viernes, 10 de octubre de 2008
Desilusión como antídoto
La decepción política es un sentimiento inevitable, constituye la única promesa infalible que encarnan los candidatos, un sino que conocen bien y que los hace afanosos y glotones en tiempos de bonanza. La fecha de vencimiento de los caudillos y los entusiasmos ideológicos o patrioteros o cívicos es un enigma difícil de predecir: responde a ciclos caprichosos, a las mareas de la fatiga.
Chile acaba de cumplir veinte años de haber logrado sacar del poder a Augusto Pinochet. A pesar del miedo que hacía imaginar a los militares espiando tras las casillas de votación, a pesar del dominio burocrático, el control sobre los medios, la promesa de orden y las terapias económicas de los Chicago boys de la dictadura, el entusiasmo democrático fue suficiente para negar la posibilidad de ocho años más de gobierno militar. Un estribillo que prometía la llegada de la alegría, un arco iris y el dedo acusador de Ricardo Lagos sobre las medallas de Pinochet en un programa de televisión, fueron los símbolos de optimismo y valor que marcaron la ventaja del 12% en el conteo definitivo. En la celebración del triunfo, en Santiago, participaron más de ochenta mil personas entre cantos y banderas. Hace unos días la celebración de los veinte años del triunfo brilló por su anemia. Apenas tres mil partidarios desganados en un estadio de tenis siguiendo un protocolo de gobierno. Los padres de la nueva democracia chilena parecían presidir una asamblea de copropietarios.
Las grandes palabras, los quiebres históricos, los desafíos del futuro se han convertido en retórica. Muchos votantes por la coalición de partidos que venció a Pinochet dicen sentirse engañados por esa vieja bandera arco iris. Después de cuatro gobiernos ha llegado el momento para la decepción. Los ciudadanos ya no miran los derechos recobrados, ni el apacible aire civil, ni las cifras de crecimiento económico sino los problemas de transporte urbano, los escándalos de corrupción, la petulancia de las camarillas burocráticas tras dos décadas de dominio. Los jóvenes no se inscriben para votar y los antiguos partidarios desdeñan a los líderes de entonces: Lagos, Aylwin, Silva Cimma.
Esas decepciones son las encargadas de proveer a la democracia de las obligatorias sucesiones, del balance necesario para que los líderes no se conviertan en dueños. Chile tiene la gran ventaja de haber abandonado los momentos del todo o nada, haber dejado atrás los tiempos de las grandes encrucijadas para poder ocuparse con tranquilidad de la evaluación sobre las cifras del gobierno, sus eficiencias grandes y pequeñas, sus modales burocráticos y sus abusos menores. A Michelle Bachelet le correspondió la suerte de esa mirada con la lupa del cansancio y es posible que deba entregar el poder a la derecha en el 2010.
En Colombia, las FARC y su bendita hecatombe nos siguen privando de la posibilidad de mirar la política con un mínimo de espíritu crítico. Deberíamos estar pensando en un liderazgo distinto al de la rienda y la fusta, pwero apenas si nos alcanza para discutir si hay un imitador aceptable de Álvaro Uribe. Cuando pienso que es posible que estemos apenas en la mitad de su mandato, el cansancio me dice que en el 2014 sería capaz de votar hasta por Wilson Borja. Por físico agotamiento.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
10 comentarios:
¿En un estadio de tenis?, por nada y celebran en una cancha de golf. Pero bacano, en Medellin tenemos escenarios tambien, yo propongo la pista de atletismo o el velodromo, si, el mejor lugar para una manifestacion contra la tirania es el velodromo, esto para seguir con la excelente idea de Caracol de impulsar el ciclismo en pista que tantas glorias nos ha dado.
Yo por mi parte tengo que guardar energias son otros 4 o 8 anos no se sabe, pero para esa epoca ya Rabo de Aji sera un canal de opinion en DIREC TV, o en XM (satelite Radio)
Y con respecto a la colección de bandidos eso fue en una marranada en la casa de nari celebrando el referendo.
Un datico sobre la deuda pública actual de Estados Unidos que el presidente Bush descarga sobre las nuevas generaciones en este país
Diez mil doscientos sesenta y seis millones de millones―, si calculamos el tiempo que tardaría un hombre para contar la deuda que aquél prácticamente ha duplicado en ocho años, supungamos que tenga con que pagarla.
Suponiendo ocho horas de trabajo neto diario sin perder un segundo, al ritmo rápido de cien billetes de un dólar por minuto, 300 días de trabajo al año, un hombre tardaría setecientos diez mil millones de años para contar esa suma.
Una forma gráfica para imaginarnos mas o menos el volumen de esa suma de dinero que se menciona casi diariamente en CNN.
PD:El ejercicio se puede hacer tambien comprando toda la nomina del nacional, me encantaria saber cuantos equipos salen.
Chinasky con este dato no te tenes que preocupar por tus dedudas jamas!!!
Juka dijo...
Frase de la semana:
Se cobran, se pagan y se dan el vuelto. Soy un saltimbanqui que cruzo el vacío sosteniéndome agarrado de mis pelos.
A proposito de la crisis de los bancos
En su día, Jesucristo echó del Templo de Jerusalén a los prestamistas y a los comerciantes de dinero que lucraban con la fe. Hace falta otro látigo, pero también una mano que lo empuñe.
Yo si ni por cansancio votaría por Borja. Entiendo el uso de la exageración como herramienta literaria, pero tampoco.
Publicar un comentario