La Asamblea General de Naciones Unidas es un escenario para el desahogo. Quejas, señalamientos, culpas atribuidas desde el atril mayor. Se trata también de dejar algunas constancias, declaraciones de principios, intentos por resumir un sentir nacional en las palabras del representante político de cada país. Gustavo Petro es un hombre de discurso, él mismo se percibe como un sofista según la acepción original que describía a los maestros de la sabiduría y la elocuencia. Petro se embelesa con sus palabras, con su descripción del mundo, con sus ideas o sus desvaríos. Por eso es también un sofista según la acepción peyorativa de la palabra, un falseador, un embaucador que busca más el triunfo discursivo que la verdad, el efecto político que el diagnóstico cierto o la solución real.
En la ONU Petro es el hombre más feliz del planeta. Es el escenario para la victimización, la poesía nacionalista, la épica personal, el pronóstico apocalíptico, la insolencia calculada, las condenas a los poderosos. No importa que sepa que su sonsonete es irrelevante: “No se escucha la voz de las naciones y pedimos unir el esfuerzo humano en pos de la existencia. Aquí hablamos, pero no se nos escucha.”
Hace tres años el presidente dio su primer discurso en Naciones Unidas, su momento poético con “el país de la belleza ensangrentada”. Además de las mariposas amarillas, Petro ocupó un setenta por ciento de su grandilocuencia criticando la guerra contra las drogas. Desde Virgilio Barco, todos los presidentes de Colombia, excepto Duque, lo han hecho en ese mismo escenario. Es paradójico que Petro haya clamado contra el veneno del glifosato sobre la hoja sagrada en 2022 y hace unos días haya declarado que será necesario volver a la aspersión en algunas zonas. No cambió el Mundo, al contrario el mundo –o la amenaza del imperio– cambió a Petro.
El llamado a un cambio mundial terminó con la descertificación que no sucedía hace treinta años. Una herramienta que creíamos superada ocupa de nuevo la discusión sobre de nuestro papel como el productor del 65% de la cocaína mundial. Tampoco en casa se logró un avance en el tratamiento distinto del consumo, el estigma a los consumidores extranjeros también tiene efectos en la discusión local
En ese entonces, hace tres años, Petro habló también de la destrucción de la selva por la satanización de la coca. Pero la coca no causa la deforestación de la selva, el noventa por ciento está sembrada en territorios donde se ha cultivado en los últimos diez años. En 2023 la deforestación por cultivos de coca, según el estudio SIMCI de Naciones Unidas, fue de 11.800 hectáreas, mientras el total del país llegó a 80.000. En 2024 la cifra alcanzó las 113.000 hectáreas, una derrota más allá de los discursos. Además, en la Región Amazonía hay apenas 122 hectáreas de coca y las 55.000 de Putumayo y Caquetá llevan más de una década en los mismos lotes. En cuestión de guerra contra las drogas solo se ganó en hectáreas, contradicciones en el discurso y diagnósticos falaces. También en los señalamientos a los consumidores del norte se equivoca Petro, en Suramérica hay 4’850.000 consumidores de cocaína frente a los 6’450.000 de Estados Unidos. La tristeza y la codicia del norte no es la única que empuja al consumo.
Petro tampoco logró el liderazgo regional ni en la integración latinoamericana de los que habló en todos sus discursos. Fue imposible un papel efectivo frente al régimen de Maduro, en 2024 llamo país rebelde a Venezuela desde el mismo atril. Y hoy en América Latina cada quien negocia por su lado frete a las amenazas arancelarias de Trump. En el final de la era del carbón y el petróleo el gran logro fue la pérdida de valor de Ecopetrol y el inicio de las importaciones de gas. Se acabaron las oportunidades en el atril de la humanidad y en los retos de la realidad. Quedaron los fracasos poéticos.
1 comentario:
Es verdad todo lo que dices Pascual... Y lo que me deja perplejo es que haya gente que le copie en Colombia a este señor. Lo etiquetan como líder mundial y dicen tener el corazón hinchado de orgullo. Ceguera colectiva o estarán tramando algo...
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