martes, 11 de junio de 2013

Cambio de receta




El cinismo, el temor intuitivo y el oportunismo político han impedido durante años una discusión franca e informada sobre las drogas y el consumo. Solo los ex presidentes se atreven a reconocer los fracasos probados y el círculo vicioso de una guerra contra los gustos sombríos de un porcentaje ínfimo de la población mundial. Los consumidores de coca, un mercado que mueve buena parte de las finanzas de la violencia en América, llegan escasamente al 0.5% de los habitantes del planeta entre 15 y 65 años. En los países donde más se huele los consumidores habituales alcanzan si acaso el 2.5% de los ciudadanos en ese rango de edad.
Pero los políticos, los policías y los burócratas internacionales siempre están hablando de una epidemia que se expande. Y la prensa cubre los crímenes de la mafia como si fueran una consecuencia inevitable del apetito de los consumidores, y no la manera como compiten y se protegen del Estado los encargados de un negocio que, solo en la coca, deja 80.000 millones de dólares cada año.
Con cierta timidez culpable algunos países americanos han comenzado a pedir una estrategia distinta a la guerra, que se piense en el consumo como un hecho inevitable y en la regulación como una alternativa más realista y menos cruenta. La OEA suelta una de esas declaraciones neutras y abre un nuevo plazo para la hora de la verdad. Pero no todo fue inocuo en la reciente reunión en Antigua, en Guatemala. Algo del discurso de Insulza no fue huero: “La idea es que los países asuman sus propias decisiones y en un momento dado acudan a la OEA cuando se pueda fijar una posición conjunta en el tema de las drogas”.
El consenso será imposible. De modo que las posturas de Guatemala y Uruguay pueden marcar un paso cierto, un ejemplo para que los amigos de la retórica del cambio y la certeza de la inmovilidad -como el presidente Santos- se decidan de una vez por todas. Uruguay sigue adelante en su proceso de legalizar la marihuana y Otto Pérez Molina, presidente de Guatemala, recibió 170.000 firmas electrónicas de habitantes de todo el continente que le piden un viraje en su política sobre el tema. Pérez Molina lleva un tiempo hablando de una estrategia fallida que ha persistido durante 50 años. También la canciller del Perú señaló que se ha llegado “a un punto de quiebre. La hora de tomar decisiones”.  Y la canciller de Honduras dejó caer su frase de fatiga: “El precio que estamos pagando los países de tránsito es injusto y e intolerable (...) Nuestros gobiernos están desbordados”. Tal vez sean los países más pequeños y azotados por la violencia los que logren liderar la rebelión.
La distancia entre las declaraciones ambiguas y la decisión real de impulsar cambios, el temor electoral de los políticos para enfrentar un imaginario construido durante años, el cinismo y la cobardía de muchos ciudadanos para asumir sus hábitos y sus posiciones en ambientes públicos, me hicieron recordar unas páginas Porfirio Barba Jacob escritas hace casi 100 años en un diario de México. El mismo que según Vallejo “pasaba y arrasaba. Y una estelita de humo nos dejaba al irse como cuando pasa un tren, pero de marihuana…”; escribía páginas enteras contra la “diosa verde” que firmaba como Califax. “La autoridad debe organizar una verdadera cruzada contra la planta infernal, porque su uso se está generalizando de alarmante manera. De lo contrario, llegará un día en que México flote en el humo nefasto…” Mucho humo ha corrido y seguimos en las mismas.



 

5 comentarios:

Pascual Gaviria dijo...

El País de España sobre los cuatro eventos recientes en América que impulsan cambios reales en el tratamiento de la marihuana.

Los momentos de la marihuana en América Latina

Pascual Gaviria dijo...

En inédito que un presidente reciba como incentivo a los cambios, como un respaldo popular, las firmas recogidas por ONG para que se busque un cambio en la política que por años ha impuesto EE.UU. Un presidente conservador además.

Presidente de Guatemala recibe firmas de ciudadanos para buscar un cambio en política antidrogas

Pascual Gaviria dijo...

Extraña la alianza más conservadora frente a los cambios en la política: EE.UU., Nicaragua, Panamá y Venezuela.

Mariana dijo...

Es un tema muy controversial y por ende de difícil consenso. Lo cierto es que la guerra contra las drogas parece no dar resultados positivos. Que algunos países estén adoptando una postura diferente especialmente respecto a la marihuana es un paso adelante.

Anónimo dijo...

Tengo una sentencia de procuraduria de corte papal, mi correo para reenviarlesa ajuridico@hotmail.es