sino de la tela”. La justicia tendría que sacar a ese médico de los quirófanos para enviarlo, con matrícula condicional, a las sastrerías de barrio.




12 comentarios:

Anónimo dijo...

viejo, duele lo que le paso a la misia del caso especifico. pero ud no cree que el error humano hace parte de un oficio tan delicado como ese? hasta al mejor chef se le quema el arroz. ninguna profesion esta exenta. condenar el delito de mediocridad es matar mas de medio pais.

Unknown dijo...

En el acto médico siempre habra la posibilidad de complicaciones, siempre existe la posibilidad de sangrado, infecciones, dehiscencia de las suturas, etc. Un caso particular no define si un medico es bueno o malo.
Lo que si es completamente inaceptable es que un ginecólogo haga cirugías estéticas pues esto no tiene nada que ver con su formación como especialista. El problema es que en Colombia las especialidades medicas no están reglamentadas salvo unas pequeñas excepciones (ej Anestesiologia) lo que significa que cualquier medico que tenga experiencia en un tipo de cirugía en teoría la podría realizar ya que la mayoría de nosotros salimos titulados como médico y cirujano (aún sin tener ninguna experiencia quirúrgica) de la escuela de medicina. Ante este gran vacío en la ley es poco probable que se pueda tipificar un delito por el hecho de que este señor realice este tipo de intervenciones. Es supremamente grave que el ministerio de educación convalide un titulo express (titulo chimbo) dando via libre a médicos con falencias en su autorregulación y ética de aparecer ante la sociedad en igualdad académica respecto a verdaderos especialistas con formaciones que oscilan entre 10-14 años.

Es muy frecuente ver en en medio médicos que aparentan tener un titulo de especializacion o subespecializacion habiendo hecho un simple curso en el exterior. En nuestro pais y en el resto del mundo la mayoría de las especialidades quirúrgicas duran desde 4 a 5 años (Cirugia General, Ginecología, Urologia, Neurocirugía, Cirugia Plástica, Ortopedia etc) y una subespecializacion va de 1 a 3 años adicionales. Colombia se ha convertido en un nicho fácil para esta practica y para que muchos especialistas de universidades mediocres del exterior practiquen su medicina en nuestro pais sin mayores contratiempos, ya que el Ministerio de Educación convalida los títulos únicamente solicitando el diploma y las calificaciones de la universidad respectiva, mientras que en otros paises como estados unidos es necesario demostrar conocimientos en exámenes teóricos y prácticos que demoran mas de un año en tomarlos y donde se debe demostrar una excelente preparación y conocimiento para superarlos.

Como ven la discusión de fondo es mucho mas compleja que la de una mujer a la que se le complica su cirugía.

Pascual Gaviria dijo...

Estimado anónimo. El señor Sales Puccini no tuvo una complicación aislada en un tratamiento. Ha tenido seis procesos penales por sus actuaciones como médico en los últimos 10 años, además de 7 investigaciones administrativas. Además de eso hay cerca de 12 víctimas, con complicaciones similares y el mismo trato de desidia posterior, que no pudieron instaurar denuncia por caducidad de la acción penal. Aquí lo que hay claramente es un timo a los pacientes de quien no tiene las calidades que ni los conocimientos que exhiben sus diplomas, y un trato posterior que es similar al del más burdo de los mecánicos que no ofrecen garantía.

Unknown dijo...

Probablemente la noticia que tiene más impacto mediático es la de mostrar la tragedia humana, las tetas descomponiéndose, el supuesto escándalo sexual y la irresponsabilidad médica que obviamente también deben denunciarse. Un trabajo periodístico de muchísimo mas valor para la sociedad sería describir el proceso de homologación de títulos en Colombia, ¿quienes son la personas involucradas en ello?¿se han homologado títulos de manera irregular en Colombia? ¿Hay algún tipo de corrupción en este proceso? ¿como deberían interactuar Ministerio de Educación y el Ministerio de Salud? ¿Donde está la regulación de los hospitales y clínicas donde trabajan estos médicos? ¿Que es un comité de ética medica, quienes lo componen y como es el proceso para investigar y castigar a un medico con una supuesta conducta irregular?.
Obviamente un articulo con estas características probablemente será aburridor para muchas personas ya que carecerá del picante que pone el sexo, la sangre, la infielidad, el enriquecimiento ilicito, la desgracia personal y no saldrá en redes sociales al lado de "la puya", creo que tampoco lograría muchos likes ni retweet y correría el riesgo de solo ser leído en universidades con facultades de salud, uno que otro médico y ojalá algún desocupado en alguno de los ministerios mencionados.

Pascual Gaviria dijo...

Pablo, el tema de homologación se ha tratado. Y sin duda hay indicios de corrupción. Los 44 médicos con estudios en la universidad Veiga de Almeida presentaron sus títulos ante el ministerio de educación. Por curiosas coincidencias el trámite se evacuó en 15 días. Mientras tanto funcionarios del ministerio dicen que el trámite se demora en promedio 5 meses. Cada funcionario sabe a quién le corre. Y lo otro es que el hecho de que los títulos sean verdaderos (esos médicos dicen haber estado 5 o 6 días en Brasil) no significa que sean equivalentes a una especialización en cirugía plástica. Lo dijo la Universidad Nacional y lo han dicho los tribunales en Brasil. Aquí se requieren son controles para que unos médicos malintencionados, matasanos que solo piensan en la factura, no tengan la posibilidad de operar.

Unknown dijo...

Completamente de acuerdo Pascual, conozco el tema de las diferencias entre estos cursos express ya que yo estoy terminando mi especialización quirúrgica (4 años). El punto al que quiero llegar es que en la ley hay un grandísimo vacío al NO estar reglamentadas las especialidades médicas en Colombia excepto anestesiología (1993) y en el 2012 estaba en el mismo proceso Cirugia Plástica, pero no encuentro que hayan logrado reglamentarla.
Desde que haya este vacío hay oportunidad para que medicos impulsados solo por su deseo de enriquecimiento se dediquen a hacer procedimientos para los que no tienen la formación requerida, ademas puede quedar sin dientes la justicia para castigar en estos evidentes casos de negligencia e impericia médica.
Mejor dicho en palabras coloquiales, un medico graduado de cualquier universidad puede hacer cualquier procedimiento desde que no involucre anestesia, como en el célebre caso un ginecólogo (o medico general) haciendo cirugías plásticas...
Un ejemplo a seguir en esta reglamentación es EUA, donde la persona para graduarse de médico general tiene que tomar un set de exámenes teóricos y prácticos (que tienen que hacer también inmigrantes que quieran estudiar allá o practicar la medicina) posterior a la especialización se toma otro examen que igualmente determina la idoneidad para ejercer su oficio y durante su carrera debe tomar cada 5 años exámenes de revalidación para asegurar que los médicos mantengan vigentes.
Conozco de primera mano que por ejemplo en la Sociedad Colombiana de Urología (La sociedad que agremia la gran mayoría de los urólogos en Colombia) se esta intentando hacer un proceso de certificación de sus médicos pero esto no es fácil ya que hay personas que no están interesadas en tener evaluaciones de sus conocimientos y capacidades. Ademas no es obligatorio pertenecer a ninguna de estas asociaciones.

Así las cosas, prácticamente una persona se gradúa de médico (sea de la universidad mas prestigiosa o universidad de garaje en Colombia o en el exterior) y queda con licencia para matar...

PD. No estoy seguro si otras especialidades han avanzado hacia la reglamentación mas recientemente, alguien puede corroborar esta información?

Pascual gracias por su respuesta.

Liliana dijo...

La cirugía plástica Reconstructiva tiene cerca de 60 años de haber nacido y aquellos que la estudiaron se hicieron cirujanos plásticos Reconstructivos y se encargaban de las deformidades producidas por los traumas en las guerras y a mejorar el aspecto de algunas deformidades congénitas y estos especialistas trabajaban en hospitales públicos pero no ha sido una profesión muy lucrativa. Hace ya cerca de 40 años se empezó a hablar de la cirugía estética y aquellos que empezaron e realizar estos procedimientos no eran cirujanos plásticos, eran Ginecólogos, dermatólogos, etc; esta rama de la cirugía comenzó a tener un auge creciente por la gran rentabilidad que generaba, es allí cuando las sociedades de cirugía plástica Reconstructiva la empiezan a introducir poco a poco en su pensum, (entre otras cosas si usted mira los pensum actuales de esta especialización no le dedican más de 6 meses a la formación en cirugía estética) tratando de adueñarse del mercado.
Paralelo a esto varios médicos graduados empiezan a recibir una formación no formal en cirugía estética realizando numerosos cursos y diplomados en Colombia y en el exterior dictados por cirujanos plásticos Reconstructivos con amplia experiencia en cirugía estética. El mercado crecía cada vez más y empiezan los enfrentamientos por el mercado de estas cirugías. Sale la ley de talento humano y empiezan estos médicos a tratar de homologar sus saberes en diferentes universidades del país, como ya lo dije, lo hicieron otros médicos de otras especialidades, pero la sociedad colombiana de cirugía plástica con un músculo financiero enorme empezó a oponerse a que esto sucediera y boicoteó cada empeño que se hacía por lograrlo. En vista de esto un grupo reducido de médicos con basta experiencia en el campo de la cirugía estética decidió salir del país y logró con convenios especiales, demostrando ya la experiencia, obtener la aprobación para un programa de homologación de saberes y adicionar otros tantos durante un periodo de 4 años, y no de cursos de fines de semana como lo han hecho creer, en una modalidad diferente a la residencia y así lograr la certificación de una universidad que tiene la aprobación de dicho programa en el ministerio de ciencia y cultura (MEC) de Brasil. Ahora bien, el título obtenido es un certificado de un curso Latu Sensu en medicina y cirugía plástica estética similar al título obtenido por cerca de 50 cirujanos plásticos que pertenecen a la sociedad Colombiana de cirugía plástica (SCCPE). Continúa...

Liliana dijo...

Es que lo que hay que saber es que un certificado en Brasil corresponde a un diploma en Colombia y un curso corresponde a un programa académico acá en nuestro país. La SCCPE ha tratado desde hace varios años de reglamentar la cirugía plástica estética pero tratando de monopolizar el mercado, para ello han cometido varios delitos como el cohecho, sobornando senadores para tal fin (escuchar audio del 2012 publicado por El Espectador) pero no lo han logrado precisamente por tratar de crear una ley que sólo los favorece a ellos. En el país existen tres agremiaciones legalmente constituidas y que agrupan a cirujanos plásticos idóneos, son estas, la SCCPE, ACQXPE (Asociación Colombiana de Cirugía plástica Estética y la academia colombiana de cirugía plástica, pero la guerra es porque el mercado le quede solamente a la SCCPE. En medio de toda esta problemática se han aprovechado personas inescrupulosas para ofrecer servicios de cirugía estética en apartamentos, garajes, oficinas, etc, personas sin ninguna formación médica y es allí donde surge realmente el problema de salud pública, es allí donde se han producido muertes y grandes deformidades en los pacientes que acuden a estos centros a realizarse procedimientos estéticos, pero por estar enfrentando una guerra innocua, el estado, los medios y las autoridades de salud han descuidado este tema que es realmente lo que debería preocuparnos. Nadie ha dicho que los procedimientos estéticos estén libres de riesgos, pueden existir casos eventuales de pacientes inconformes con resultados, cicatrices antiestéticas e incluso muertes en clínicas habilitadas y en cirugías realizadas por cirujanos calificados. Pero si nos unimos las tres asociaciones y buscamos un proyecto de ley que no sea excluyente, que le brinde la posibilidad a aquellos médicos que no han convalidado sus títulos pero que ejercen de manera idónea para que homologuen sus saberes y sean incluidos en la ley, de esa manera podemos atacar el intrusismo, a aquellas personas inescrupulosas que como lo dije antes están atentando contra la salud pública, y en esto es muy importante señor periodista que ustedes se empapen de la verdad y ejerzan su profesión de una manera imparcial, sin sesgos, sin atacar sin tener bases de lo que se dice, haciendo a un lado el amarillismo mediático y luchando por lo que realmente le sea útil a esta sociedad.

Liliana dijo...

Es que lo que hay que saber es que un certificado en Brasil corresponde a un diploma en Colombia y un curso corresponde a un programa académico acá en nuestro país. La SCCPE ha tratado desde hace varios años de reglamentar la cirugía plástica estética pero tratando de monopolizar el mercado, para ello han cometido varios delitos como el cohecho, sobornando senadores para tal fin (escuchar audio del 2012 publicado por El Espectador) pero no lo han logrado precisamente por tratar de crear una ley que sólo los favorece a ellos. En el país existen tres agremiaciones legalmente constituidas y que agrupan a cirujanos plásticos idóneos, son estas, la SCCPE, ACQXPE (Asociación Colombiana de Cirugía plástica Estética y la academia colombiana de cirugía plástica, pero la guerra es porque el mercado le quede solamente a la SCCPE. En medio de toda esta problemática se han aprovechado personas inescrupulosas para ofrecer servicios de cirugía estética en apartamentos, garajes, oficinas, etc, personas sin ninguna formación médica y es allí donde surge realmente el problema de salud pública, es allí donde se han producido muertes y grandes deformidades en los pacientes que acuden a estos centros a realizarse procedimientos estéticos, pero por estar enfrentando una guerra innocua, el estado, los medios y las autoridades de salud han descuidado este tema que es realmente lo que debería preocuparnos. Nadie ha dicho que los procedimientos estéticos estén libres de riesgos, pueden existir casos eventuales de pacientes inconformes con resultados, cicatrices antiestéticas e incluso muertes en clínicas habilitadas y en cirugías realizadas por cirujanos calificados. Pero si nos unimos las tres asociaciones y buscamos un proyecto de ley que no sea excluyente, que le brinde la posibilidad a aquellos médicos que no han convalidado sus títulos pero que ejercen de manera idónea para que homologuen sus saberes y sean incluidos en la ley, de esa manera podemos atacar el intrusismo, a aquellas personas inescrupulosas que como lo dije antes están atentando contra la salud pública, y en esto es muy importante señor periodista que ustedes se empapen de la verdad y ejerzan su profesión de una manera imparcial, sin sesgos, sin atacar sin tener bases de lo que se dice, haciendo a un lado el amarillismo mediático y luchando por lo que realmente le sea útil a esta sociedad.

Liliana dijo...

La cirugía plástica Reconstructiva tiene cerca de 60 años de haber nacido y aquellos que la estudiaron se hicieron cirujanos plásticos Reconstructivos y se encargaban de las deformidades producidas por los traumas en las guerras y a mejorar el aspecto de algunas deformidades congénitas y estos especialistas trabajaban en hospitales públicos pero no ha sido una profesión muy lucrativa. Hace ya cerca de 40 años se empezó a hablar de la cirugía estética y aquellos que empezaron e realizar estos procedimientos no eran cirujanos plásticos, eran Ginecólogos, dermatólogos, etc; esta rama de la cirugía comenzó a tener un auge creciente por la gran rentabilidad que generaba, es allí cuando las sociedades de cirugía plástica Reconstructiva la empiezan a introducir poco a poco en su pensum, (entre otras cosas si usted mira los pensum actuales de esta especialización no le dedican más de 6 meses a la formación en cirugía estética) tratando de adueñarse del mercado.
Paralelo a esto varios médicos graduados empiezan a recibir una formación no formal en cirugía estética realizando numerosos cursos y diplomados en Colombia y en el exterior dictados por cirujanos plásticos Reconstructivos con amplia experiencia en cirugía estética. El mercado crecía cada vez más y empiezan los enfrentamientos por el mercado de estas cirugías. Sale la ley de talento humano y empiezan estos médicos a tratar de homologar sus saberes en diferentes universidades del país, como ya lo dije, lo hicieron otros médicos de otras especialidades, pero la sociedad colombiana de cirugía plástica con un músculo financiero enorme empezó a oponerse a que esto sucediera y boicoteó cada empeño que se hacía por lograrlo. En vista de esto un grupo reducido de médicos con basta experiencia en el campo de la cirugía estética decidió salir del país y logró con convenios especiales, demostrando ya la experiencia, obtener la aprobación para un programa de homologación de saberes y adicionar otros tantos durante un periodo de 4 años, y no de cursos de fines de semana como lo han hecho creer, en una modalidad diferente a la residencia y así lograr la certificación de una universidad que tiene la aprobación de dicho programa en el ministerio de ciencia y cultura (MEC) de Brasil. Ahora bien, el título obtenido es un certificado de un curso Latu Sensu en medicina y cirugía plástica estética similar al título obtenido por cerca de 50 cirujanos plásticos que pertenecen a la sociedad Colombiana de cirugía plástica (SCCPE). Continúa...

Pascual Gaviria dijo...

Liliana gracias por sus comentario, enseñan mucho en medio de ese mundo que crece de una manera tan rápida y con reglas hechizas. Me gustaría hablar con usted si es posible. Saludos.

Anónimo dijo...

Será que hay algún "honorable" magistrado que ha ayudado a que este caso no prospere?? El famoso matasanos en cuestión es un payaso irresponsable que está jugando a ser doctor desde los 18 años, cuando lo botaron de la universidad porque pago para obtener los exámenes finales y su papá era rector de la facultad de medicina de Uninorte.
Y de ahí en adelante, una larga novela de actos irresponsables y excelente auto propaganda que lamentablemente en medio de tanto enganador de serpientes siempre hay mujeres que por vanidad caen en donde les dicen promoción, oremos y todo va a estar bien.
Si este sujeto, porque señor le queda grande, tuviera algo de dignidad, debería dedicarse a seguir de pastor, profesión en la que ha tenido un intermitente desempeño y en la cual al menos, no puede matar a nadie sino de la risa o del miedo.